O O 8

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Hay dos lados. Ellos siempre estarán equivocados.

Eran días raros y estresantes para Jeon Jungkook pero ¿Cómo había terminado así?; Jeon pasó de ser un chico respetado y deseado a ser alguien más en las listas, alguien a quien no se le acercaban tan fácilmente porque comenzaba a decaer su imagen ...

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Eran días raros y estresantes para Jeon Jungkook pero ¿Cómo había terminado así?; Jeon pasó de ser un chico respetado y deseado a ser alguien más en las listas, alguien a quien no se le acercaban tan fácilmente porque comenzaba a decaer su imagen hasta lo más profundo.
Merecido lo tenía, lo sabía, aún así, no entendía como rápidamente todo se supo.

Quizá fue porque tuvo rabietas frente a varias personas, quizá fue porque enfrentó a yoongi en un lugar nada privado y justo en horario de clases, como si ni siquiera las calificaciones le importaran, tal vez fue porque sus amigos no paraban de reprocharle lo que hacía.
Tal vez fue su culpa, pero no estaba seguro.

Sabía que era muy cínico de su parte hacerse parecer la “víctima” aquí pero realmente no sabía como actuar ante ese tipo de situaciones.

Jungkook creció en un hogar donde su madre siempre manipulaba las situaciones para ser ella quien “sufría” ante cualquier acción de su padre que a ella no le agradaba.
Con ello, se llevaba entre las piernas al pequeño Jungkook, quien no lograba entender porque su madre y padre peleaban todas las noches.

Desarrolló un método de defensa parecido a lo que hacía su madre, pues fue ella misma quien lo instruyó para poder sobrevivir en una vida tan cruel y dura para personas “como ellos.”
Su madre fue quien le enseñó que, aunque él fue quien cometió el error, la otra persona siempre debió hacer algo antes para que él hubiera hecho eso, definitivamente eso era.

Así que, en ese momento, culpó a Yoongi por ser tan caprichoso, por hacerlo complacerlo en todo aunque realmente ni siquiera era algo difícil. Fue su culpa si se acostó y engañó a su lindo novio porque, obviamente, Yoongi sabía que él no podía cambiar tan fácil y era claro que de la noche a la mañana no podría dejar de ir detrás de otros chicos, como lo hacía soltero.

Pero también pensó detenidamente en su infancia, fue difícil porque había reprimido tantos recuerdos que le hacían doler el pecho.

Recordó que cada vez que su madre no conseguía que su padre cambiara de opinión sobre cualquier cosa que a ella le desagradara – realmente cualquier cosa, hasta lo más mínimo –, salía hecha una furia de la casa, se ponía ese vestido rojo que tanto detestó durante sus años de infante, esas zapatillas negras de tacón afilado y un labial rojizo. Era una escena tan bizarra para un niño. No regresaba en días, la última vez que sucedió eso, ella desapareció por cinco días y  apareció hasta el fin de semana.
Claro que su padre era quien se encargaba de él durante esos días, sin embargo, no era ese padre bueno que no puede decir que no y que es, en gran medida, una mejor persona que su madre. No. No tenía un buen padre, su padre lo dejaba con la señora que hacía la limpieza y un par de billetes grandes, pedía que no lo molestaran y se iba a trabajar.

Su padre llegaba y estaba presente, pero nunca se preocupó por su pequeño hijo, víctima de todo ese ambiente. Ausente.

Jungkook recuerda algo muy claro, casi como un sueño lúcido.

... 𝗤𝗎𝗂𝖾𝗋𝗈 𝗍𝖾𝗋𝗆𝗂𝗇𝖺𝗋 𝖼𝗈𝗇 𝖸𝗈𝗈𝗇𝗀𝗂  ⦙  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora