𝘌𝘭 𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘵𝘪𝘥𝘰𝘳 [𝘠𝘦𝘰𝘯𝘨𝘺𝘶] OS

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Advertencia, el contenido de este capítulo puede ser vulgar y con escenas +19 léelo bajo tu responsabilidad. Si no es de tu agrado brinca el capítulo:3

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El castaño se levantó con un horrible dolor de cabeza y cuerpo, no entendía por qué sentía tanto malestar en toda su anatomía.

Su trasero dolía en demasía, no recordaba lo que había sucedido hace unas horas atrás, solo tenía vagos recuerdos de haber visto un alfa apuesto en la puerta de su hogar y que lo había besado, pero lo demás no.

¿Espera, dijo besado?, su rostro se sonrojo hasta las orejas y ahí pudo sentir una leve incomodidad en su entrada, frunció su frente y vió por su hombro una cabellera rubia en su almohada favorita.

Unos brazos lo estaban rodeando con fuerza alrededor de su cintura y una cara suave estaba instalada en su curva de su cuello.
No fue un sueño húmedo de los tantos que había tenido en su celo, entonces todo lo que "soño" fue real.

El castaño quiso gritar de lo nervioso que se encontraba, pero no pudo, en cambio soltó un gemido sonoro cuando unos dientes mordían su suave cuello, enterrando levemente los colmillos en su sensible piel.

Beomgyu suspiró y se encogió entre los brazos del alfa, este sonrió satisfecho ante las reacciones del menor, con sus manos en su cintura, comenzó a acariciar la suave piel del abdomen del Omega dejando caricias seductoras en la piel del menor, sin dejar de besar con afán el cuello del castaño dónde pronto estaría su marca.

El rubio, sobó con paz el abdomen plano de su Omega era tan suave que si le daban el día completo sin andar trabajando, estaría dándole mimos a la tierna pancita del castaño.

- Omega - murmuró contra la piel del menor, su voz era aspera -.

El menor tembló y ronroneo, se sentía correcto que ese alfa extraño lo nombrará así.

- Mhm - respondió en un murmuró -.

- Te quiero follar toda la noche - soltó en el oído del menor, el aliento tibio tocó la oreja del Omega y su piel se erizo ante la confesión del rubio -.

- ¿Q... que? - tartamudeando dijo Beomgyu -.

El alfa rubio soltó una risita coqueta.

- Me encantas, así.... todo nervioso - lamió el lobulo del castaño - todo tímido, después de haber visto y probado mi polla - carcajeo y el pecho del alfa vibró - amo esa dualidad tuya Beomgyu -.
- Y..yo -.

- Sh.... - posicionó su largo falange en sus labios - calla y solo disfruta, yo ya te ayude en tu celo, ahora tú... ayuda el de tu alfa - gruñó y fingió una embestida sobre el trasero cubierto por la tela de patitos de la pijama -.

- Ahg - Beomgyu tapó su boca cuando un gemido escapó de sus rosados labios -.

Le estaba encantado ese lado tan atrevido del alfa, tanto que su pene se erecto ante la embestida. Su rostro estaba tiernamente sonrojado, podía sentir el tremendo paquete que cargaba el rubio entre sus pompas, era muy grande... ahora que lo recordaba, parecía que esa cosa portaba de una visa.

Esa era otra razón por la cuál le ardía demasiado su culo.

Yeonjun gruñó excitado y se comenzó a restregar en las redonditas nalgas del menor, impregnando su aroma de celo en las prendas del menor. Quería que todo mundo supiera que ese Omega ya tenía un alfa que lo satisfacía bien, estaba marcando su territorio, por qué sí, Beomgyu ya le pertenecía a el alfa en cuerpo y alma desde que él rubio entro por aquella puerta.