Capítulo 2

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Segundo día en Oak Hills.

Me levanté como todos los días aunque en diferencia con los otros, esta noche no había llorando, supongo que sería porque leí hasta que mis ojos no pudieron aguantar más. Como todas las mañanas desayuné mi ración de "Choco Crispis", decidí dar una vuelta y entrar en la librería que vi el otro día.

Esta vez opté por un vestido, y mis convers blancas, no era lo más arreglado pero si lo mas cómodo. Me miré al espejo intenté peinar mi pelo castaño y tras unos cuentos tirones lo conseguí, hoy mis ojos azules grisáceos brillaban más que ningún día.

Antes de salir avisé a mi padre que estaba sentado en el sofá con su cabello rubio despeinado, a decir la verdad él y yo no nos parecíamos en nada, él era rubio con ojos marrones, yo era castaña con ojos grisáceos.

Es un día oscuro, no muy típico del verano, pero por lo que leí ayer en internet aquí son normales los días así, tendré que acostumbrarme.

La calle está llena de gente, y los arriates donde están sembrados los árboles se encontraban llenos de flores, era un paisaje bastante colorido.


A medida que miraba los libros pensaba y me hacía a la idea de que tendría que hacer amigos, aunque estar sola me gustaba más, pero no me puedo pasar toda mi vida aislada en mi burbuja tendría algún día que abrirme al mundo, y a lo mejor con suerte consigo encontrar a alguien que tenga los mismos o parecidos gustos que yo, pero en esta época pocas personas son adictas a la lectura.

Encontré el libro que deseaba "Cumbres borrascosas" tenía ganas de leerlo, la mujer cuando me acerqué a pagarlo me miró con cara extraña, no estará muy acostumbrada que personas jóvenes alquilaran libros. Lo abrí tenía numerosas páginas marcadas con frases subrayadas. Era bastante interesante.

El día estaba transcurriendo bastante bien sin nada interesante que resaltar, dentro de unas horas los vecinos vendrán a comer aquí. Es mejor que me bañe y me arregle un poco, quiero tener buena apariencia.

El agua caliente recorría por mi cuerpo, y recordaba todos los buenos momentos de mi vida, lo que fueron mis amigos, todo. Pasé mis dedos por mi muñeca recorriendo la tinta negra que formaba un pequeño corazón.


Al terminar de arreglarme, decidí ayudar a mi padre a poner la mesa, de la mejor manera que podía, tenía que estar presentable para los invitados, mi padre me informó que tenían dos hijos, una niña, y un niño de dos años mayor. El tiempo que quedó me lo pasé leyendo las frases por encima, quien lo leyese tenía bastante buen gusto, una de ellas estaba rodeada. "El mundo es una odiosa colección de recuerdos que claman que ella existió y yo la perdí". ¿De quién habrá sido? Seguro de una persona mayor, aunque si lo piensas, un anciano educado y culto no habría mal cuidado un libro así subrayando y marcando con pequeños pliegues las páginas, yo también lo hacía pero claro con los mios.

Sacándome de mis pensamientos el timbre sonó, me encaminé a darles la bienvenida, con suerte a lo mejor hasta hacía una amiga.

La familia Brown, tenían una apariencia bastante peculiar, por no decir extraña.

El padre llamado Will y la madre Sky, ambos son muy parecidos, ojos verdes, pelo negro y tez blanca. Mientras que Sam, una niña pelirroja con ojos azul intenso, vestida con un corto vestido y a decir verdad bastante maquillada. Eran polos totalmente opuestos.

Miré para todos lados ¿No tenía un hermano?

Empezamos a comer, Sam se sentó al lado mía es muy habladora, aún así me siento cómoda al lado suya, es bastante natural. En varías ocasiones vi como no paraba de mirar algunos de mis tatuajes y sobre todo el corazón ¿Tendrá ella también?

El resto de la cena me habló sobre el pueblo y sitios donde salir y visitar.

Y al parecer ya tengo planes para mañana.

Al fin y al cabo lo poco que queda de día no está yendo tan mal.

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