Cuando volvió a despertarse la siguiente vez, Harias se sentía tan dolorido y cansado como siempre, pero tranquilizado por la serena atmósfera que le rodeaba. Analizó su entorno para descubrir que estaba solo y luego movió las alas hacia atrás. Se sentó en silencio, despertando suavemente su cuerpo y sus músculos agarrotados y doloridos. Haciendo una mueca, se removió un poco, alabando el hecho de haber llegado aquí, a un lugar más o menos seguro, mientras se recuperaba un poco y evaluaba la situación, que le parecía completamente extraordinaria. Se acomodó contra la parte elevada de la litera tecnológica, cerrando las alas a su alrededor como mantas. Tenía frío, lo que reflejaba su debilidad. También le faltaba la energía natural, la luz de las estrellas, la naturaleza... Todo esto era muy importante para su salud, su equilibrio y su fuerza como Maestro de la Muerte. También necesitaba magia. Había estado privado de ella durante mucho tiempo. Realmente esperaba poder conseguir algo pronto, aunque sólo fuera un poco de luz astral que le ayudara a recuperarse un poco más.Permaneció un momento en silencio, pensando en lo que ya sabía. Presumiblemente, estaba en el espacio, en una nave espacial. Eso por sí solo era muy difícil de creer, pero explicaba el vacío alrededor de la estructura y la sensación de que la gravedad no era natural, que no sentía la fuerza de la tierra y el cielo. Y también parecía que había algún tipo de organización que reunía a múltiples pueblos y planetas, especies ciertamente muy diferentes entre sí. ¿Se llevaban bien? ¿Cooperaban realmente? ¿Se entendían? Una vez había soñado tanto con algo así que sintió una inmensa curiosidad al respecto, su interés despertó.
Un momento después llegó el Oficial Médico Jefe, que le sonrió al verle despierto. Le saludó amablemente y se acercó a comprobar la pantalla que había sobre su litera, Harias más o menos se dio cuenta de que con esto podía controlar su estado. Al principio se sintió un poco preocupado por él, pero después de comprobar la pantalla se tranquilizó en parte.
- Realmente necesitas un descanso - comentó. - Pero parece que vas mejorando poco a poco. Eso es muy bueno. Te he traído algo de comer. - Dijo alegremente, acercándole una bandeja que había dejado.
Harias la aceptó y empezó a comer, feliz una vez más de poder hacerlo. Normalmente, podría recuperarse más rápido comiendo más cuando estaba en este tipo de estado para dar energía a su regeneración, pero no quería pedírselo. Comer normalmente ya era genial.
- Te he traído algo - dijo el médico cuando hubo terminado.
Le quitó la bandeja vacía y le entregó una tableta de las que había visto en los hogares muggles.
- Es una especie de ordenador portátil - explicó. - Te dará acceso a una cantidad monstruosa de información de todo tipo. Sobre la Federación, sobre la Flota Estelar, sobre planetas y especies conocidas, sobre tecnología... Es como una biblioteca... un lugar donde se concentra el conocimiento - explicó. - Te puede interesar.
Le entregó la tableta apagada, observando atentamente si era capaz de averiguar cómo utilizarla o no. El Jefe Médico, como todos los que habían analizado al ser alado, estaba seguro de que era de una inteligencia inmensa. Eso y que no sabían nada de la posible evolución tecnológica de su especie. Si a eso se añadía la suposición de que podía entender múltiples lenguas extranjeras, sentía una inmensa curiosidad por ver qué podía hacer. Así que le dio la tableta, esperando a ver si podía usarla o no.
Harias recibió el objeto con interés y curiosidad. Había utilizado mucha tecnología muggle en el pasado, y aunque ésta era diferente, el principio no debía de estar muy alejado. Rápidamente encontró lo que debía ser el botón de encendido, lo pulsó y vio que la pantalla se iluminaba con éxito. El doctor, que le observaba con curiosidad, parecía tan encantado como un niño en un parque de atracciones, divertido interiormente. Parecía que aquella gente sentía verdadera curiosidad por él, de una forma sana, queriendo descubrirle y ni por un momento percibió malas intenciones o simplemente sentimientos negativos hacia él, cuando no preocupación por él. Así que le dejó, sospechando que quería ver si conseguía hacer funcionar la tableta. Así que la encendió rápidamente y Harias observó la pantalla, la ausencia de teclado le decía efectivamente que tenía que ser táctil. Probó y funcionó, lo que hizo las delicias del Oficial Médico Jefe. Se paseó un poco por los menús para familiarizarse con el aparato, lo que al final resultó bastante fácil.
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Capitán de la Flota Estelar
FanfictionCuando eras Amo de la Muerte, inmortal, tenías tiempo de ver evolucionar y caer al mundo. Sin embargo, nada había cambiado y fue sin verdadera sorpresa que Harry se encontró odiado. El único problema era que no podían darle muerte, así que el Velo p...