Capítulo 3

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Pasaron los días, metido en cuidados mientras Bárbara trataba las heridas y lo curaba por completo. Sentía como si el cuerpo fuera purificado, no estaba seguro si solo eliminarán las heridas que recibió hace unos días.

– Ok, creo que con esto ya es suficiente para salir de la Catedral. Significa que podrás volver a ponerte de pie, pero te advierto Aether, en este momento no puedes pelear o sentirás ardor. Tomará un tiempo para que puedas recuperar tu estado original, y cuídate mucho, si te lastimas o recibes una herida puede complicar el proceso de regeneración...¿entendiste? –.

Aether se levantó lentamente, sentado en la cama y sintiendo el tono de la diaconisa muy amenazante detrás del espejo.
– Ok, Bárbara...te agradezco mucho que te hayas esforzado en curarme estos días, para pagártelo cumpliré con todo lo que dijiste –. Sonrió a su reflejo mirándola justo detrás, porque sabía que estaba suplicando para no volver a lastimarse.

– Lo hago porque es mi trabajo, pero eres importante para mí y no descansaría hasta verte sano de nuevo, eso hizo que me esforzara el doble. Yo más que nadie me gustaría verte con tu familia y ayudarte, pero lo único que puedo hacer es curarte tus heridas y rezar por ti, por eso siempre te dije que vinieras si tuvieras algo lastimado para sanarte –.

– Cuando regrese a mis viajes, prometo que vendré a pedírtelo. Espero volver a verte en estos días, quizás puedas hacer esa bebida picante tuya para pasar un día juntos –. El viajero no pudo ocultar su gratitud, dándole un abrazo sin darse cuenta de la sorpresa que se llevó Bárbara.
– Oh... –. La chica de cabello rubio correspondió, pero preguntándose porque ella, ocultando la cara sobre su hombro mientras sentía las mejillas calientes.

– ¡Por favor, cuídate mucho por todos nosotros! –. Fue lo único que Bárbara le pidió, hablando tímidamente por el abrazo pero aferrándose a él para hacérselo saber.
– Descuida, ya he aprendido la lección y no volveré a asustarlos, especialmente tampoco quiero tener que visitarte para hacerme revisiones, lo quiero hacer solo para verte...porque entonces significaría que estoy cuidando de mi mismo –. Aether sintió una calidez en su corazón, sonriendo mientras ya estaba con la mentalidad de pensar en si mismo y el cariño que realmente tienen todos de él.

La luz del sol le dió la bienvenida a un nuevo día, estar de pie y encontrarse con las murallas rodeando la pequeña ciudad le trajeron nostalgia. Ciertamente podía ver muchas edificaciones desde la puerta de la Catedral, mientras la brisa envolvía sus brazos.

"Ok, vamos al Gremio y directo al grano".

No apresuró su marcha, tenía tiempo de sobra, tampoco quería tropezarse y provocar algo en su cuerpo mientras se sigue recuperando. Estaba nervioso, una sonrisilla tensa lo seguía en el camino hasta el puesto de Katheryne.

– Espera...¡¿es él?! –.

– ¡El viajero!, ¡¿sigue vivo?! –.

– ¡¿Es un fantasma?!, ¡su alma es tan bondadosa que aún quiere ayudarnos! –.

– La catedral informó que estaba muy grave, pero parece que Bárbara hizo un gran trabajo con él y lo salvaron. Realmente esos acechadores la pagaron con él, eh...pobrecito –.

Cuando el distinguido viajero se presentó en las cercanías del centro de la ciudad, la gente se congregó para acercarse mientras observaba con mucho silencio lo que les diría.

Un minuto después de discutir algo con la recepcionista, se dirigió a todos para observar su estado, preocupados luego de la forma en que fue trasladado la última vez.

– H-hey, hola a todos; han pasado unos días extraños seguramente en el festival por culpa mía, no puedo estar más avergonzado y culpable por ser descuidado, arruinándoles días especiales. Les vengo a informar mi receso de actividades en el gremio y que no estaré aceptando encargos hasta estar recuperado, debo permanecer en reposo hasta sentir bien mi cuerpo por las heridas que me hice...les pido perdón si llegué a preocuparlos –. Aether bajó la cabeza de forma educada, un pequeño ahogo traicionó la culpa en su pecho.

La Fase Popular de AetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora