One Piece, Zosan; OS.

2|Querer.

A medida que pasa el tiempo, Zoro se da cuenta que no sabe casi nada de Sanji.

Es más, se atrevía a decir que sabía más de Robin que de Sanji.

Sanji era literalmente un libro cerrado con candado y la llave estaba pérdida en algún lado del fondo del mar.

Zoro podía enumerar las cosas que sabía de Sanji y todavía no era suficiente.

Había cosas básicas de Sanji que no sabía. Por ejemplo, ¿cuando era su cumpleaños? Nadie en el barco lo sabía, mientras que tenían un calendario con las fechas de cumpleaños de todos a petición de Usopp, el cumpleaños de Sanji no estaba marcado, él ni siquiera se esforzó en inventar una fecha si es que no lo sabía.

Eso le da a Zoro la opción de que a Sanji no le gustaba su cumpleaños o era irrelevante para él. Tal vez no lo recordaba y no tenía ganas de inventar una fecha.

Sanji era fuerte, pero no de una manera normal.

El cocinero no poseía poderes de una fruta del diablo y no entrenaba de la misma forma exagerada que Zoro, aunque lo haga, todavía no lograba explicarse su gran fuerza física y durabilidad.

Ha estado presente para escuchar a sus enemigos hablar de Sanji, preguntándose cómo tenía tanta fuerza en las piernas, incluso le habían preguntado al rubio varias veces si siquiera era humano.

Zoro se preguntaba lo mismo a veces.

Pero Sanji era humano, lo único raro a simple vista de él eran sus cejas rizadas.

Sanji nació en North blue y esa era literalmente la única información que tenían de él antes de conocer a Zeff. ¿Qué pasó que tuvo que ir hasta East blue? 

¿Cómo descubrió que quería ser chef?

Había tantas preguntas que Zoro tenía en mente pero que no se atrevía a hacer, que simplemente se limito a crear sus propias teorías. Solo Sanji podía responderle y era frustrante, porque primero se cortaba el brazo antes de preguntar.

Durante Thriller bark, Zoro descubre algo nuevo que no había notado antes.

A Sanji no le importaba mucho su propia vida. Está bien, él fue el primero en sacrificarse por Luffy, Sanji también lo hizo, pero algo le dejaba un mal sabor de boca, fue casi como si Sanji sintiera que la vida de Zoro valía más que la suya propia.

Incluso cuando los fantasmas de Perona lo habían atravesado, había repetido unas buenas dos veces que era un 'fracaso', y Zoro no cree que sean pensamientos negativos al azar por culpa de los fantasmas.

Zoro suspira y observa la espalda de Sanji mientras corta verduras para la cena.

El ruido del cuchillo contra la tabla le hace pensar en otra cosa que no entendía del cocinero.

Sanji no tenía cicatrices. Su piel era tan tersa y suave como la de un bebé, ni siquiera tenía lunares a la vista, tampoco marcas de nacimiento, ninguna imperfección.

No importa cuántas veces lo golpeen o lo corten, Sanji simplemente tendría una piel perfecta una vez que las heridas sanen. 

Zoro tenía cicatrices por todo su cuerpo. Incluso Luffy tenía pequeñas cicatrices por su cuerpo. Nami tenía cicatrices. Usopp tenía cicatrices. Robin tenía cicatrices. Franky tenía cicatrices. ¡Mierda, hasta Chopper debajo de su adorable pelaje tenía al menos una cicatriz!

¿Por qué Sanji no las tenía? Si estaba siguiendo una rutina para el cuidado de la piel, Zoro no sabe qué estaba esperando para compartirlo con los demás.

Quería preguntar, en serio quería, pero ahora era el peor momento posible. No se le interrumpe a Sanji mientras cocina y Zoro sabe que sino pregunta ahora, nunca lo hará.

Así que Zoro decide mirar al techo en un intento de dejar de pensar en Sanji, pero el mundo está en su contra cuando ve una pequeña araña en una esquina del techo tejiendo su red.

Sanji le tiene miedo a los bichos.

Pero no era un miedo normal, como simple asco, era algo más grande.

Cuando estaban buscando a esa tonta ave en Jaya y se separaron, Usopp le había contado de los insectos gigantes y como Sanji se había quedado paralizado. 

¿Cómo surgió el miedo de Sanji a los insectos?

Zoro quería saber. Quería saber todo lo que pudiera del cocinero de mierda.

Quería tanto, pero no podía.

No era lo suficientemente valiente para dar un paso adelante.

Quería saber cuándo era su cumpleaños. Quería saber por qué creía que su vida valía menos que la de los demás. Quería saber por qué creía que es un fracaso. Quería saber por qué le tiene miedo a los insectos. Quería saber por qué su piel no tenía ni una sola imperfección. Quería saber todo...

Zoro se levanta de dónde estaba acostado en la cocina y se va.

Hoy tampoco iba a preguntar...