INTRODUCCIÓN

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Briminghan, Inglaterra 1919.

El traqueteo del bello caballo negro, sobre el lodo, se escuchaba que iba ingresando en aquel barrio chino.

Nubes grises anunciaban nuevamente una llovizna, tristemente dulce para los ciudadanos. Mujeres y niños corrían a ocultarse de aquel hombre que se mostraba imponente, sus ojos azules transmitiendo frialdad, montado sobre su caballo como si fuera el rey de aquel lugar.

Todos le temían.

¿Y como no? Si era el mismísimo Thomas Shelby, líder de los malditos Peaky Blinders.

Las mujeres y los niños en su curiosidad, desde sus escondites trataban de observar lo que sucedería.

¿Que hacía el allí?

Tomas Shelby se detiene en medio de aquel callejón, como si estuviera esperando algo o alguien. Hasta que un hombre de rasgos asiáticos aparece en su campo de visión, arrastrando a una mujer.

— Es ella señor.—dice el asiático. Thomas observa a la mujer asiática.

— Es la chica que leé la suerte.— asegura el gánster, para luego sacar de su bolsillo un billete.

La joven mujer susurra algunas palabras, para luego soplar aquel polvillo carmesí sobre el animal.

— Está haciendo un hechizo mágico que para gané una carrera. —susurraba el niño a sus amigos, que tuvieron la oportunidad de esconderse muy cerca de los adultos.

—Cuidado con la mujer serpiente, Señor Shelby, en su veneno y en su encanto se esconden peligros ocultos.— dice la mujer mirando directo a los ojos azules del hombre para luego recitar con voz lúgubre:
En el jardín encantado de mi ser,
una sombra reptil se atreve a aparecer,
con piel de seda y ojos de hiel,
una serpiente peligrosa, de encanto sutil.

Sus fauces venenosas ocultan su simpatía,
un veneno tan dulce, un mal que sacia,
con labios carmesí y engaño en su mirada,
me atrae y cautiva, dejando mi alma atrapada.

Susurra promesas falsas al oído,
y enreda mi corazón como si fuera nido,
una serpiente encantadora pero letal,
peligro clandestino en un amor criminal.

Sus sinuosos movimientos, seducción venenosa,
enredándose en mi cuerpo, causando alboroto,
sus escamas, acariciando mi piel como pétalos,
pero su veneno profundo, no olvidemos, es un regalo.

Advierto mi corazón, vulnerable e ingenuo,
que debo apartarme de su abrazo lascivo,
pues su mordida consume el amor puro,
y convierte en agonía lo que era un futuro.

Aunque su belleza me fascina e hipnotice,
debo alejarme de sus garras y artificios,
pues la serpiente, por más que desee amar,
es un peligro letal al que debo esquivar.

Así que corazón, escucha mi advertencia,
no permitas que el amor se tiña de violencia,
mantente alejado de su seducción,
y protege tu pureza, no caigas en tentación.

La serpiente romántica, embriagada de ilusión,
esconde en su abrazo veneno y traición,
no sucumbas a sus encantos oscuros,
y conserva tu espíritu, siempre puro.
Era la villana en un historia mal contada.

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