CAPÍTULO 23: HAPPY

33 4 3
                                    

AL DÍA SIGUIENTE


" Ya he hablado con él. Le he explicado todo lo que tenía que explicarle y bueno...creo que me ha perdonado. Que...hemos vuelto. ¡No sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí! Bueno, solo me has escuchado y me has animado a que venga a hablar con él pero es que si no fuera por ti no hubiera venido y no hubiéramos hablado y no hubiéramos vuelto y nada de esto hubiera pasado y te lo quiero agradecer. Y debo hacerlo. Así que muchísimas gracias, Mario. De verdad, gracias. Te voy a estar eternamente agradecida. Así que bueno, ya he cumplido mi parte del trato. Ahora falta la tuya. Estoy dispuesta a hacer terapia hasta que sea una nueva Dayla. Cuando quieras, empezamos."


Estaba feliz. Bueno, quizás feliz sea una palabra muy amplia pero estaba...contenta. Después del beso, estuvimos hablando y le conté la existencia de Mario. No le hizo mucha gracia que le hubiese contado mis problemas a un desconocido y que, encima, este quisiera hacerme terapia. Pero sabe que yo soy muy cabezota y si quiero algo, lo hago y punto. Así que se alegraba por mí y me ha prometido que me acompañaría cuando fuera necesario. Que nunca más iba a dejarme desatendida y que aún queda un largo camino que recorrer, pero que lo superaría. Lo superaríamos juntos.

Vibró mi móvil. Era él.

"Te lo dije. ¿Ves como debías ir? Los tíos somos así. Si nos gusta una tía, caemos al final. Pero que en este caso me alegro de que haya caído. Es decir, que me alegro que hayáis vuelto, de verdad. No me tienes que dar las gracias por nada porque lo que he hecho lo hubiera hecho cualquier otra persona y lo sabes. Y mira, si me lo quieres agradecer, tengo una ocasión para que lo hagas.

Mañana unos amigos hacen una fiesta en un local que está en el centro de la ciudad (MAE, no sé si te suena) a las 23:00 y necesitamos ser más de 50. Pero mucha gente se está rajando y creo que no llegamos ni a 35. ¿Te gustaría venir e invitar a más gente? Por favor. Sé que suena raro, pero es que necesitamos gente y para invitar a extraños, te invito a ti y a tu novio (puedo llamarlo así, ¿no?) y podéis traer a vuestros amigos y así. Por favor, no me falles. O te subiré la taxa de cliente. Que, por cierto, el sábado 15 empieza la consulta. A las 17:00. En mi sótano. Ya te diré la dirección y tal. Espero respuesta pronto, miedica".

¿Una fiesta? ¿Yo? Odio salir de fiesta. Tampoco es que salga mucho, pero no sé, se me haría raro. Pero quizás me iría bien salir un poco. Ahora que todo está bien, ir a celebrarlo tampoco pasaría nada. Además, me lo ha pedido como un favor. Pero yo no tengo amigas a quien invitar. Tendrían que ser amigos de Edu.

Voy a llamarle.

- ¿Sí?


- Hola. - dije tímida. No sabía como decírselo.


- Hola. ¿Ha pasado algo? - preguntó.


- No, no. No ha pasado nada. Te llamaba para proponerte una cosita. - dije.


- Que rápido quieres ir - dijo con voz pícara.


- ¡Gilipollas! No es eso. Escúchame, porque creo que te va a gustar.


- Eso otro también me iba a gustar, idiota. Pero dime.


- Verás...¿recuerdas que te hablé de mi amigo/psicólogo Mario?

More than this.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora