Tocó un par de veces la puerta frente a él, mentiría si dijera que no estaba nervioso.Sí, a Agustin se le había dado por ir a visitar a Valentin y a tina con la excusa de que a la menor se le
había olvidado un cuaderno en su casa.Medio tarde se lo iba a devolver, pero bueno, al principio le costó demasiado animarse para ir hasta la casa del colorado sin que este lo invitara.
Se escuchó la puerta abrirse, y no se esperaba ver a Valentin preocupado con la pequeña entre sus brazos, se preocupó al escuchar sollozos provenir de la menor.
—¡Agus! no esperaba que vinieras.— Le dijo el colorado sacando con todas sus fuerzas una media sonrisa para el morocho.
—Valen, ¿qué le pasa a Tina?
El menor lo miró con esos ojos castaños que tanto lo perdían, su miraba dejaba notar su frustración.—A-Agus.— Interrumpió la menor al escuchar la voz del más alto, salió de entre el cuello de su padre y estiró sus bracitos queriendo que el oficial la alzara.
Giay no dudó en tomar a la infante entre sus brazos y acurrucarlo entre estos, sintió su pecho doler al escuchar los sollozos de la pequeña.
Un instinto protector hizo que la abrazara contra él intentando calmarla.
—¿Qué pasó?
—Amaneció con fiebre alta, y me está diciendo que le duele mucho la cabeza y la garganta.—
Respondió finalmente el colorado.El azabache se apenó al escuchar la voz quebrada de Valen, se notaba cuánto le dolía ver a su pequeña en un estado así.
—Yo te voy a ayudar a cuidarla, necesito que me traigas un paño húmedo y deltisona.— Contestó llevando a la pequeña colorada hacia su habitación, sabía dónde
quedaba ya que este mismo se la había enseñado.Acostó a la niña en su cama tapándolo con la colchita de dinosaurios que tenía.
Al principio luchó un poco para poder desprenderse la menor de él.
—Aguss, no te vayas po favol.—
Suplicó Tina mirándolo con sus ojitos cristalizados.—No me voy a ir peque, no te preocupés.— Intentó convencerla mientras acariciaba su cabecita.
—Agustin, acá están las cosas.
—Bien, dámelas por favor.—El azabache tomó el paño
húmedo colocándolo suavemente en la frente de la niña, después agarró el recipiente del remedio y poniendo un poquito en una cuchara se lo dio para que lo tomara.—Bien, dejémosla dormir un ratito y después vengo para ver de nuevo cómo está.— Le dijo al colorado quien asintió en silencio, después miró a la menor.
—Valu, dormite un ratito así te mejoras más rápido, ¿dale?
—Bueno.— Respondió suavecito
— Pelo quedate acá conmigo.—
Tomó con su manito la mano del mayor y este con una sonrisa
sincera asintió.Después de unos minutos Valentina cayó dormida, ese fue el momento en que los dos mayores dejaron la habitación haciendo el mayor silencio posible.
Agustin estaba por preguntarle a Valentin si podía preparar una comida para la niña pero paró en seco al ver cómo el colorado miraba desde el marco de la puerta a su hija durmiendo.
—Valen...— Tocó su hombro haciendo que el contrario volteara a mirarlo, se alarmó al ver los ojos del más bajo lleno de lágrimas.
—Gracias Agus, Me preocupé muchísimo al verlo tan mal así, me duele tanto el ver cómo mi
bebé está así de mal, si pudiera no dudaría en estar yo en su lugar.—
El policía atrajo al colorado hacia él para abrazarlo, el de piel blanquecina tapó su cara con sus manos permitiéndose llorar.Empezó a dar suaves caricias en la espalda de Valen mientras
escuchaba los hipidos
provenientes de él, entendía su dolor.Era un padre sufriendo al ver mal a su pequeña hija.
Entendía que le doliera tanto, después de todo fue él solo quien se hizo cargo de Valentina desde que este tenía solo días de vida,
siempre fue solo él junto con la niña.—Eu Valen, está bien— Siguió acariciando su espalda— Estoy acá para vos y para Tina, no me voy a ir hasta que se mejore.
—Gracias Agus, no sé cómo agradecerte todo esto.— Se separó del más alto y secó sus lágrimas con la manga de su suéter.
—No es necesario Valen—
Respondió tranquilo, se acercó hasta el colorado y besó su frente con suavidad, mientras se refugiaba en su pecho.El resto de la tarde Agustin se la pasó en la casa de Valentin, sin descuidar ni un solo minuto a la colorada menor.
Cada cinco minutos iba a la pieza de la pequeña verificando su fiebre, si respiraba bien, o si necesitaba algo.
En todo ese proceso pasó tiempo con el colorado también, el simple hecho de compartir unos mates y galletitas con el menor lo hizo más que feliz.
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Se habían hecho ya las 10 de la noche, y era momento de que el oficial regresara a su casa.
Para el alivio de los mayores, hubo una mejoría en Tina gracias a los delicados cuidados que Agustin le había dado durante toda la tarde.
Le recomendó al menor dejarla dormir hasta mañana, después de todo su fiebre había bajado bastante pero había quedado muy cansada.
Nuevamente Valentin le agradeció cientos de veces antes de que el azabache se retirara del hogar.
El más alto solo sonreía diciéndole que no era nada, que estaba para lo que fuera que necesitara.
Las manos del colorado se posaron en los hombros del morocho y dejó un beso en la mejilla de este.
—Hasta mañana Agus, que descanses.— Dijo sonriendole, para luego cerrar la puerta en frente del morocho.
Giay quedó sonrojado hasta las orejas, miró la puerta unos segundos hasta retomar nuevamente la conciencia.
Comenzó una caminata en dirección a su casa completamente embobado, ese colorado lo tenía muy mal.
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papá y el señor policia | Gialen
RomanceAgustin no esperaba que el papá de la pequeña colorada, la cuál saludaba todos los días fuera tan lindo, más bien, demasiado lindo. ¿Querrá la pequeña Valentina tener otro papá? esperemos que sí. [AU en dónde Agustin es un oficial de policía que est...