Capítulo 03.

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Las manos de Jihyo apretaron uno de los cojines cuando el primer azote sonó a través de los altavoces. Kate sollozo ─uno─, inquietando a Jihyo y tuvo que recordarse a sí misma respirar. Mirar esta pieza erótica estaba despojando a Jihyo de su autocontrol y solo le quedaba rezar que Sana no le esté prestando atención.

Jihyo sintió un alivio cuando se dio cuenta que Sana, efectivamente, no le estaba prestando atención. Cuando en realidad estaba más que consciente de su presencia, Sana estaba concentrándose en no deslizar una de sus manos entre sus bragas y tocarse. Visiones de Jihyo azotándola, reclamándola como suya invadieron su mente. Sana no podía separar ambas acciones, así que en vez de eso solo trataba de no gemir.

─Dos... tres... Oh Dios... cuatro...─ Kate continúo contando. Cada vez que Abbie dejaba caer la paleta, un fuerte azote sonaba junto con los sollozos de la castaña. Su trasero se estaba poniendo rojo y sus piernas empezaban a temblar.

─¿Tuviste suficiente, Kate?─ preguntó mofándose ligeramente.

─Puedo recibir más si eso te place.─ respondió. Jihyo hizo un sonido leve desaprobando la actitud, que Sana captó inmediatamente.

—Muchas personas creen que la comunidad del bondage está mal, puesto que usan a otra persona para su placer personal y creen que empoderar a solo una parte durante el sexo es cruel. Pero la realidad es que tanto la ama como la sumisa tienen un buen grado de confianza y ambas se benefician por igual. A Kate le gusta ser dominada y usada por Abbie y decir esas palabras también la place a ella. —Sana acotó.

—Gracias, Google. —Jihyo trató de bromear, pero su voz sonó rasposa y casi sin aliento.

Ambas miraron a la pantalla cuando la Ama Abbie habló nuevamente. ─Creo que en vez de eso quiero meter mis dedos en tu coño─

Esta vez fue el turno de Sana para soltar un gemido casi imperceptible, los ojos de Jihyo lanzaron una mirada a Sana.

—Hey... uh ¿Sana?

—¿Sí, Hyo? —Sana trató de sonar inocente.

—Esos um... jeans lucen algo incómodos —Jihyo se sonrojó cuando las palabras salieron de su boca, volteando su cara inmediatamente hacia la pantalla.

Sana sabía lo que Jihyo estaba haciendo. Estaba claro que Sana estaba incómoda, constantemente acomodándose en el sillón y Jihyo le estaba dando una salida para que no se sienta avergonzada. Hubiera sido un gesto muy dulce de haber sido en otro día.

—Lo son. No pensé que aun los tendría hasta estas horas de la noche. —No estaba mintiendo del todo.

—Entiendo. Puedes quitártelos si deseas. —Los ojos de Jihyo jamás dejaron la pantalla donde Abbie estaba desatando las manos de Kate lentamente.

Sana se paró, desabotonó y bajó el cierre de sus jeans, deslizándolos de sus piernas. Quitándose los zapatos en el proceso también, quedándose tan solo con su blusa y una simples bragas negras. Jihyo logró ver su pequeño y tonificado trasero y sofoco un gemido.

Sana se sentó nuevamente, doblando sus piernas bajo ella, Jihyo se concentró en la TV.

—¿Mejor?

—Mejor. Gracias. —Sana susurró mientras Kate bajaba las manos contra el piso cerca de su cabeza.

Abbie poso sus manos sobre el trasero de Kate, separándolo ligeramente. ─Tantos pequeños y calientes hoyos. ¿Cuántos dedos puedes soportar ese apretado coño tuyo?─

La castaña tembló, un ligero gemido escapando de sus labios. ─Cuantos desee Ama. Estoy aquí para complacerla─

─Y por eso serás recompensada Kate.─ deslizó dos dedos profundamente en la castaña. El gemido en voz alta que soltó, hizo que las caderas de Jihyo se movieran ligeramente hacia adelante. Sana jadeó.

