-La Cuarta Boda-

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Capituló 16

("Tomen esto como su terapia")

En un bello jardín, ya hacían hermosas decoraciones de un rojizo acre.

Todo se veía equilibrado y nada estaba fuera de su lugar.

Duxo se encontraba siendo arreglado por la persona que menos espero, su madre.

Tenía puesto un elegante traje blanco que hacía relucir aún más su piel.

—Ya estás listo.— Le dijo su madre mientras acomodaba mejor la flor morada puesta en su cabello.

—Gracias mamá.—

Los dos se miraban con grandes sonrisas, estaban más que emocionados.

—Si tu padre estuviera aquí...— Dijo melancólicamente.

—Hubiera detenido la boda, te lo aseguró.—

—!Jajaja! Claro que no cariño... él también estaría contigo, feliz de que hagas tu vida.—

Duxo abrazo a su mamá, tenía tiempo que no la veía. Estaba tan orgulloso de que la persona que le había dado vida, aceptara que el no tenía que ser como un libro antiguo le indicara.

—Ya es hora hijo, hoy te casas con el amor de tu vida.—

Duxo salió junto con su ramo y antes de pasar por en medio de los invitados, observó un poco lo que era el altar y su decoración.

Al mirar por dentro, vió a la persona la cual debía estar ahí para el publico, y aparentemente había llegado bastante puntual.

Parado ahí ya hacia una persona de pelo negro y mirada azul, se le notaba la edad en la cara y no era un anciano.



Pero... ¿Dónde estaba Aquino?

—Amm ¿Mamá..? No veo a Aquino.—

Escucho pasos combinados con jadeos y palabras ahogadas detrás de el. Era Estailus que parecía haber corrido un maratón.

—D..uxo...! A..quino.. cuarto... a..ayuda.—

—¿Qué te paso? ¿Dónde esta Aquino? ¿¡Estailus!?—

—¡Aquino perdió a Mashy!—

Mashy era su gatita, la gatita que Aquino había rescatado de la calle y que se había vuelto como una hija para los dos.

—¿La perdió? Pero Mashy la esta cuidando Mictia.— Duxo señalo en dirección a Mic, la cual tenía en sus piernas a la pequeña gatita dormida.

Estailus se puso pálido.

—¡¿QUÉ?!—

El pelinegro evitó burlarse, si el se veía estresado, no quería imaginar a Aquino.

—Solo llámalo y dile que lo estoy esperando ¿Si?—

Estailus solo bajo la cabeza y saco su celular, le llamo a Aquino y Duxo juraba haber escuchado un grito de frustración en la llamada.

—¡Ya estoy aquí!— Su madre y él voltearon a ver a Aquino.

Este se le notaba cansado y nervioso. Su traje negro combinaba con el de Duxo, haciéndolos un gran complemento.

—Por fin llegas, ya hasta Estailus se fue a sentar.—

—Perdóname Dove, es que estaba muy asustado.—

—Ay Aquinito, no pasa nada, ya estas aquí.— Le sonrió.

•Me enamore de un sacerdote•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora