En los días siguientes a su nombramiento para el Discovery, Harias se instaló en una tranquila rutina. Todos los días trabajaba con diligencia. Si no podía visitar a todo el mundo todos los días, hacía una ronda diaria por la nave para ver a los distintos jefes de sector o de investigación para asegurarse de que todo iba bien, de que no necesitaban nada y para oír por sí mismo lo que tenían que decir, bueno o malo. También se reunía con todos los que trabajaban a bordo. Todos los días se tomaba un momento con sus números uno y dos para escuchar sus informes y lo que tenían que decir. También cada día pasaba un rato en el invernadero del Discovery, entre las esporas que intentaba identificar, conociéndolas y descubriendo con ellas la red micelial. Fue prodigioso y maravilloso para él.
Tal y como había anunciado, había organizado sesiones de trabajo con los miembros del puente para prepararlos para un posible combate. Aunque la Flota Estelar no era una organización militar, todas las naves sabían luchar porque nunca estaban a salvo de un ataque, sobre todo teniendo en cuenta las tensiones actuales. Era deber de los capitanes asegurarse de que sus tripulaciones estuvieran bien entrenadas. Así que se puso a trabajar con ellos, dedicándoles una o dos horas al día, si el trabajo lo permitía. Y en el puente había tiempo de sobra en ese momento, estando apostado así para dejar trabajar a los científicos. Les estaba enseñando lo mejor que podía, ocupándose del puente en su conjunto, pero también de cada puesto en particular, trabajando con cada uno de ellos. También había introducido algo más. Organizó sesiones de entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo en el gimnasio. Trabajaba con cada miembro del puente al menos una vez a la semana. No era tanto su habilidad para luchar lo que quería trabajar, sino su mentalidad, su pensamiento estratégico, su control, su paciencia... Así que entrenaba con cada uno de ellos en privado al menos una vez a la semana. Y aunque al principio todos se mostraban recelosos y dudosos ante su enfoque, poco a poco se fueron relajando, dejándose guiar por él y dando lo mejor de sí mismos.
- Es usted un buen piloto, teniente Detmer -les dijo al salir de una simulación de vuelo-. Pero puedes hacerlo mucho mejor -comentó mientras se colocaba frente a ella.
Y a diferencia del principio, ella no se puso tensa ni se mostró aprensiva. Su tripulación había comprendido que él no era Lorca, que no hacía ese tipo de comentarios de forma degradante, sino constructiva. Que iba a explicarles y enseñarles a hacerlo mejor.
- Sois demasiado académicos -explicó con calma-. Sólo utilizáis maniobras de manual, como en los libros de texto. Puedes hacerlo mucho mejor. Puedes volar como un piloto entrenado. Pero no sabes pilotar - comentó, sabiendo que todo el puente estaba escuchando como siempre.
- No lo entiendo -respondió ella perpleja-.
- ¿Qué es lo más característico de volar, teniente? ¿Qué es lo más obvio? ¿Lo más importante? ¿Lo más representativo de volar?
- Es estimulante - sonríe - y es una proeza técnica. Hay que ser preciso y estar atento.
- Incorrecto -dijo Khan un poco más adelante, sin apartar la vista de su consola-.
- Hay que ser a la vez más simple y espontáneo para encontrar la respuesta correcta, teniente -sonrió-. Pero tiene que encontrarla usted mismo para comprender. Para volver a tu pilotaje, tienes que permitirte usar la imaginación, no limitarte a lo que te enseñan cuando te sacas el carné de piloto o en la Academia.
- ¿Cómo? No veo qué puedes hacer con este tipo de nave.
- Hace tiempo que no miras la evolución del programa de formación de pilotos en la Academia, ¿no?
- ¿Ha cambiado? - se preguntó.
- Ha cambiado - convino él. - Ordenador, programa de entrenamiento de pilotos de la Academia de la Flota Estelar, caso de estudio, USS Enterprise contra Narada, primera escaramuza. Reproduce la grabación.
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Capitán de la Flota Estelar
FanficCuando eras Amo de la Muerte, inmortal, tenías tiempo de ver evolucionar y caer al mundo. Sin embargo, nada había cambiado y fue sin verdadera sorpresa que Harry se encontró odiado. El único problema era que no podían darle muerte, así que el Velo p...