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Salí a correr como todas las mañanas, las calles no habían cambiado mucho y tenían la misma apariencia acogedora, aunque no podía decir lo mismo de los callejones, no me daban miedo, pero siempre evitaba pasar por el callejón en donde hirieron a mi madre, me trae malos recuerdos, muy malos; todo el tiempo en el hospital, mis súplicas para que mi mamá despertara, la rabia que sentí contra ellos y sigo sintiendo porque no fueron castigados el "Son juegos de niños" los dejó sin castigo y los fajos de billetes hicieron olvidar a las autoridades nuestro caso.

Esta madrugada cuando salí a correr me puse como objetivo pasar por allí, debía dejar de temerle a la oscuridad de ese callejón, entré con el corazón desbocado y angustia burbujeando en mi interior, el primer paso fue difícil y los siguientes fueron disminuyendo, mi corazón comenzó a latir con normalidad y la angustia se esfumó aunque aún me sentía cohibido con respecto a ese lugar, no podían dañarme porque he crecido, me hice más fuerte y ya no somos sólo mi madre y yo.

Con la respiración agitada por el esfuerzo salí al orto extremo del callejón y tomé rutas para regresar a mi recorrido original y a la hora de volver pasé por ahí nuevamente, estaba igual que en la mañana, oscuro y desolado, aunque no tanto. Al adentrarme más escuchaba tarareos y la respiración agitada de otra persona, logré escabullirme y me escondi detrás de unas cajas al ver quien era.

Katsuki

No le tengo miedo, nada en el hace que le tema, nisiquiera su carácter de mierda que antes era suave conmigo, no le temo a sus ojos llenos de decepción y asco, no le temo a su reacción, no le temo a el.

Pero no quiero verlo, porque se que sólo tendría dos opciones; me lanzaría a abrazarlo y decirle lo mucho que necesitaba su presencia o está vez sería mi mirada la que esté llena de decepción, me preocupa lastimado porque se que con ninguna podré controlarme porque en ambas existe el rencor de la traición, en ambas está mi resentimiento al ser abandonado cuando lo necesité.

No quiero verlo, si no fuera por mi madre yo jamás habría regresado aquí para intentar no cruzarme de nuevo con él. Simplemente quiero borrarlo de mi vida.

El llebaba audífonos y tarareaba una canción que no conozco y pasaba a sus anchas con la seguridad que siempre a tenido.

Pensé que ya no me afectaría pero entonces sentí dolor, era opresivo, como si te aplastaran el pecho, era un dolor que no podía ignorar aunque soy experto en eso.

Esperé a que siga su camino y cuando ya no escuché su vos ni sus pasos, pude salir, la opresión estaba ahi, sólo quería correr del sentimiento hasta que se vaya y dejé de prestarle atención a mi alrededor, me di cuenta de que no estaba en el laberinto de callejones que conocía, era diferente pero igual de tenebroso, no sabía donde estaba y de nuevo mi oído captó aquel tarareo, tras una pared pude nuevamente ocultar mi presencia, me obligue a calmarme para que mi agitada respiración no nos delate, sentí tantas ganas de llorar para librarme se todo ese cúmulo de emociones y los sollozos se soltaron, las pisadas fuertes venían en mi dirección e incluso se posaron a un lado de la pared en la que estaba, pero como el cobarde de aquella vez, sólo pude correr.

La siguiente vez no será así, no planeo volver a esconderme y escojer mi cuerpo como una rata. Soy la mejor versión de mi mismo, no tiene sentido hacerme de menos.


















La alarma me despertó, el dia anterior regresé a casa a ducharme y tomar algo para dormir ya que no quería lidiar con mis emociones. Me asegure de que todo en casa estuviese correctamente colocado y qie todas las cortinas de la casa evitaran que cualquier rastro de luz saliese de entre ellas.

Y al día siguiente era hora de iniciar.

— Bienvenidos a este nuevo ciclo escolar...

El director Nezu daba la charla de cada nuevo año escolar y al terminar, mediante su secretaria, mandó a por mi y fui llevado a su oficina. La recepcionista pasó mi nombre en la línea telefónica y enseguida salieron varios sujetos de la oficina, el director los despedía alegando de que la próxima reunión sería después y con una sonrisa hizo que pase.

— Midoriya-kun, el señor Kenji se ha puesto en contacto conmigo, asegúrese de informarnos cualquier necesidad que se le presente, estaremos gustosos de que su ciclo escolar sea cómodo — dijo el director, su mirada tranquila era algo temerosa y su sonrisa se mantuvo durante toda la charla hasta el momento de retirarme donde me pidió hablar bien de el frente a Ken.

— Me asegurare de comentarle de su buen trabajo, estaremos complacidos de colaborar con ustedes, ahora si me disculpa, debo ingresar a mi primer día de clases — respondí y tomé todos los documentos que me estaba entregando

La oficina del director estaba algo apartada de las instalaciones pues el edificio administrativo y los edificios educativos eran distintos. Con ayuda de la orientadora fui guiado hasta el edificio que me correspondía y ella pidió ayuda a una chica bajita para que me lleve a mi clase.

— Mucho gusto, soy Uraraka ¿Sabes cuál es tu clase?— la chica era bajita y tenía el pelo castaño, hablaba mucho y logró matarme con tanto parloteo, pero aún así era fácil sentirse cómodo con ella.

— Midoriya Izuku — Saludé de vuelta  — La clase 2 A, tengo entendido que está entre el tercer y cuarto piso —Sin mucho interés y con una sonrisa le mostré el documento con lo respectivo a la clase.

Su rostro se iluminó y su sonrisa se hizo más grande, es realmente confortante que sus expresiones sean tan sinceras.

— ¡Perfecto! Vamos en la misma clase, así no estarás sólo. Entonces seré  tu primera amiga/compañera de clases —era adorable su entusiasmo, pude darme cuenta de que no tenia otras intenciones y sólo buscaba una relación amistosa.

— Estaré a tu cuidado entonces, Uraraka.

— ¡Me aseguraré de cuidarte bien!

Ella era entusiasta y muy linda además de ser tierna y dulce, si me gustaran las chicas seguramente seria mi tipo, seguimos caminando por el pasillo y la puerta de uno de los salones se abrió, varias chicas y chicos salieron junto al profesor, uno muy alto, musculoso y rubio. Era un tanto incómodo, aunque me gusta la atencion, ese grupo me abrumaba un poco, algunos me veían demasiado y para mi pequeña desgracia, Uraraka se detuvo a saludar a unas cuantas chicas del lugar. Me quedé en mi lugar y amablemente saludé al profesor.

Cuando partimos ella se veía más felíz, supongo que es alguien muy sociable con su entorno.

— Ya llegamos — Ella se detuvo frente a una gran puerta que a su lado había un letrero con el número de clase. Tocó la puerta y habló unos segundos con el profesor y luego pasó a su asiento dejándome a solas con el profesor.

— Soy Aisawa Shota, el maestro principal en esta clase, prepárate y pasa a presentarse — Entró en la clase y pidió prestar atención.

— Tenemos un nuevo estudiante, denle la bienvenida. Pasa.

Tenía un poquito de nervios, no lo voy a negar, pero sólo un poquitito, pasé al frente de la clase y me di cuanta de que no todos me miraban y entre ellos estaban una cabellera bicolor que buscaba algo en su bolsa y una cabellera rubia que estaba recargado en la mesa.

— Buenos días, Mi nombre es Izuku Midoriya, es un placer conocerlos a todos, espero este sea un buen ciclo escolar.

A penas terminé de decir mi nombre, estos dos se levantaron y me miraron estupefactos, al final sólo pude sonreír, este ciclo escolar será muy divertido.

La daga del YakuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora