❝ ...Quiero terminar con Min. Es tan caprichoso, ¿Acaso no madurará nunca? ❞
Donde Jeon, un chico atlético y el más seguido de la universidad, quiere terminar con su novio porque es 𝘥𝘦𝘮𝘢𝘴𝘪𝘢𝘥𝘰 infantil para alguien como él.
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En cuanto los padres de Yoongi entraron supieron y también supusieron que fue Jeon quien había hecho todo ese desastre, ellos fueron los primeros en advertir a su hijo de no involucrarse con él, pero nadie más que ellos saben que su hijo era el chico más terco que pudieron conocer o que existía, realmente era así, aún sabiendo eso, no podían interferir, YoonGi igualmente saldría con él aunque se lo prohibieran, así que no podían hacer nada más.
Todo el resto del día Jimin se quedó en casa de los Min para tranquilizarse y también porque le dijeron que se quedara hasta que vieran que el golpe no lo haya afectado, se disculpó por actuar tan impulsivamente y, aunque no fue su culpa, de haber provocado toda esa violencia en aquella gran casa. YoonGi estaba enfadado, hervía de rabia y coraje, ¿por qué si valía tan poco para él seguía comportándose de esa manera?, ¿por qué tuvo que ser violento en lugar de hablar?
Debíamos admitir que, aunque fue cruel, YoonGi hubiera perdonado a Jungkook si lo hablan, si realmente se veía arrepentido, tenía esperanza de que el tiempo que pasaron juntos hubiera servido para que él se diera cuenta de lo que perdió. Pero no, ese tipo de “hombres” no cambian, jamás cambian.
Tras haberlo pensado, tras analizar todo, se dió cuenta que inconscientemente Jeon le había dado todas las herramientas para que pudiera vengarse, sabía tanto de él pero Jeon no sabía nada de Yoongi. Una sonrisa se presentó en su rostro casi de manera macabra, había sido un lindo corderito, sabía de su fama, sabía que muchos tenían sueños húmedos con él por el simple hecho de su físico pero ¿eso importaba ahora? Definitivamente se iba a vengar de Jeon y definitivamente lo iba a disfrutar como nunca.
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Al día siguiente, ya en el instituto, todos hablaban de lo "caliente" que se veía Min, pues claramente había comenzado su venganza. Todos los días antes de su ruptura, YoonGi procuraba vestirse "decente", tenía ese tipo de estilo con suéteres grandes y anchos, pantalones con corte recto y todo en colores oscuros o claros opacos. Ese día no, ese día llegaba un pantalón oscuro entubado, resaltaba ese cuerpo que desde la infancia se esforzó en marcar; tenía un suéter, si, pero uno con transparencias y, de bajo, tenía una camisa de tirantes que le marcaba el abdomen y, aunque era bastante delgado, se le podía distinguir la cintura y parte de su pecho ligeramente realzado. Una obra de arte cruel pero silenciosa.
Jeon apenas iba entrando cuando uno de sus amigos le habló como su ex había brillado justo después de su ruptura. Claramente no se lo tomó bien, así que se apresuró a ir por el pasillo que llevaba a la clase del pálido y, oh dios, él pudo sentir ese efecto, sus pupilas se dilataron como si hubiera visto un postre apetitoso, estaba a punto de acercarse cuando lo vió.