Historias diferentes: capítulo 11

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UNA TARDE DE CINE CON MI PUTITA

Era una tarde de invierno, un día entré semana, en el que Luis decidió llevarme al cine.
Estaba nerviosa, emocionada y excitada, pues era la primera vez que el me llevaba a un sitio así.
Me encontraba en mí casa y se acercaba la hora, los nervios aumentaban cada vez más en mí.
Me dirigí hacia el baño para darme una ducha, si había algo que a Luis le gustaba, era que yo fuera bien limpia a las citas que tenía con el y así de paso calmaría mí nerviosismo bajó los chorros de grifo de la ducha, después de un rato...

Salí y me dirigí al armario
Escogí la ropa y me vesti, tal y como a el le gustaba que yo fuera los días que quedaba con el.
Al rato siguiente ya estaba, peinada, maquillada suavemente, llevaba puesto un vestidito corto, sin bragitas ni sujetador, esperando a que el me viniera a recoger. Los pezones se me remarcaban sobre el vestido, pues hacía frío y eso me provocaba, que mis pezones se endurecieran.

Una vez que vino...

Al llegar al cine, compramos palomitas y nos dirigimos hacia la sala, había poca gente, así que nos sentamos en las últimas filas y al empezar la película...

Yo comencé a comer palomitas, mientras tanto el no podía evitar dejar de mirar mis pezones endurecidos, lo cual le provocaba que su enorme polla se endureciera, en ese momento él, mete su mano por debajo de mí vestido, acariciando suavemente mí coñito, para percatarse de que estaba húmedo, pues el bien sabía que mi coño, se me mojaba con el simple hecho de estar a su lado, por qué siempre lo tenía preparado y apuntó para sus antojos.

A estás me baja el escote de mí vestido, dejando mis pechos a su merced, quitándome las palomitas de mis manos, para colocar una de ellas, en su entrepierna, seguidamente se acerca lentamente a mí oído, en el cual me susurra...

-Has visto, perrita mía, lo que me haces al ir así vestida, tal y cómo a mi me gusta.
Ahora vas a tener que hacer algo al respecto, creo que tú coñito querrá después su recompensa, ya sabes lo que tienes que hacer para conseguirlo.

Me decía rozando mí mano sobré su polla, la cual se ponía cada vez más y más dura con aquel simple roce que él hacía.

Doy un leve gemido, asintiendo con mí cabezita, pues ya sabía bien lo que tenía que hacer y aquello, me encantaba...

Relamino mis labios con la punta de mi lengua, mientras observaba como el se desabrochaba su pantalón. Una vez que había liberado su enorme polla...

Acerque, mi boquita hacía ella, esperando su permiso.

-Adelante, mí putita, puedes hacerlo.

una vez que me dió permiso...
Pasé mi lengua lentamente alrededor de aquella deliciosa polla que deseaba comerme.

Lo escuchaba dar leves gemidos, los cuales provocan en mi una gran excitación, haciendo que mi coñito, se empapara todavía más de lo que ya estaba. La voy metiendo suave y lentamente en mi boquilla, comenzando a tragarme la poco a poco, sacándola y metiéndola casi hasta el fondo de mi garganta, él agarró de mi cabello, ayudándome con los movimientos para que la metiera del todo hasta el fondo, llegando al punto de que casi me atragantara con ella.

A estás se detiene, sacando mi boquita de su polla, colocándome de pie, de espaldas a él, sentándome sobre sus piernas, aparta el cabello de mí cuello, dándome un suave mordisco sobre el, para seguidamente susurrarme en mi oído...

- Ohummmm... oh! muy bien mi zorita, lo has hecho estupendamente y como premio ahora voy a fallarte tu culto, que ya bien se, que lo estás deseando, pero antes quiero que me digas lo mucho que lo deseas y ya sabes como me gusta oirtelo decir ¿verdad?.

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