La rubia deslizó sus dedos hacia adentro y afuera un par de veces. Los gemidos de Kate resonando en la habitación. ─Oh si...─

─Buena chica. Déjame escuchar esos gemidos de placer─

Sana miró a Jihyo y se mordió el labio.

—Jih, tu también puedes quitarte algo si quieres. Tu ropa es probablemente es igual de incómoda que mis jeans.

Jihyo asintió, agarrando su top mientras se lo quitaba, exponiendo su abdomen y un simple brassier morado oscuro. Jihyo y Sana sabían que esta situación estaba saliéndose de control un poco, pero ninguna de las dos se estaba quejando y ambas simplemente la dejaron seguir. Estaban igualmente excitadas y no querían que acabe.

Jihyo se relajó sobre los cojines, ambas manos hechas puños hacia cada lado. La cámara hizo zoom a el trasero de Kate que estaba elevado, dejando ver cuan mojada estaba. Los largos dedos de la rubia se deslizaban adentro y afuera de su sexo, extendiéndolo y dilatándolo.

─Oh gracias.─ Kate habló rasposamente, arqueando su espalda hacia atrás aferrándose a la alfombra bajo sus manos.

─Buena chica─ le reconoció, su otra mano moviéndose alrededor de Kate para tocar su clítoris. Exasperando un grito presionó sus caderas hacia abajo.

—Oh Dios. —Sana no pudo evitar reaccionar y las palabras se le escaparon de los labios. Jihyo la escuchó y enseguida volteó a verla. Sus manos estaban aferradas a sus muslos apretándolos y su respiración se hizo pesada. Jihyo sabía que Sana en ese momento estaba más excitada de lo que creía.

Encarando nuevamente la pantalla, la mente de Jihyo empezó a correr a mil por hora. Pensamientos de Sana desnuda y rogando por ser follada, cómo sería su sabor, que haría Sana si Jihyo apagara la TV y la poseyera ahí mismo en el sillón. Jihyo tragó saliva con dificultad de tan solo pensarlo.

─¿Me puedo correr?─ las palabras desesperadas de la castaña sacaron a Jihyo de sus pensamientos internos.

─Aun no, Kate.─ Aunque Abbie dijo no, sus dedos no pararon de deslizarse repetidamente en la humedad de Kate ni el toqueteo en su clítoris. Por el contrario, acelero su ritmo.

─Oh Dios... Ne... Necesito correrme. ¡Por favor!─

─Sé paciente─ el cuerpo de Kate estaba temblando por tratar de aguantar su orgasmo. Ojos apretados y cerrados, su cuerpo tenso, estaba gimiendo en voz alta.

Sana y Jihyo no podían separar sus ojos de la pantalla. Ambas estaban con las piernas apretadas tratando de deshacerse algo de la presión y estaban lamiéndose los labios.

─No puedo... Abbie... por favor...─ rogaba nuevamente, todo su cuerpo tratando de contener el placer. Sin embargo, fue demasiado para ella. Gritando se corrió. Sus caderas se sacudían violentamente y Kate cayó, colapsando sobre su estómago mientras su orgasmo iba disminuyendo.

La rubia sacudió su cabeza desaprobatoriamente, limpiándose los jugos húmedos de sus dedos en su trasero. ─Tsk tsk tsk Kate... Yo no te di permiso.─

 Jadeó. ─Lo siento, Ama.─

─No hay excusas, Kate. Tendrás que reponerme y dejar que te castigue.─

Jihyo se mordió el labio. Nunca pensó que este tipo de fantasías la ponían, pero de repente Jihyo tuvo un fuerte deseo de dominar a Sana.

─Lo que sea para complacerte, Abbie.─

Sana y Jihyo estaban sin respiración para cuando el primer corte comercial empezó.

watching porn with my shin'yū Ꞝ sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora