29. Reputación

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Entre la infinidad de cosas que una pareja joven podía hacer, solos en una cama… Shěn QīngQiū y Luò Bīnghé realmente se desvelaron viendo un anime: Naruto.

Cuando Bīnghé empezó a fingir somnolencia y quiso abrazar el suave arco formado por la cadera y la cintura de Shěn QīngQiū, dos palabras cruzaron su mente: «Anemia falciforme». Se detuvo.

Mierda.

Suspiro de frustración.

El mayor no se imaginaba qué estaba pensando Luò Bīnghé, pero sí supuso sus intenciones. De inmediato se levantó, se fue a la litera contigua y se durmió de inmediato, lo cual a Luò Bīnghé le pareció un poco cruel porque él mismo no pudo descansar.

El de Eternal Abyss durmió en lapsos intermitentes porque la cama era incómoda, las cobijas eran más rasposas de lo que él estaba acostumbrado y los pensamientos negativos no dejaban de acosarlo.

Shěn Qīngqiū estaba enfermo y no había mucho que Luò Bīnghé pudiera hacer.

En la anemia falciforme los glóbulos rojos tenían una forma diferente (como una media luna) y eran frágiles, por lo que muchas veces obstruían el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno a los tejidos.

Leyó en internet las posibles consecuencias: crisis de dolor, fiebre, dificultad respiratoria, lesiones en los órganos, mayor riesgo ante las infecciones, ictericia, insuficiencia renal y cardíaca, accidentes cerebrovasculares… muerte prematura.

Dejó de leer y tiró su teléfono en la cama.

No podía definir cómo se estaba sintiendo. Esta pesadez, esta molesta sensación de punzadas en el pecho… era desconocida y familiar a la vez. Tenía la vaga reminiscencia de que un día se ahogó en esa insoportable sensación, pero no recordaba cuándo. Qué importaba.

A la mierda todo.

Según la información que Huā Chéng tenía, por unos años Shěn Qīngqiū no tuvo un seguro médico que cubriera todo su tratamiento porque esto era muy caro, pero el seguro médico de Cloud Recesses ahora sí lo protegía.

Si Luò Bīnghé hubiera logrado que echaran a Shěn Qīngqiū, lo hubiera puesto en peligro mortal. ¡Era un monstruo!

Observó la figura de Shěn Qīngqiū cubierta de sábanas, buscando alguna señal de debilidad, algo que indicara lo que él no pudo ver desde un inicio: que estaba enfermo. No encontró nada más que era bastante pálido y delgado.

Él debió haber descubierto su enfermedad y no Huā Chéng. Qué inútil era.

En ese momento alguien entró en la habitación contigua, haciendo poco ruido. Luego una máquina comenzó a retumbar como si fuera el escape descompuesto de un automóvil, ¡a las seis de la mañana!

Como la silla de ruedas estaba en el pasillo entre las literas, Bīnghé se movió con mucho cuidado (teniendo en cuenta la fractura de su pierna izquierda y su brazo derecho roto) y logró abordar la silla. Salió a ver qué sucedía.

Era Xiè Lián utilizando la lavadora.

-Usas la lavadora de Shizun -dijo Luò Bīnghé suavemente. Quiso haberse escuchado juguetón y amigable, pero no lo logró.

-Es la única que funciona.

-El ruido despertará a Shizun.

-No te preocupes, ya está acostumbrado.

Xiè Lián parecía incómodo y Luò Bīnghé también comenzó a sentirse así. No le gustó la sensación. Antes le pareció que Xiè Lián era alguien tranquilo y agradable, pero hoy de pronto hubo algo en el ambiente que hizo pensar a Luò Bīnghé que no era bienvenido en esta casa.

Because I'm stupidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora