Capítulo 6

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Rachel D'Evil.

Pasado.

Me encontraba en la enfermería, atendiendo a los soldados heridos que llegaban del frente.

La guerra había cobrado un alto precio en vidas y en sufrimiento, y mi labor como enfermera era intentar aliviar en la medida de lo posible el dolor de aquellos valientes hombres.

Mi padre, el general Edmund D'Evil, tan cariñoso había logrado que me asignaran a esta enfermería de campaña, con la esperanza de protegerme de los horrores del frente y de los constantes bombardeos.

Odiaba estar aquí y mi padre lo sabía. Quería estar en el campo de guerra, peleando, pero su odio y orgullo hacia mi persona, no le dejaba ver mi capacidad también como soldado. Era buena y todos los sabían.

Pero como siempre su fidelidad a las costumbres fue más fuerte, desechando mis habilidades en combate y manejo de armas.

Una tarde, un joven soldado fue traído a la enfermería tras un terrible accidente en las trincheras. Me habían dicho que su nombre era Thomas Shelby, un hombre valiente y decidido que se desempeñaba como encargado de cavar túneles y desactivar bombas.

Sus ojos azules reflejaban determinación a pesar del dolor que evidenciaban. Me impresionó su entereza y su aura de valentía en medio de tanta desolación.

Durante los días que pasó recuperándose, Thomas y yo entablamos conversaciones cada vez más profundas. A pesar de la diferencia de nuestras posiciones, encontramos un terreno común en medio del caos de la guerra. Compartimos risas, historias y, a veces, silencios nuestros cuerpos hablaban más que mil palabras.

Thomas buscaba cualquier excusa para pasar tiempo conmigo, a menudo simulando dolores persistentes para que lo revisara personalmente. Sus ojos buscaban los míos con una intensidad que me hacía estremecer, y su sonrisa  me hacía olvidar, aunque fuese por un instante, el horror que nos rodeaba.

A medida que el tiempo pasaba, nuestros encuentros se volvieron más frecuentes, y aquella enfermería de campaña se convirtió en el escenario donde algo profundo  crecía en medio de la devastación, pero que jamás floreció.

A pesar de las circunstancias adversas, la presencia de Thomas hacia más amena mis días y me daba un motivo para enfrentar la brutal realidad que nos rodeaba.




Actulidad



Los labios de Thomas me aprisionaban en un beso cargado de deseo y pasión, me rodeó con sus brazos y tiró de mí con tanta fuerza que sentí lo duro que estaba. 

Su polla era como un tubo de plomo clavándose en mi vientre.  Y era la sensación más excitante.

—Al principio será duro y rápido, por qué jodidamente te extrañe— murmuró contra mis labios —. Después, me aseguraré de que sea dulce y lento. —dejé caer ligeramente la cabeza hacia atrás, sentí su lengua recorrer el lateral de mi garganta antes de que volviera a introducirla
dentro de mi boca. —Me aseguraré de que mi prometida se corra tres veces antes de que se desmaye del placer.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2023 ⏰

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