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¿Alguna vez tuvieron que mudarse solos?

Y de paso a otra ciudad

Y peor a su ciudad natal

Y aún peor a la ciudad de la que escapaste

Bueno, aquí vamos.

-El aterrizaje se realizará pronto, pedimos a los pasajeros permanecer con el cinturón cerrado y apagar los equipos electrónicos.
La información adicional será proporcionada por el personal en tierra del aeropuerto.
Gracias por viajar con nuestra aerolínea.

Después de horas de viaje por fín aterrizamos en la ciudad y aunque en serio quería creer que esa persona estaría en la entrada de la terminal, esperándome, era imposible pues sólo mi madre y Kenji sabían de mi regreso a la ciudad, no estaba mal conservar esa mínima esperanza.

Sí estaba mal.

Porque el me abandonó.

-Tranquila madre, me encargaré de arreglar la casa, para cuando vengas ya estará como nueva.

Tomé un taxi y al ser de madrugada nadie notaría mi llegada a la casa. Ciertamente estaba destruida, la pintura de la fachada se despegaba y caía con el viento; aunque se veia bien para estar abandonada durante años, el interior era un desastre de polvo y basura acumulada. En resumen, con un pequeño milagro logró dejarla lista en una semana.

Debo limpiar la que era mi habitacion para dormir bien.

.

.

.

¡Por fin! A dormir.





Ya la mañana llegó y tan pronto como desperté me puse a buscar nuevos muebles y cosas para el "hogar". Lastimosamente las cosas que más necesitaba no se vendían en linea, así que después de contratar a un equipo de mudanza, una empresa constructora y varias, varias cosas más.
Salí de casa temprano, muy temprano, ¡Demasiado temprano! ¡Se me congela el cerebro!

Aún debía buscar un gimnasio mientras conseguía mi propio equipo.

Pasé todo el el día viendo las tiendas y comprando la mayor parte de cosas que me faltaron.

Entonces:

1. Pintores ✅

2. Plomeros ✅

3. Servicio de mudanza ✅

4. Reestablecer servicios básicos ✅

5. Artículos de limpieza (urgente) ✅

Todo llegaría entre las 6 am y 7pm de mañana así que puedo limpiar la casa hasta entonces.

Luego de hacerlo, nuevamente era de madrugada, algo que noté fue que los Bakugo no se encontraban en casa; las luces no se a
prendían y el correo estaba amontonados en su buzón, pero su casa no estaba descuidada así que definitivamente siguen viviendo allí.

Al amanecer estaba frente a mi portátil, en la página de inscripciones de la mejor institución de la ciudad, la U.A o como también suelen llamarla "Yuuei". Afortunadamente aún quedaban cupos de inscripciones, a pesar de ser la mitad del ciclo escolar, complete todos los datos de la matrícula y ahora sólo faltaba la entrevista junto a mi representante legal, sería en una semanas, antes de que concluyan las vacaciones de mitad de ciclo, para ese tiempo mi madre ya podría venir y encontrar la casa lista.

Pasado el horario acordado, todos los servicios que contraté habían llegado, la fachada estaba siendo arreglada al igual que el resto de espacios en la casa, incluso mandé a arreglar el jardín frontal y el trasero. Dos días después se estaban dando los últimos toques para que la casa sea habitable de nuevo, para lograrlo y dejarla a mi gusto y el de mi madre, tuvimos que derrumbar algunas paredes y construir una nueva habitación en la planta baja y una zona para aparcar el auto de mi madre, estas iban a tomar más días pero estará lista a tiempo.

Algo que había olvidado y como instructor me avergüenzo, es que no pensé en donde iba a entrenar, la nueva habitación en la casa aún no está lista y pasaría muchos días sin poder hacerlo. Salí a prisa al cuarto dia de mi llegada para visitar algunos gimnasios locales, pasé cuatro que no me convencían hasta que encontré al ideal, el ambiente era sereno pero no aburrido, el equipo era de calidad y había una gran variedad de ellos, zonas de dichas, bastidores y casilleros, era un sueño. Comencé mi suscripción de un mes y ya luego para pasar el día me di unas vueltas por el centro comercial, comprando cosas para la casa y un montón de ropa para mi y para mi madre, también cosas para Kenji pero no había mucho de su estilo.

Estaba recogiendo a mi madre del aeropuerto, su vuelo llegaba en la noche y ni loco la dejo sola, jamás la he dejado sola desde esa noche, al día siguiente eran las entrevistas y mi madre luego de ir, debe regresar a su trabajo para terminar unos últimos detalles con su jefe y trasladarse aquí.



















-Entonces concluida la entrevista, consideramos que estaríamos gustosos de que el joven Midoriya ingrese en Yuuei.

-Muchas gracias profesor.

-Da lo mejor de ti Midoriya-kun.

La entrevista había sido un éxito, mis calificaciones siempre fueron impecables además que tomaba clases extra avanzadas y también valoraron las actividades extracurriculares. Mi madre estaba encantada, se decía que se debía pasar por duros cuestionamintos par entrar en Yuuei, al ser la mejor escuela del país y por ende de la ciudad, muchos querían ingresar a ella pero sólo los mejores podía hacerlo.

Y los que tienen buenas palancas.




-Está listo cielo. ¿Compraste tu uniforme? -preguntó mi madre sin dejar de ver al frente del camino.

-Ups...

-Izukuuu.

-¡Lo olvidé!

Comenzamos a buscar tiendas de uniformes escolares para encontrar el mío, es lindo y muy formal, nos encantó.























Estaba subiendo las maletas del auto, cada una era más pesada que la otra, todas estaban apiladas en la cajuela y sería tedioso sacarlas, los viejos se emocionaron mucho comprando recuerdos y pequeñeses coloridas.

Las vacaciones no fueron principalmente encantadoras, pasar el tiempo con los abuelos no era malo pero si desgastaba la energía vital de cualquier ser humano y en especial la mía. Pasar las vacaciones en una granja podía ser divertido pero no tanto cuando comienzan a perseguirme las vacas.

Fueron horas las que el viejo condujo para regresar a casa y llegamos a mediados de la madrugada, todo estaba muy oscuro y no ayudaba que justo en ese momento la mayoría de los faros estuvieran apagados.

-Hogar dulce hogar ¡Katsuki apresurate a bajar las maletas!

-¡No me grites anciana!

-¡Ah! ¡¿A quién le dices anciana maldito mocoso?!

-Ya calmense, van a despertar a los vecinos -Como siempre, el anciano era la voz de la razón entre nosotros, nos reprendió a ambos, aunque no fue mi culpa, la vieja gritó primero.

Como sea, las vacaciones habían acabado y debía retomar de nuevo las clases en Yuuei.

La misma rutina aburrida de siempre.

La daga del YakuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora