8. Me he enamorado de Jack Frost.

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-Me gusto todo tu teatro, serías una buena actriz ¿no te lo han dicho? -dice Pitch sentandose en un sillón.

Después de desaparecer y hacer creer a los demás que me había secuestrado, venimos a su guarida.

-Nada fue actuado, idiota. ¿Crees que quiero estar aquí? -le espeté molesta.

-Se que no quieres estar aquí. A ver y ¿por qué llorabas?

-Yo no quería matar a Sandman -dije triste y molesta.

-Astoria, ¿cuando vas a entender? Tu no perteneces a los buenos, tu debes estar conmigo, tus poderes lo dicen ¿Que provoca el fuego cuando las personas lo ven? -dice acercandose.

-Miedo -digo en un susurro.

-Exacto. Imagínate un mundo en dónde todo sea de Pitch Black y la princesa Astoria -dice maravillado con tan solo imaginarlo -hariamos maravillas juntos.

-¿Cómo puedes estar tan seguro que nuestros poderes funcionan bien juntos?

-Si quieres probamos ahora mismo -dice con una sonrisa.

Solo asiento. Me acerco a el y comienzo a usar mis poderes, el repite el acto, haciendo que el fuego y el miedo-polvo negro- se junten. Cuando esto ocurre se crea una explosión hermosa, no lo voy a negar. Por un momento sentí que todos mis problemas se iban, que todo lo malo que me pasó se quedaba en esa detonación de poder.

Paré y el también lo hizo. Me miraba orgulloso o algo así.

-Se sintió relajante -dije sin más.

-Lo se, también lo sentí -me sonrió - eres muy poderosa Astoria.

-Poderosa yo?

-Si, y por eso ellos te temen.

-¿Quienes? -estaba confundida.

-Los Guardianes -eso me dejó más confundida -temen que haya alguien más poderoso que la Luna.

-¿Yo, más poderosa que la Luna? -dije atónita.

-Si, puedes llegar a serlo, si te unes a mi porque quieres y no por obligación.

No dije nada, me quedé en silencio por unos minutos, hasta que el habló.

-Bueno, fuera de todo tu grandioso poder... sigamos con el plan -dijo con una sonrisa sinica.

-Ahora, ¿que harás? Ya mataste a Sandman. Los guardianes están débiles -dije en tono neutro.

No podía dejar que viera que eso me afectaba.

-¿Que más quieres hacer?

-Lo próximo que haremos es encontrar la debilidad de Jack Frost -dice pensativo.

-Debilidad?

-Si, debe tener una debilidad, porque todos tienen una debilidad.
Por ejemplo: La tuya es tu hermano, la mía es el bastón de Jack ¿entiendes? y averiguar la del mocoso será tu tarea -terminó de decir.

-Yo, ya cumplí con ayudarte a matar a Sandman, manda a tus pesadillas.

-No pudieron con el antes. Encárgate de él... no puedes negarte -expresó sonriendo.

-Yo ya no puedo. Estoy harta de esta vida tan miserable, sabes..

-Que bueno, porque eso fue lo que te metió en este problema ¿no es cierto? Me dijiste "Mi vida es muy aburrida" -dijo imitandome -Me vendiste tu alma...

-¡Tu me engañaste! -grité molesta.

-No querida Astoria, tu aceptaste estar dentro y yo ni siquiera te había dicho que íbamos hacer. NO ES MI CULPA -explicó remarcando cada palabra.

-Mira ya entendí ¿Ok? Actúe impulsivamente, no sigas

-Y por eso, creo que aceptaras mi nuevo trato.

-Iluminame -dije de mala gana.

-Tu solo dame la clave para acabar con Frost y yo te daré... aquello que anhelas más que otra cosa en todo el mundo... serás libre y tus padres volverán a la vida..

-Puedes hacer que mis padres vuelvan? -pregunté esperanzada.

El solo asintió.

-Ahora sientate -ordenó mientras sacaba una silla de madera y unas cuerdas.

-Que harás?

-Solo sientate -ordenó nuevamente.

-¿¡Que harás!? -volví a preguntar en un tono más alto -Hasta que no me digas que harás, no me sentaré en esa silla.

-Solo te ataré a ella, tenemos que simular que estás secuestrada ¿o quieres que nos descubran? -insinuó

No dije nada, solo me senté y dejé que me atara.

-Ok, perfecto. Yo me tengo que ir. Si alguien viene a rescatarte, le dirás que te noquee y despertaste en esta silla ¿Entendido? -me indicó apuntandome con el dedo índice.

-Si, ya entendí -respondí de mala gana.

Él solo se fue dejándome sola y atada. Aunque no estaba del todo sola, estaban las haditas y los dientes.

Las haditas chillaban y no me gustaba, era como si me estuvieran diciendo que los traicioné a todos.

-No quise hacerlo, lo siento -empece a hablar y cuando hablé hicieron silencio -no sabía que me elegirían como guardiana y cuando quise cortar el trato con Pitch, era muy tarde. Lo lamento mucho -me disculpé, llorando.

Al parecer entendieron porque dejaron de chillar. Aunque se me hacía raro el hecho de que les conté y no me pasó nada.

***

No sé cuanto tiempo llevaba atada a esa silla, pero lo cierto es que fueron varios dias. Pitch venía de vez en cuando a ver qué necesitaba o si quería algo de comer, pero en ningún momento me desató de la silla.

Hoy Pitch se fue, luego de yo haber despreciado su comida. Estaba pensando tranquilamente en cosas triviales y una hadita llegó a dónde yo me encontraba.

-Hola pequeña, ¿como escapaste de las jaulas? -pregunté sonriendo.

Ella solo me hizo una seña de que mirará hacía el globo que Pitch tenía. Se parecía mucho al de Norte con las lucecitas y todo. Solo que este tenía muy pocas luces, me dí cuenta que esas pocas que quedaban eran niños que aún creían, todo se estaba volviendo oscuro y sombrío.

De pronto sentí un frio por todo mi cuerpo y supe que era él.

El chico a el cual quería pero también odiaba a la vez, ese chico albino de ojos azules como un diamante, ese chico del cuál me había enamorado en el primer momento en que lo ví.

Jack Frost... Me he enamorado de Jack Frost.

El Origen de los Guardianes y El Misterio de la Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora