Capítulo 4

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-Rachel, estás hermosa.- alaga Massimo Lamborghini. Con una mirada llena de deseo logrando llamar la atención de Thomas.- Bienvenido Hong Tao.

- Gracias Massimo. - responde con una sonrisa de cortesía la castaña. El asiático solo asiente con la cabeza en dirección al italiano.

- Que malos modales Rachel, acaso no piensas saludar al que será tu futuro esposo -comenta Narcisa con superioridad, rodeando el brazo del italiano.- No seas desconsiderada niña.

Rachel sonríe con arrogancia.- Tienes toda la razón y aquí estoy para conocer al gran empresario.- dice para dirigirse hacía dónde se encuentra el ojiazul que la mira de forma penetrante y con mucha intensidad.

Y como si de un puñetazo se tratase, el aroma a vainilla y chocolate golpea a Tommy dejándolo por un momento aturdido por la fragancia y la cercanía. Definitivamente su futura esposa lo estaba destabilizando.

- Buenas noches Thomas Shelby, es un gusto conocerte.- saluda extendiendo la mano derecha- Soy Rachel D'Evil tu futura esposa.

Por un momento el hombre queda perdido en la mirada de la curvilínea y voluptuosa mujer, sus ojos de color chocolate lograron atraparlo.

No estaría mal intentar algo con su futura esposa. Había conocido a una rubia, la nueva camarera del Harrison, que había llamado su atención.

Pero su futura esposa, lo sorprendió, tenía una belleza atrapante y en ningún momento se sintió ofendida por los malos tratos de su madrastra, ella luce con orgullo sus curvas, derrochando sensualidad y elegancia. Con una mirada de picardía con coquetería, sus ojos color miel tenían un brillo de rebeldía y misterio. No parecía a la mujer de la alta sociedad, sumisa y controlable, presentía que era una alma libre e indomable.

- Un gusto conocerla señorita D'Evil.- saluda Thomas estrechando la mano, para luego besar el dorso de sus manos, sin dejar de mirarla.

- Que caballeroso señor Shelby.- alaga Rachel, para luego observar a Arthur y a John.- Bienvenidos mis queridos cuñados.- los saluda, para observar las bebidas.- ¡Oh por Dios Sisi! Ni en esta ocasión dejas de ser una tacaña. ¡Por favor mujer! Estás apunto de deshacerte de mí. Te aseguro que me vas a extrañar mucho.

- Ni en mis sueños.- le responde la diseñadora.

Rachel hace un gesto de fingido dolor.- Auch! Justo en el cora. Mejor cambiemos de bebida -dice buscando al mayordomo -. ¡Freddie!

- Señorita Rachel, ¿que necesita? .-pregunta el hombre mayor.

- Querido amigo, sirve a estos hombres de negocios un buen whisky y a mí un tequila blanco con limón y sal.- ordena con una sonrisa Rachel.- Hoy debemos de celebrar mi matrimonio.

- ¿Tequila? -preguntan extrañados John y Arthur al mismo tiempo.

- No es una bebida común por Europa.- agrega Arthur.- Pero si bastante fuerte.


- No te preocupes cuñado, lo tengo bajo control. -le responde Rachel guiñandole un ojo.

Hong Tao suelta una risita burlesca. Su amiga era un barril sin fondo con el alcohol.

- Recuerda que debes seguir tus consultas al médico para controlar tus problemas con el alcohol. - comenta ponsoñosa su madrastra.

Rachel sonríe fingidamente. Su madrastra quería a toda costa arruinarle la vida y humillarla pero se divertiría de ella por ahora.

Thomas Shelby observaba la disputa entre su prometida y su madrastra. En verdad se odiaban, pero no está en sus planes tener una esposa que bebiera como si no existiera un mañana.

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