5. La fiesta de Wèi Yīng y Shī QīngXuán

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-Aún estamos a tiempo de dejarlo aquí y huir.

-No lo abandonaré, hermano Avión.

-Solo. mira los precios de la clínica: veinticinco dólares la noche, sin contar los medicamentos, ¿qué es esto? ¿Un hotel cinco estrellas para perros? Pediré el alta.

Xie Lian observó al perro y no pudo evitar hacerle un cariñito en la oreja y este agitó su cola como respuesta. Firuláis ahora estaba mucho mejor que el día que lo trajeron al veterinario. Aunque pudo haberlo cuidado en casa, tuvieron que internarlo porque estaba muy mal y el veterinario había enviado una unidad médica canina.

Lo habían tenido dos días en observación y bajo tratamiento médico. Aunque aún se veía muy cansado y un poco depresivo, el animal ya no estaba en peligro.

-Firuláis es un perro muy fuerte y muy valiente -murmuró Xie Lian, impresionado por la voluntad del perro por aferrarse y porque aunque parecía débil se negaba a derrumbarse en la cama todo el día-. Seguramente tu dueño está muy preocupado por ti.

Sabía que Firuláis era un perro de casa porque a pesar de que lo había encontrado sucio y hambriento, tenía buen peso y su pelo era muy reluciente. Cuando lo bañaron las asistentes del veterinario se dedicaron a hacerle cumplidos al perro que, orgullosamente, se paró recto y elegante. Además, al principio había visto que tenía un collar, pero ahora no lo tenía, seguramente se había caído en el parque. Parecía que se había escapado de casa, había vagado sin rumbo por días y, en su hambre, había comido lo primero que encontró.

Según el veterinario, era un perro kunming, una raza que tenía como ancestros a los lobos y a los pastores alemanes. Eso explicaba las orejas triangulares del amiguito de cuatro patas, su altura y su inteligencia, además de que era tan imponente que a Xue Yang le daba miedo acercarse por más que lo negara.

Poco antes de que dejaran la clínica, Xie Lian con Firuláis en los brazos (recargado en su hombro, como un bebé), el veterinario le entregó una hoja con los resultados del escaneo del chip que tenía el perro, había consultado el número de registro del can en la base de datos.

-El perro está reportado como perdido, se llama E-Ming.

Así que no se llamaba Firuláis.

- Estos son los datos del dueño.

Xie Lian leyó la hoja.

San Lang

Teléfono: 098-765-43-21

Correo electrónico: wu.ming@freiheit.com

-


El hermano Avión se quejó tanto como pudo de que el perro era otra boca más que alimentar...

-Perdón: hocico. ¡Otro hocico más que alimentar!

... De que tuvieron que usar su tarjeta de crédito para pagar el veterinario...

-¡Con ese dinero iba a comprarme un funko del Capitán América!

-Te lo pagaré, lo sabes.

... Y de que el perro era muy ruidoso, tragón y escandaloso.

Cuando estaba en la clínica, E-Ming parecía triste y deprimido. Aún ahora se veía así cuando lo tuvieron que amarrar para que no volviera a escaparse y se quedó solo en el templo XianLe. Pero cuando veía a Xie Lian volver de trabajar o a BanYue asomarse tímidamente, se movía como loco.

Xie Lian lo tuvo que dejar en el templo para evitar conflictos territoriales con Ruoye en el restaurante PuQi. Le habría encantado que fueran amigos normales, más cuando intentó llevarlo consigo al restaurante, ambos perros se ladraron mutuamente y a los cinco minutos el hermano Avión le suplicó que se llevara «al grandote» porque le estaban espantando a la clientela.

Because I'm stupidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora