2.LOS VISITANTES

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Sra/M -toca la puerta- Makoto, vinieron un joven y una señorita para hacerte algunas preguntas. ¿Los dejo pasar?

D/M - ¿Eh…? Sí, sí, por supuesto, adelante.

Me encontraba sentado en mi cama, despeinado y con el kimono de dormir. Aunque me haya sido imposible conciliar el sueño esa noche.

-Muchas gracias, con su permiso -abre la puerta y entran-

D/M - Perdonen que no pueda levantarme y recibirlos adecuadamente, apenas me puedo poner de pie. Pueden sentarse dónde quieran.

-Descuide, mi compañera y yo entendemos su situación.

-Exactamente -se le veía un poco sonrojada-

La señorita de cabello rosado y verde se le notaba muy emocionada, era como un cachorro. Era inevitable que su optimismo y unido a la cálida aura que su compañero rubio emanaba se me contagiara

K/R - Permítenos presentarnos, yo soy el Pilar de la Flama, Kyojuro Rengoku. Y ella es la Pilar del Amor Mitsuri Kanroji.

M/K - Venimos representando a la compañía de cazadores de demonios.

D/M - Hasta hace unos días no creía que los demonios existieran -suspira- pero bueno, me tocó enterarme de la mala forma.

K/R - Imagino que en este momento se debe sentir desconcertado. -se emociona y empieza a hablar más fuerte- ¡¡Pero lo que usted hizo, joven Makoto, es algo digno de admiración!! No cualquier persona es capaz de sobrevivir, defenderse y asesinar a un demonio sin previo entrenamiento, y menos cuando es un ataque sorpresa.

D/M - Y menos cuando era una persona en la que se confiaba ciegamente. -su voz tenía un tono melancólico-

M/K - Esto…, no es para entrometerme pero tengo entendido que tenías una relación especial con ese demonio.

D/M - Se podría decir que éramos pareja.

La sonrisa que el señor Rengoku mantuvo desde que llegó se había convertido en una expresión sería.

K/R - Lamento escuchar eso, debió ser duro ver cómo alguien a quien amabas decidió asesinarte y comerte.

D/M - Sus besos se transformaron en mordidas -se tocaba el cuello-

K/R - ¿¡Te encuentras bien, no tienes ninguna herida profunda!?

D/M - Estoy bien, físicamente… estamos en un centro de sanación.

M/K - ¡Oh, estamos en uno de esos lugares donde curan a la gente con esas canciones tan bonitas! -se había mantenido sería desde empezó la conversación, pero cuando dijo eso su mirada se iluminó y dió una sonrisa que le resaltaba la belleza de su rostro-

D/M - Exactamente -dio una pequeña sonrisa- veo que no es la primera vez que ha visitado uno.

M/K - Si, una vez visité uno para un tratamiento desestresante de belleza.

D/M - Sus trabajadoras deben ser excepcionales cantando, su cara parece tallada por los mismos dioses.

M/K -se sonroja y se tapa la cara riéndose- ¡Ay, por favor, basta, no soy tan bonita! -te da un golpe en la espalda que hace que vayas disparado hacia la pared- Oh, lo lamento mucho, estas…

Cuando me golpeó no me esperaba que tuviera la fuerza suficiente para sacarme de la cama y precipitarme contra la pared, por suerte mis reflejos me ayudaron a apoyar los pies contra la pared y amortiguar el impacto. Terminando cayendo en el suelo en una posición de cuclillas.

El Canto en la Montaña [Inosuke X MaleReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora