Ryoga

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Jussenkyo podía definirse en una palabra "maldición".

Eso era lo que significaba para mí desde el momento en el que desafortunadamente caí en uno de sus lagos.

Aprender a vivir con el miedo de que te transformes en un cerdo negro en cualquier momento no es agradable.

Aun así, desde los 16 años, busqué sin cesar una solución para esta maldición. Aunque mi mala orientación era la causante de que terminara envuelto en otros problemas. Ni siquiera recuerdo cómo es que lograba librarme de ellos.

Ahora, a mis 25 años de edad, puedo decir que me he rendido y solo quise vivir mi vida de una forma más tranquila.

Pero no era así y la culpa de las decisiones que tomé me perseguían a diario.

...

Desperté agitado, el corazón me latía con mucha fuerza, tanto así que era capaz de escucharlo. Ni siquiera podía abrir bien los ojos, pero me encontraba sentado en la cama.

—¿Ryoga? ¿Te encuentras bien? —aquella voz que era tan conocida para mí, resonó por la habitación.

—Si, solo fue un mal sueño. —Uno que podía hacerse realidad en cualquier momento.

El tiempo pasaba y las cadenas que me atan cada día son más pesadas.

Solo era cuestión de que llegara la fecha límite y todo lo que construimos se convierta en una gran nada.

El alma en los labios - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora