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Toni se estiro soltando un bostezo mientras organizaba algunos documentos de las próximas campañas de marketing, estaba concentrado pero unas leves ojeras se habían formado debajo de sus ojos, la noche no había sido amable con él, había tenido una que otra pesadilla, miraba la computadora en estado zombie, tecleaba y fruncía el ceño si veía algo fuera de lugar, murmurando un leve "aparta", palabra que su hermano le pego cuando era quien la decía todo el rato.

—Creo que deberías tomarte un descanso, te ves muy frustrado.

Escucho una voz cantarina, mientras veía como José se sentaba al lado de él, viéndolo con una sonrisa burlona. Toni rodó los ojos y concentro su mirada en la computadora de nuevo.

José era aquel amigo molesto que te jodía cuando estabas cansado, pero que si en serio te veía mal te podía dar la plática más seria y emotiva del mundo.

Conoció a José cuando llevaba una semana en la empresa, lo dejaron a su cargo ya que el rubio era el más paciente de todos los expertos, siendo que lo último que recuerda cuando le dijeron que capacitaría a José es que había estropeado la impresora del tercer piso, había explotado el cartucho de tinta roja y no tenían ni idea como lo había hecho, solo al llegar vieron al pobre beta tratando de arreglar inútilmente la máquina, con su ropa llena de tinta; Toni se encargó de capacitarlo por al menos un mes entero, quizá se habían metido en algunos problemas porque a veces se dejaban levar por la torpeza pero quedaron como buenos amigos, aunque José estaba en el departamento de ilustración, se pasaba de vez en cuando solo para joder al rubio.

—Jodete. —Escucho solo una pequeña risa del moreno y lo miro. — ¿Por qué estas holgazaneando, estas subidito?

El beta se rio con más ganas y negó levemente con la cabeza, le acerco a Toni un sándwich de la cafetería de la empresa, mientras le sonreía levemente.

—Anya me dijo que has estado trabajado duro, sin darte un descanso.

José lo miro más tranquilo, Toni suspiro y se estiro en su asiento tomando el emparedado, dándole un mordisco de manera rápida, quizá había estado exagerando en la manera que se estaba esforzando, tenían una semana para sacar el prototipo de la marca que les pidió hacer ese proyecto y ya tenía el trabajo completado, aún faltaban 5 días.

Toni tenía aquello que llaman perfeccionismo, y lo peor es que se enfocaba tanto en el trabajo que pasaba horas y horas sin darse cuenta, descuidando su alimentación y descanso, cuando regresaba a su estado normal, el cuerpo y su estómago gruñían, era como una droga.

O quizá solo lo hacía para no pensar en el pasado, quien sabe, detalles.

—No me di cuenta que paso tanto tiempo. —dijo tranquilo mientras mordía de nuevo aquel sándwich. —Grachias phor el sándwich.

El moreno frunció las cejas. —Qué asco, no hables con la boca llena.

Toni solo soltó una risita y siguió comiendo mientras empezaba a platicar trivialidades con el moreno, agradecía que su mente no se enfocaba en algo malo, por el momento.

*.✧.。*

—Toni, es un excelente trabajo pero me da un poco de miedo que te di una semana y está listo en dos días ¿Estas bien?

La voz de Carlo retumbo por aquella habitación en la junta privada, Toni siempre debía informarle de los avances cuando Carlo lo necesitara, pero el hecho de tener avances tan prometedores le preocupaba.

Los ojos celestes de Carlo se enfocaron en él, analizando su cuerpo con detenimiento, cosa que lo puso nervioso y podía jurar que escuchaba los latidos de su corazón acelerarse.

Pelea de papásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora