Historias diferentes: capitulo 9

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LA SECRETARIA ZORRITA

Estaba sentada en mí mesa, ejerciendo cómo secretaria, había llegado un rato antes al puesto de mí trabajo, del cual soy la envidia de todas las chicas, pues a ellas les encantaría poder estar en mi puesto y ser las secretarias de mí jeje, el cual es un apuesto y codiciado hombre de negocios, mi compañera e envidiosa Laura, lleva detrás de él desde que entró a trabajar en la empresa, pero yo creía que no había conseguido nada todavía, hasta el día de hoy...

Quería poder ordenar mí escritorio, antes de que llegara mí fefe, puesto que el día anterior, no me dió tiempo de ordenarla, por qué tuve que salir, medía hora antes, por asuntos personales.

Me había enfocado tanto en ordenar susodicha zona, que sin darme cuenta, tire al suelo unos papeles que tenía sobre ella, me agache a recogerlos, se habían esparcido por todo el suelo, iba con prisa, puesto que quedaba poco rato para que la demás gente, viniera a sus puestos de trabajo, así que debía apresurarme, con las prisas no me daba cuenta de que mi tangita, se asomaba por bajo de la minifalda, que llevaba puesta, a estás...

Escucho detrás de mí, el garaspeo de una garganta masculina, haciéndome que me sobresaltara.

- Bonitas vistas, se ven desde aquí arriba.

Oigo decir mientras me doy la vuelta muy despacio y algo avergonzada, dándome de bruces con unos pies, levanto poco a poco la mirada , viendo que la persona que tengo enfrente de mi, es mí susodicho jefe, lo veo que tiene una amplia sonrisa en sus labios y que su mirada está clavada en mi trasero, en ese momento unos fuertes calores se apoderan de mí cuerpo, haciendo que mis mejillas se enrojezcan, llevo en seguida mis manitas hacia mí culito y me doy cuenta de que la minifalda se me había subido, así que me dispongo a recoger lo más rápido que puedo todos los papeles y me pongo en pie.

- Lo... lo siento je... jefe, estaba recogiendo los papeles, y sin darme cuenta los caí al suelo, no... no se volverá a repetir.

Decía algo nerviosa, con mi mirada hacia el suelo, esperando que mi jefe no me echara por el incidente que acababa de ocurrir.

El puso su mano en mí mentón y levantó mi cabeza, para que levantará mí vista hacia el.

-No te preocupes, cosas así, nos pasan a todos. Todos los días. En cuanto termines de colocar los papeles en tu mesa, ven a mi despacho, ya que estás aquí tan temprano, me ayudarás a redactar una carta, que tengo que hacer.

Seguidamente el se dirigió a su despacho y cerró la puerta, yo quedé allí ordenando el desbarajuste que tenía sobre mí mesa, al terminar me dirigí hacia donde se encontraba mí jefe, llamé a la puerta, esperando su permiso para poder entrar, en cuanto me dio su permiso yo entré.

Una vez dentro...

- Pasa, pasa y siéntate en esa mesa.

Me decía mientras se dirigía hacia la puerta, para cerrarla con cerrojo, yo lo quedo mirando un tanto sorprendida y nerviosa a su vez, al ver cómo la cerraba.

Ha estás el me dice, con una sonrisa un tanto picarona en sus labios...

- No te asustes, sólo cierro para que nadie nos moleste, pues es algo muy importante lo que te voy a redactar.

Intento relajarme yendo hacia la mesa, sentándome frente al ordenador.
El desde su mesa comienza a dictarme y yo comienzo a escribir.

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