Estoy en una fiesta.
Felix soltó una risa sin gracia luego de que Hyunjin contestará el teléfono sin modales.
Hyunjin había llamado más tarde después del baño de humillación que le dio a Felix y entre lágrimas de disculpó.
-En el momento en que saludé y me di la vuelta estaba abrumado por la soledad y desde que me enamoré de ti, has ocupado mi mente.
No podía hacer esto más, su corazón podría perdonar a Hyunjin las veces necesarias, pero su cerebro estaba agotado.
Ahora Lee buscaba algo en su gaveta de medicamentos mientras sonreía con lágrimas en los ojos.
-¿Qué mierda hablas Felix? Estoy ocupado ens...
-Sobrecargado de felicidad y tormento. Un "te extraño" son las únicas palabras que nos conectan.
Hyunjin ya había empujado a todos fuera de su camino para salir de la fiesta y poder escuchar bien a Felix ya que le parecía haber escuchado su voz quebrándose.
-Ya salí de la fiesta, ¿Dónde estás? Iré contigo.
-Pensé en ti muchas veces, ahora estás creciendo en mí que incluso cuando no estamos juntos nos mantenemos vinculados.
La voz de Felix no era la misma de siempre, sonaba triste y desganado, como cuando Hyunjin le cancelaba los planes o cuando le negaba algo y tenía la valentía de responder.
-¿Estás en tu casa? Lixxie es enserio, iré.
Hyunjin emprendió camino ahora hablando con libertad al no tener quien lo escuchará, Felix sonrió más triste por el apodo.
-Quiero sumergirme en el resplandor de nuestra memoria ya que no tengo intenciones de volver.
El pulso de Hyunjin se aceleró ante las palabras del chico del otro lado de la línea y solo deseó, sin importar nada más, tenerlo en sus brazos y juntar las piezas que había roto en todo el tiempo que se conocían.
Solo necesitaba encontrarlo.
-Una sensación suave y dulce, tan esponjoso.
Las píldoras antidepresivas se veían más horribles al estar en toda la mano de Felix y Hyunjin se sobresaltó al escuchar el ruido del bote de plástico caer al piso.
-Felix ¿Qué dices? Detente, dime dónde estás, yo estoy casi en tu casa.
-Me he mantenido en un bucle de amor sin principio ni fin, nuestro lazo de amor como un bucle de amor.
Hyunjin corrió más rápido y como siempre lo hacía, escaló hacia la ventana de Felix, que se encontraba abierta siempre también el otro hacía.
-Te quiero y esto puede sonar muy cliché, pero mi corazón tiene un agujero en tu forma, como una dona.
La línea se cortó y un estruendo se escuchó en el baño de la habitación.
Hyunjin se encontró con su Felix en el piso, respirando tan lento que parecía que no lo hacía.
Y tal como cuando tenía 10 años, pensaba que lo que había pasado era injusto y triste, pero ahora era él quien había cometido el crimen de odio no quien era la víctima como siempre temió ser.