Felix usaba su conjunto de ropa más bonito, un fino delineado en los ojos y caminaba rápidamente entre las masas de adolescentes que sentían la urgencia de abandonar la escuela.
No había visto a Hyunjin en todo el día y eso solo logró entusiasmar más a Felix , quería decir que la sorpresa era muy especial.
—¡¿Hyunjin?
Un reflector atacó directamente la cara de Felix, asustándolo mientras retrocedía.
—No tengas miedo putito, aquí está tu Hyunjin.
Los ojos de Felix perdieron su brillo soñador al escuchar la palabra de Jay, mientras la chica ya había apagado el reflector se apegaba a su lado.
—¿Te creíste especial? Con palabras bonitas te tuve como mi perra personal ¿Verdad? Oh, que asco imaginarme que me hubieras dado si trataba de tocarte.
Felix buscaba a tientas la salida, Hyunjin después podía explicarle, lo dejaría excusarse…. Otra vez.
Hyunjin abrazado a la rubia, no era quien le acariciaba las mejillas y decía que su piel era bonita.
—No llores que te ves más feo que siempre.—Hyunjin soltó a la chica y caminó hacia el triste Felix.— Te convertiré en la princesa que todo enfermo como tú sueña, ojalá lo disfrutes Lixxie.
De pronto Felix sintió como un espeso líquido que se esparcía por toda su cabeza y cuerpo, luego sintió como una nube de polvo se hubiera regado sobre él.
Las risas estallaron al igual que el llanto de Felix.
Pintura y purpurina rosa sobre todo Felix, no podía ni ver, no sabía como llegaría a casa, no quería que su familia siga odiando más a Hyunjin
Hyunjin reía, pero en sus ojos no había diversión, quería limpiar la cara de Felix y ayudarlo a salir, pero no podía darse la oportunidad de dejarse descubrir.
Felix captó con dificultad la mirada de Hyunjin, lo comprendió como en todas decepciones pasadas.