Historias diferentes: capítulo 3

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UNA PERRITA ZORRITA CALIENTE

Me encontraba de vacaciones, en un hotelucho barato, pues mí presupuesto no daba para mucho más, estaba deshaciendo mí maleta, mirando a mí alrededor aquella habitación, que parecía sacada de una película de terror, pero eso sí al menos tenía la playa a dos pasos del hotel, así que en cuanto termine de organizar mis cosas, me coloqué mí biquini el cuál la parte de abajo es un tanga mini y la parte de arriba sólo me tapa mis pezones, me cogí la toalla y mi bolsa, en la cual llevaba la crema y algunas otras cosas más seguidamente poniéndome las chanclas y me dirigí hacia la playa, una vez allí, busque un sitio donde colocarme, extendí mí toalla sobre la arena caliente, por lor rayos del sol. Me senté en ella, mirando a la gente que había a mí alrededor, saqué la crema y la exparci por todo mí cuerpo, mientras lo hacía vi a un tipo que no dejaba de mirarme, continúe ponienlomela lo más seximente que podía, al hacerlo...
Veo como la polla de ese tipo se endurecía, aquello me puso muy caliente y pasé mis manos sobre mis pezones, extendiéndome por allí la crema de forma sexnsual, excitandolo a él más de lo que ya estaba, al terminar me tumbé en la toalla, abriendo mis piernas para que pudiera ver mí coñito lo húmedo que estaba.
El, no tardó mucho en acercarse y sentarse junto a mí, diciéndome...

-Creo que te faltó algún sitio de ponerte crema, ¿me permites que sea yo quien te la ponga?

Me preguntó, mirando deseoso a mis partes bajas.

Yo cómo la perrita zorrita que soy le sonreí asintiendo con mi cabeza, para que él me la pusiera por esas zonas que tanto deseaba que me tocará.
El no tardó en coger la crema y hechar un chorro por mí culito, el cual se escurrió hasta mí coñito. Comenzó a extenderla lentamente, acariciando ese culito deseoso, el continuó bajando su mano hasta mí coñito, en ese instante di un leve gemido, al sentir ese tocamiento sobre el coño el cual estaba demasiado mojadito, el al sentir aquello, me susurró en mi oído...

-Ummm...
Oh! Zorrita, que caliente vas, te follaria aquí mismo, pero mejor...
¿Te vendrías a mí hotel para poderte follar más agusto?

Yo lo miré deseosa, y volví asentir con mí cabecita, no tardemos en recoger nuestras cosas y ir hacia allí.

Una vez en su habitación...
Él me cogió de mí cabello y tiró de el, haciéndome arrodillarme ante él, el cual se bajó su bañador y puso su polla ante mí boca, diciéndome...

- Ahora, zorrita vas a abrir tu boca de putita que tienes deseosa y vas a comerte mí polla.

Yo abrí mí boquita y comencé a lamer aquella polla que tanto deseaba, que me follara todos mis agujeritos, comencé lenta y suavemente, lamiendola toda, hasta sus huevos, pasé toda mí lengua empapandola toda, con mí saliva, una vez bien mojadita, la fui metiendo en mí boca poco a poco y muy lentamente, haciéndole disfrutar de la misma manera que disfrutaba yo comiendomela.

A estás él me para en seco, dándome otro tirón de pelo, y con su voz enronquecida me dice...

- Oh! Ummm... Zorrita que bien la comes!!! Pero yo también quiero poder comerme ese coñito tan mojadito que tienes.

Después de decir eso, me cogió por la cintura, sentándome en la mesa que había en el salón, y arrancó mi parte de abajo del biquini que llevaba bastante húmedo, abrió mis piernas y agachó su cabeza hasta mí coñito, el cual comenzó a lamer, en ese instante eché mí cuerpo hacia atrás, abriendo del todo mis piernas para dejar que pudiera disfrutar al máximo de esa zona empapada y deseosa, que palpitaba, pidiendo a gritos ser follada.
El, mientas me lámia de aquella manera mí coñito y que tantísimo me excitaba, haciendo que no parará de gemir, empezó a meterme un dedo en mí culito, lo cual hizo que diera un gemido mucho mayor que los anteriores, el al ver que podía meterlo con facilidad, comenzó a ir metiendo más dedos dentro de él.

- Ummmm oh! Que putita que eres zorrita, uffff cómo tienes de abierto esté delicioso culito, creo que me lo voy a follar ahora mismo.

Me dijo y sin poder contestar.

Me bajo de la mesa llevándome al sillón, me colocó de rodillas, agachando mí cuerpo hacia delante, dejándome expuesto mí culito pará él, sin decir nada, clavó su henorme polla en mí culo deseoso, en ese instante volví a dar un nuevo gemido, pero está vez fuertemente pues no puede evitarlo, el gozo que aquello me provocaba en mí cuerpo, era un placer inmenso.
Él la metía y sacaba lenta y fuertemente, dando gemidos al mismo ritmo que yo. Y cuando estaba apunto de correrme...
La sacó dándome la vuelta para poderse follar lo único que le quedaba por follarme, mí coñito súper humedecido, y super deseoso de ser follado, la clavó en el, dándole una y otra vez alternando la velocidad de los movimientos, fuertes y lentos, agarrando fuertemente de mis pechos y tirando de mis pezones... llegamos a ese riquísimo orgasmo que tanto deseábamos los dos.

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