†Capítulo 4†

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Bienvenidos a mi mundo irreal.

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El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada. -Rousseau.


Sentimientos apagados.

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1 DE JULIO DEL 2024.

Noche del día.

San petersburgo - Burdel темный

Aplico brillo labial en mis labios mientras me observo en el espejo: me veo como una persona diferente, lo cual me resulta fascinante. Mi cuerpo permanece inalterado, a excepción del tatuaje en mi espalda, que ha sido cubierto por el maquillaje y la purpurina, creando así una apariencia de piel uniforme.

He decidido adornar mi figura con numerosos brillos, lo que me confiere un resplandor notable en todo mi cuerpo. Mi objetivo es captar su atención, y considero que la mejor manera de lograrlo es destacando como la persona más brillante del entorno.

Me pongo de pie y cambio cuidadosamente el estilo de mi peluca plateada, acomodo mis senos y detallo mi trasero; por último, cierro la bata que me cubre. Un golpe en la puerta me llama la atención: ahí está Karim observando su celular.

―¿Todo listo? ―me pregunta, y le doy una mirada mientras tomo el vaso de Bourbon que hay en la encimera.

La bata que cubre la lencería blanca brillante que llevo puesta se desliza de mi cuerpo. Al pasar a su lado, me dirijo hacia el escenario.

Mi atención en el escenario se ve atraída por el hombre de cabello castaño que viste un traje negro, el cual evoca la imagen típica de un mafioso. Me pregunto si en el gobierno se obsequian trajes, ya que ninguno parece tener estilo. La música comienza a sonar; he elegido una canción latina, y es evidente que los hombres tienden a sexualizar a las mujeres cuando danzan con estas melodías, lo cual puedo aprovechar a mi favor.

La canción "Diva Virtual" de Don Omar resuena en cada rincón del lugar.

Me elevo en el tubo y comienzo una coreografía sensual y provocativa, ejecutando movimientos seductores mientras realizo acrobacias que suscitan los aplausos y vítores de los hombres, quienes expresan palabras y frases subidas de tono.

Con un aire de encanto, cautivo y observo a cada hombre, insinuándome y mostrando mis atributos.

Dejo a un lado el tubo y me acerco más al público, moviendo mis caderas y abriendo mis piernas frente a todos. Me pongo en cuatro y me acerco a mi objetivo, que me recibe gustoso, tomando mis caderas y pegándome a su pantalón.

Comienzo a acercar nuestras partes y percibo la presión de su miembro contra mí. Deslizo mi lengua por su boca; entonces él agarra con fuerza mi cuero cabelludo, impidiendo que me aleje. Con determinación, bajo una de mis manos y presiono su pantalón en la zona donde se encuentra su pene, lo que provoca un quejido de su parte. Debido a esto, me suelta y puedo regresar al escenario.

Doy mis últimos pasos de baile y los aplausos resuenan a mi alrededor. Me quedo de pie mientras un presentador se acerca, acompañado de Karim, que ahora parece un anciano dispuesto a vender a su hija por necesidad. Empezarán a subastar una noche conmigo, en la pantalla que se encuentra detrás del escenario: los ceros se empiezan a ver, hasta que nadie más logra superar la cifra de una persona, y es el coyote.

DepauperarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora