Capítulo 1

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La vida siempre está dando vueltas. Nadie puede huir de lo que está planeado porque pareciera que nuestros caminos están escritos y existen millones de posibilidades de lo que puede suceder en nuestro futuro.

Es nuestra decisión si queremos que se cumpla lo previsto.

Pero piensalo bien, porque si te arrepientes no habrá una sola persona que sea capaz de ayudarte. Estas sola. Estas solo.

Un día estás arriba, siendo adorado por todos y al otro, no eres nadie. No dejaste ni una sola memoria agradable para los que estuvieron a tu alrededor. Un desgraciado más.

Por la mañana, aborreces y puedes desearle el peor de los males a esa persona que tanto odias y que quieres quitarlo de tu camino, pero por la tarde anhelas pasar un segundo más a su lado. Ser parte de su vida.

Era lo que sucedía con Ranma.

Su vida a lado de su padre, la familia Tendo y sus molestas (aunque aparentemente buenas) prometidas era todo lo que lo rodeaba día a día.

Era un chico algo molestoso y bromista. Solía presumir de sus capacidades físicas en las artes marciales la mayor parte del tiempo al igual que su bien formado cuerpo. Músculos por todas partes y una sonrisa espectacular, un buen y deseable partido.

Incluso si cargaba con una maldición que lo hacía transformarse en chica cada que el agua fría tocara su cuerpo. Claro que sacaba su provecho de ello, como no podría hacerlo.

Cuando era una chica, todo el mundo la volvía a mirar. Pelo rojo tan llamativo a los ojos de cualquiera, de estatura pequeña con cuerpo deseable. Senos redondos y grandes, cintura estrecha y caderas anchas. Piernas tonificadas y ojos más celestes que el mismísimo cielo.

Si no supieran quién era, perfectamente la confundirían con una diosa sagrada.

Pero ahora, toda esa vida de halagos, peleas amorosas y compromisos extraños había desaparecido y como cualquiera tuvo que adaptarse a las circunstancias para continuar.

Porque enamorarse de su jurado rival, Ryoga Hibiki, es algo que jamás planeó para sí mismo y ahora...

Eran una pareja. Eran novios, estaban juntos.

Eran marido y mujer para la sociedad.

Ranma despertaba cada día con una sensación extraña en su pecho. Solo podía pensar que estaba en un sueño y esta era una de las fantasías más extrañas en lo oculto de su corazón.

¿Acaso todo esto es real? —se preguntaba tratando de conectar con el presente.

Lo era, por completo.

Solo tenía que hundirse en sus recuerdos para caer en cuenta de que sí, en efecto, estaba viviendo de una forma que jamás pensó, pero que no le molestaba porque se trataba de mentir para estar junto a quien ama.

Amar... ¿Cómo sabe que lo ama?

Sabía que su cercanía con Ryoga no era muy normal, no era la de unos simples amigos que pelean de vez en cuando. No, había algo más. Lo descubrió cuando se vió a sí mismo deseando estar más cerca de él, de su calor, de su aroma a madera fresca.

Era él luchando con todas esas emociones que lo jalaban y empujaban a realizar cosas que jamás haría, pero estaba atontado. Como si tuviera un hechizo.

Solo que no era él el único que quería ir más allá. Él no era el único que quería romper todas esas barreras transparentes.

¿Por qué se enamoró? ¿En qué momento empezó a ver a Ryoga como una posible pareja y no cómo su amigo?

El alma en los labios - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora