9.LA MANSIÓN TAMBOR

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La primera misión había acabado con un resultado satisfactorio, seguía vivo, con eso era suficiente. Caminando sin rumbo por un camino que encontró al salir del bosque, pasando por algunos pueblos que encontraba por el camino tomando pausas para tomar agua y descansar; y en su camino buscando información para saber si había algún demonio o mínimo algún movimiento sospechoso.

-Tenga. -le da un tazón con ramen-

D/M - Muchas gracias. -toma el tazón y lo coloca en su mesa- ¿cuánto le debo?

-No te preocupes, es cortesía de la casa. De no ser por tí no habría sido capaz de prepararlo.

D/M - No fué nada, una limpieza en la herida y unos vendajes no hacen la diferencia. Pero aún así agradezco mucho el gesto.

-Come, come. Debes comer bien si quieres alimentar a tus hijos en el futuro.

D/M - Soy hombre. -respondió al instante- ¡Gracias por la comida! -se dispone a sorber los fideos-

-Oh, perdona, debí haberme dado cuenta.

D/M - No no no no, descuida. Es más común de lo que crees. ¡Estaba exquisito, se lo agradezco en serio!

-¡¿Ya lo acabaste?! ¡¿Quieres otro?!

D/M - No gracias -se pone de pie- ya me iba. Quiero ver si puedo asesinar un demonio hoy.

-Ustedes son lo único que nos separa de morir de una forma tan indigna.
D/M - Algunos no tienen ese ideal…

…………………………………………………

Estaba caminando por el bosque tratando de encontrar algo que hacer o mínimo encontrar algún lugar decente para pasar la noche aunque aún tardaba en venir.

D/M -cantando-


...y al cantar, el dolor se va y no vuelve jamás
Es una armonía, que te cura y te toca así…

-Siento un aura rara. No movimientos en sí. Pero sí algo raro.

D/M - No eres el único, ¿única…? ¿Eres hombre o mujer?

-Pues… técnicamente soy hombre ya que soy tu conciencia y tu habilidad cognitiva mejorada.

D/M - Todavía no he entendido eso…


Se encontró con una mansión de aspecto misterioso en medio del bosque. Parecía ser grande, tal vez demasiado para que estuviera en un lugar que fácilmente podría estar plagado de ladrones y demonios por la noche.

D/M -mira detenidamente los detalles de la mansión-

-Esto no me da buena espina.

D/M - A mí tampoco… -reflexionó unos segundos- Que entre dice.

Al abrir la puerta principal… era normal, una casa común y corriente, había una luz y una puerta corrediza a la izquierda que clamaba que fuera abierta.

D/M - Con su permiso. -puso las manos en la puerta y la abrió- ¡Perdonen la intromisión! -entró- Hasta ahora todo bie…

Sin dejarlo terminar la frase la habitación por la que había entrado se había transformado en otra completamente diferente en lo que aparentemente era un sonido de golpe.

El Canto en la Montaña [Inosuke X MaleReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora