Capítulo 5.

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— Pueden empezar a cantar señores.— escupe molesto Hong Tao, mirando a los hermanos Shelby.

Thomas levanta una ceja, de forma retadora en la dirección del asiático. Aún no podía procesar que su prometida se dedicaba a ese tipo de cosas.

Vender armas a los Irlandeces? Ni en sus peores sueños se imagino aquello. Definitivamente no puede subestimar a aquella mujer de curvas mortales. Aumentando más su curiosidad hacia su prometida.

¿Que más sabía hacer?..

La carcajada que suelta su prometida, logra sacarlo de sus pensamientos. Observa como camina hacia al bar de la sala moviendo con vaiven de caderas hipnotizantes y se sirve directo de la botella de tequila, así en seco. Hace una leve mueca ante aquel gesto. Al parecer su suegra si tenía razón, su hijastra es una alcohólica. Polly no podría soportar aquello de una dama. Su tía si bebía, pero Rachel D'Evil era otro nivel.

— Con que ahora nos robamos antes del matrimonio querido Thomas.— suelta sarcástica Rachel volviendo a reír.

— Es el destino en modo hijo de puta .—exclama Susi.

— Pues que hijo de puta.— apoya sonriente Rachel observando a Thomas directamente, para transformar su rostro a uno más serio y frío.— Algo que agregar o nos agarramos putasos.

Y con una lengua sucia.

Quizá esa lengua era buena para otra cosa también. Podría castigarla por cada mala palabra, pensó Thomas, con una media sonrisa, disfrutaría castigarla.

— ¿Tan pronto se terminó el encanto? .—pregunta burlesco el gánster, para luego prender un cigarro  y sentarse en el sofá de forma despreocupada y soltar el humo.— Siéntense Arthur y John que esto va para largo.— ordena y sus hermanos obedecen.

— Wow los tiene bien entrenados a sus perros, señor Shelby.— felicita Susi aplaudiendo como niña chiquita.— Los entrena muy seguido...

Arthur y John casi saltan a ahorcar a la Susi.

Thomas frunce el entrecejo, fulminando a la rubia, en definitiva aquella mujer no ayudaba a que su mal humor apereciese y mas ahora descubre que su prometida se dedica a lo ilegal.

La señora Becker lo había engañado. Su hijastra no se asemejaba a lo que siempre le cantaba. Había caído en una trampa.

Rachel sin embargo estaba más que molesta, aquella mercancía debía llegar sin contratiempos era dinero. ¡SU DINERO!

Ahora descubre que su prometido esta implicado, no estaba en sus planes y le molestaba sobre manera. Maldita... Decía una y otra vez hacia su madrastra, quién estaba detrás de toda esta locura del arreglo de matrimonio. Pero no estaba dispuesta a retroceder, su futuro esposo era prácticamente un bebé en el mundo de lo ilegal y ella ya se había manchado demasiado las manos para perder su poder. Había muchos queriendo sacarla del juego, pero siempre había logrado imponerse ante aquellos hombres, demostrando su capacidad de fuerza e inteligencia.

Y por más que su futuro esposo sea apateciblemente follable, con esos ojos azules gélidos, labios dispuestos a ser besados sin descanso y con una hombría marca diablo de esos que te dejan con la piernas temblando y saciada de orgasmos pero con ganas de más y más

Concéntrate estúpida!! Te acaba de robar. Gritaba su conciencia.

Pero desde que vio esos ojos azules sabía que estaba perdida. Al ver por primera vez a Tommy Shelby, su corazón dio un vuelco. Sus rasgos faciales eran marcados y severos, pero a la vez emanaban un atractivo magnético.

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