Anemia [TodoBaku]

Cap. 22: Sembrando sospechas.

Si alguien le hubiera dicho, que lo primero que le provocaría a su "suegro", sería un casi infarto, se hubiera atragantado de risa y seguramente le hubiera propinado un golpe a esa persona.

Es que, sin duda, ese no era el escenario que alguna vez imaginó acerca de él hablando con los papás de su "pareja" para decirles que estaban esperando un bebé.

Bueno, eso sin contar que estaban por cumplir apenas los dieciocho años.

Sí, quizá eso también había influido mucho en que ahora estuvieran todos al rededor de un Masaru aún inconsciente. Lo habían recostado sobre el sofá para que no se lastimara el cuello, y ahora solo estaban esperando a que reaccionara.

En todo el rato en que Mitsuki estuvo pasándole un algodón con alcohol sobre la nariz, ninguno emitió ni una sola palabra. El ambiente aún estaba tenso, y a los dos les parecía mejor no abrir la boca para evitar que la mujer estallara de un momento a otro.

A Bakugō le generaba pavor el verla tan callada y con el gesto tan relajado. Esperaba que se pusiera a gritar al instante, que le repitiera mil veces lo idiota que había sido, lo irresponsable y lo incompetente que se volvió como para no haberse cuidado. Y un sin fin de cosas más.

Todoroki por su parte no sabía qué pensar. Tan solo estaba aguardando el momento en el que le reclamarían por haber embarazado a Bakugō.

Estaba preparándose mentalmente para eso. Aunque comenzaba a envidiar al padre del rubio. Hacerse el desmayado era una muy buena alternativa en caso de que todo saliera mal.

De un momento a otro, los ojos del adulto fueron abriéndose lentamente, al mismo tiempo en que se intentó levantar de su lugar, y con ello, el par de adolescentes se alejaron rápidamente de él, dejando que la mujer se hiciera cargo de ayudar a su esposo.

Todo era tan confuso.

Algo pesaba en el corazón de los chicos.

Por un instante, Katsuki se arrepintió de haber ido.

—Estoy molesta —les dijo la rubia desde su lugar.

Ambos voltearon a verla.

—Estoy molesta porque, en todo el tiempo que llevo siendo tu madre, jamás creí que algo como eso podría pasarte a ti, Katsuki.

La fémina seguía sin mirarlo.

—No voy a negarte que estoy algo desilusionada, aunque no lo parezca; yo siempre pensé que tendría una nuera. Creo que eso es lo que cualquier madre de un varón llega a pensar en algún momento de su vida.

Bakugō tragó en seco, sintiéndose un poco mal al escuchar sus palabras. Desvió el rostro hacia el bicolor al sentir la mano de este acariciando suavemente su espalda baja, dándole un pequeño mimo.

—Sin embargo —continuó—, creo que eso iba más asociado con el hecho de que, muy en el fondo, tal vez sí quería ser abuela —rió.

Eso sorprendió al chico. ¿En verdad la vieja bruja quería ser abuela?