Shoto se encontraba sentado en una mesa de la cafetería de la escuela al lado de Midoriya, Iida, Momo y Uraraka, todos estaban conversando acerca de una práctica de supervivencia que su profesor, Ereaser, les había informado ese mismo día durante la mañana, la cual tendrían dentro de dos semanas.
—¡Es emocionante! —Mina exclamó, mientras sorbía del popote de su malteada de fresa—. Podremos hacer muchas cosas divertidas en ese campamento.
—Créeme, Mina-Chan —comentó la pelinegra, con un tenedor en su mano—, no tendremos tiempo de socializar, conociendo a los Senseis, será complicado detenernos aunque sea a respirar.
—Pero, hay que ver el lado bueno, querida Yaomomo —dijo Uraraka, sonriendo en grande—. Quizá podamos tener actividades recreativas, somos dos clases, la A y la B, no creo que solo nos lleven a morir de deshidratación.
—¿Lo dudas tan siquiera? —susurró la su delegada de clase, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, mientras pensaba en lo sádicos que podían llegar a ser sus asesores encargados.
—Vamos, no seas aguafiestas —dijo Mina, dándole un pequeño empujón en el hombro.
—¡Sí, Yaoyorozu! —habló por primera vez el peliverde—. Suéltate un poco, no puedes ser tan rígida incluso con tus amigos.
—Midoriya tiene razón —agregó Iida, acomodando sus lentes—. Quizá sí podamos divertirnos un poco.
La conversación siguió, con Mina alardeando sobre las hazañas que tendría una vez llegada la fecha del campamento, y cómo disfrutaría las dos semanas que estarían fuera de la ciudad.
Por su parte, el chico bicolor simplemente se dedicaba a comer su soba en silencio, aunque su mente hacía todo menos estar callada. Su mirada se encontraba enfocada en una mesa frente a ellos, donde un chico rubio parecía discutir con sus amigos. Bakugo se veía alterado, seguramente por algo que Kaminari habría dicho.
Se preguntaba muchas cosas acerca de Bakugo, pero, la principal era por qué lo había visto salir del área de maternidad del hospital. Ese cuento de que solo había cruzado por ahí, incluso alguien tan tonto socialmente como él —porque sí, no le molestaba admitir que sus habilidades sociales y de entendimiento eran casi nulas, por no decir otra cosa—, no podía ser creíble.
Mucho menos si lo había visto salir de uno de los consultorios.
No había dicho nada para evitarse problemas con el susodicho, pero le parecía extraño que le mintiera con algo como eso. Es decir, quizá no eran las personas más cercanas, pero, algo habían tenido que ver hacía varios meses, más específicamente en el primer año, que considera uno de los más frenéticos de su vida.
Bakugo y él habían sostenido una extraña, muy extraña —y reitera, demasiado fuera de lo común— relación. No, no habían sido pareja, tampoco habían averiguado mucho de la vida del otro, únicamente tenían los llamados encuentros casuales cuando existía demasiada turbulencia entre el ambiente.
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Anemia [TodoBaku]
FanfictionShōto nunca se enfermaba, siempre había gozado de buena salud, era bastante cuidadoso con ello, así que cuando comenzó a sentir ciertos mareos y náuseas en los momentos menos esperados, se asustó en sobremanera, por lo que decidió ir al médico despu...