—Me gusta un chico, madre.
La señora Lee dejó de cortar las verduras al escuchar a su hijo menor detrás de ella. Aquella mujer no era homofóbica, más bien le tenía desprecio a aquel chico del que su hijo estaba enamorado.
Kyujin, la hermana menor de Felix, le había contado a su madre que vio como el “novio” de Felix lo tomaba muy feo de las mejillas.
No era un toque suave para dar un beso, era un aprisionamiento para amenazar.
-No te atrevas a mencionarlo en público que … que soy una abominación como tú.
Tal vez la señora Lee no era homofóbica, Pero Hwang Hyunjin y su familia si, por algo el chico fue criado como todo un machito.
—Hyunjin no es malo mamá, sus padres y su forma de crianza lo son.
La familia Hwang nunca había golpeado a sus hijos, pero la violencia física no es el único tipo de violencia que existía.
Siempre trabajaron para darles lo mejor a sus hijos, una buena escuela, una linda casa y ropa la moda, no se veían como una familia que tuvieran problemas.
Pero al parecer las apariencias que mantenían eran solo eso, apariencias.
¿Viste las noticias? ¿Aquel maricón que mataron? Era el hermano mayor del señor Hwang.—Hyunjin tenía solo 10 años cuando escucho esas palabras que fueron dichas indiscretamente por una de las secretarias de su padre.
El tío de Hyunjin había sido víctima de un crimen de odio, que al pequeño le pareció injusto y triste, pero que después de haber sido manipulado le pareció merecido y apropiado.
Sus padres le habían inculcado que si no quería terminar como su tío, debía ser una persona normal.
—No soy una abominación Hyunjin, yo solo… yo solo estoy amando, te amo.
Una explosión de emociones sucedió dentro de Hyunjin y se obligó a lanzarlas de manera errónea por sus acciones, lanzando a Felix hacía los casilleros aún con su cara entre una de sus manos.
—Que jodido asco, si no fueras una abominación no amarías a un hombre.
Ahí fue donde nació el desprecio de la señora Lee y donde Felix se hundió más profundo en sus propias ideas.
