3. Encuentro

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El encuentro había sido inesperado, sorpresivo e incómodo, al menos para Roier.

Ver a Cellbit después de tanto tiempo no estaba en sus planes, y probablemente en los del ojiazul tampoco estaba verlo a él.

—¿Me puedo sentar? –. Le preguntó Cellbit después de al menos un minuto en silencio.

—Bueno –.

Se quedaron callados, viendo a todos lados menos a la persona que tenían en frente, Roier comenzaba a maquinar una excusa para retirarse cuanto antes, Cellbit buscaba qué decir para no seguir en aquella situación.

—¿Qué has estado haciendo todo este tiempo?–. Fue lo único que se le ocurrió al brasileño.

—Eh –. Roier lo pensó un momento. —Lo de siempre, sigo siendo fotógrafo, hablo con mi padre por teléfono, me junto con el Mc Combo y así, no ha cambiado nada –.

—Qué bueno –.

—¿Y a ti? ¿Cómo te va?–. Preguntó Roier tratando completamente de evitar el silencio incómodo otra vez.

—Bueno... El negocio va bien, que Baghera haya decidido ir fue de gran ayuda, es una increíble mano derecha, Pac y Mike también me ayudan mucho, y Felps es tan confiable que lo dejé a cargo en Brasil para que yo pudiera venir a Ciudad Quesadilla...–. Roier agradeció que Cellbit fuera un apasionado con su trabajo, ya que habló de ello por los siguientes cinco minutos, mientras él no entendía la mitad y sólo pretendía que sí.

—¿Y Bagi?–. Preguntó cuando el brasileño terminó sus anécdotas con su empresa.

—Ella está bien, se va a casar pronto –.

—¿¡Se va a casar?! ¿¡Neta?! –. La noticia le sorprendió, conocía a la castaña de hace años, cuando conoció a Cellbit también, en ese entonces la mujer no parecía interesada en las relaciones románticas; pensó que, con los años, la gente podía cambiar.

—Sim, ela está muito animada, nunca a vi assim, me alegro por ella –.

—Supongo que vas a ser su padrino de algo –.

Cellbit miró por un momento a Roier, pensando en su respuesta.

—De hecho, sí, solo que quiere que lleve un acompañante y es tedioso, no tengo a nadie a quien llevar –. Cellbit se cruzó de brazos frunciendo el ceño, vio a Roier alzando una de sus cejas e igual que él, cruzó sus brazos, recargandose en el respaldo de la silla.

—¿Me dices esto para que vaya contigo o...? –.

— Não, não, o que você está falando? Me preguntaste sobre Bagi y yo te respondí, no vine aquí buscándote para pedirte que me acompañes y –. Roier sabía que Cellbit había comenzado con una larga explicación y defensa como cada vez que lo acusaban de algo.

—Te estaba jodiendo, sé que no me buscabas, se te vio en la cara cuando me viste, estabas igual o más sorprendido que yo –.

Cellbit lo miró por unos segundos y asintió.

Siguieron su plática entre tacos y aguas de horchata por varios minutos, recordando momentos que tuvieron en su universidad y cuando salieron de esta, momentos solo de ellos dos o con sus amigos, poco a poco el ambiente tenso e incómodo desapareció y dio paso a uno ameno.

Pero Cellbit no era tonto, cuando había llegado a ese lugar y había visto a Roier, había notado que el castaño tenía algo con él, una libreta para ser exactos, estaba abierta y sólo había podido ver que en la parte de arriba decía "Cosas", lo demás no lo había alcanzado a ver. Y en los minutos que llevaban hablando, notaba como Roier cerraba la libreta y poco a poco la deslizaba de la mesa hacia él.

Things To Do [Guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora