El exiliado del grupo !SE ARREPIENTE DE TODO¡

{20} kobolds

KOBOLDS... son muy importantes en esta historia pero no he hablado mucho de ellos si lo pienso bien...

Como ya sabrás eran o son... realmente no se si siguen vivos en la actualidad, fue una especie de lobo que camina en dos patas, son goblins con pelo básicamente.

¿Por qué te cuento esto ahora?, es importante conocerlos bien para entender lo significativo que fue nuestro primer encuentro.

La estructura básica de un escuadrón de kobolds como los que encontré en ese bosque se basa en el simple hecho del más fuerte, el líder, se caracterizaba por su gran fuerza y sentido de la lucha, tenia una muy buena ética en el campo de batalla, pero en los demás sentidos no tenia una inteligencia mayor a la de un barbado que dedico toda su vida a pelear, su físico era obviamente masivo, más altos que un humano promedio o incluso de [ocupaciones] caracterizadas por sus músculos como [guerrero].

Por debajo de el están los consejeros, kobolds fuertes sin duda, pero que su fuerza se basaba en su astucia y tácticas, sus cerebros son un poco mas organizados que los de su líder, talvez lo suficiente para ser llamados los verdaderos lideres, pero su fuerza física en ocasiones no superaba a la de un kobold común, por lo que no podían escalar en la jerarquía, aunque generalmente eran un poco más altos casi como un adolescente.

Y el resto... no diferían mucho de un goblin común, pequeños y tontos... no mucho más que destacar, más allá de algunas particularidades en su inteligencia algo así como lideres de grupos como aquel kobold que torture para conseguir toda la información que escuchas.

Además de todo eso poseen capacidades similares a las de un lobo, pueden arañar, morder, cazar, además de las capacidades de un humano pero con sentidos mejoraros, posiblemente por su mancillada fusión con la figura del hombre, podían usar herramientas y aunque no lo parecía corrían bastante rápido con sus dos patas, sin contar obviamente su antinatural buen olfato y oído, esas dos cosas en especial me dificulto ocultarme y esquivarlos en el bosque muchas veces.

Aparentemente habían venido al territorio donde vivía por órdenes de un líder mayor, un rey... en ese momento, en aquel bosque solo pude imaginarme las implicaciones que esas palabras traían.

Un ser mayor capaz de organizar el caos en la malvada, darle una forma afilada y prepararla para traer destrucción a la humanidad, eso es lo único que se me ocurría al pensar en un rey de los kobold o los goblin, una anormalidad que podía en riesgo a todos.

Es por eso que era importante destruir cualquier avance de esos males, como lo hicieron los antepasados, como esta escrito en los mandatos divinos, dejarlos vivir seria pecado y darles el piadoso regalo de la muerte es una misión que no se podía ignorar.

En ningún momento se me paso en por la cabeza pedir ayuda ¿para qué? Y mas importante ¿yo la merecía?.

Pedir ayuda solo consumiría tiempo, los arreglos serian tediosos y lo que realmente me inquietaba, eso no les gustaría a los dioses.

Pensaba... como cualquier [despertado] honrado pensaría, que usar el poder del dios maligno era una blasfemia, usarlo mano a mano con compañeros [despertados] que siguen los caminos correctos seria traición... pero para mí era inevitable usarlos, ese poder ya había formado raíces en mi cuerpo y mente, lo único que podía hacer era aceptar mis pecados, ya sea con mi muerte en combate o la de esos monstruos.

Pienso ahora que los dioses tenían la culpa por darme una [ocupación] a la cual no me ajustaba, pero en ese bosque, sentado frente a una hoguera o sentado desde las alturas viendo como las hojas caían, llegue a una conclusión o justificación, ya no estaba enojado con los dioses, no lo suficiente para maldecirlos a todo pulmón.