– No tengo hambre. Estoy cansado y quiero dormir.
–Louis, tienes que comer algo hijo. No puedes vivir a base de café todos los días, va a terminar matándote. – habló el padre del ojiazul con el plato de comida en sus manos.
Había subido a la habitación de su hijo mayor como cada día a llevarle su almuerzo, cena o desayuno. Esta vez era lo primero.
Esperó unos segundos en el marco de la puerta y al no obtener respuesta decidió dejar el almuerzo de Louis sobre su escritorio, tal vez más tarde le diera hambre y por fin aquel objeto blanco y pulcro lleno de comida sería llevado de vuelta vacío por Marzi a la gran cocina de su casa .
La mujer llevaba trabajando para la familia hace más de veinte años, desde que Louis era un pequeño recién nacido para ser exactos. Y es la única persona además de ellos, que ha presenciado los peores momentos de la familia desde que el menor de los hijos murió.El padre de Louis no sabe exactamente cuánto tiempo llevan con Marzi teniendo esta rutina de tener que subirle la cena o sus comidas del día a Louis. Tampoco saben cuándo va a ser el día en que su amada esposa Minerva, vuelva a dirigirles la palabra. A veces piensa que si su pequeño Louis mejora, su madre lo hará también. O al menos es lo que desea.
A diferencia de su hijo, su esposa suele ingerir alguna de las comidas del día; aunque estas sean en pequeñas cantidades.
Louis está tomando terapias hace más de un año y lo ha ayudado a volver a salir de su casa pero no todo está en buen camino, los avances que tiene son diminutos y tiene más recaídas que momentos buenos, ahora se encuentra en una. Pero lo está intentando, y su padre solo quiere que su pequeño Lou regrese; que salga de aquella enorme nube negra que pareciera estar absorbiendolo y con ello su vida cada día que pasa arrullado en aquella enorme y pulcra cama. Le duele entrar cada dia a llevarle su desayuno con la esperanza de que lo tome, y ver que su hijo se encuentra allí entre las sábanas de la cama de una habitación envuelta por la oscuridad al igual que el color que adorna las ojeras en los hermosos orbes azules de este, que en algún momento desprendían brillo mirase donde mirase.
Pero donde ahora cada vez que Louis se levanta y sale a dios sabe donde, no hay un mínimo rayo de luz en ellos. Al igual que en su habitación y en su alma.
___Un par de horas después, cuando el sol ya no estaba tan fulgente como en el transcurrir del mediodía y las extremidades de Louis dolían junto con su espalda por llevar tanto tiempo acostado, decidió que era hora de responder los malditos mensajes que su grupo de amigos; si es que podría seguir llamándolos así, le habían enviado durante el día haciendo que su celular vibrara estruendosamente en su mesa de luz por largos y tortuosos minutos.
Monse: Merienda en Cherry Mugs a las 6 pm.
Jack: Estoy más para un Brunch, no almorcé hoy. Tuve que acompañar a mi padre en su empresa y ni tiempo de comer una puta manzana.
Oliver: Cuenten conmigo. Lou, te unes?
Lana: Los veo allí en una hora!!!
Leyó cada uno de los mensajes de sus amigos sentado en la orilla de su cama desordenada. Echó un vistazo al pequeño portarretrato en su mesita al lado de su cama, era lo único que descansaba allí además de una pequeña lámpara blanca. Una foto que se había tomado junto a Eliot en Cherry Mugs podía apreciarse en aquel pequeño cuadro. Esa era una de las razones por las que esa era su cafetería favorita; además de los deliciosos rolls de canela que allí preparaban, era el único lugar que mantenía vivo el recuerdo de su hermano. Incluso aún más que en su propia casa, la cual, espaciosa y siempre impecable, había perdido su esencia y sensación hogareña desde que Eliot los dejó hace dos años y medio.
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"THAT'S THE WAY LOVE GOES" 》LS《
FanfictionLouis tiene una vida monótona. Pero el destino tiene otros planes para él cuando el nuevo empleado de su cafetería favorita resulta ser un amable y lindo chico de ojos verdes. Quien bajo toda su amabilidad oculta un complejo con su rizado y algo lar...