Capítulo 7

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Habían pasado dos semanas realmente atareadas para los chicos en los que gracias a que salía un poco el sol la gente iba a comprar un trago y las familias por un rico desayuno, tanto así qué William llamó a Basil, el DJ qué el bar contrataba cuando estaban llenos y así la gente pasara un buen rato, pero lo bueno dura poco. Una enorme tormenta había caído sobre el pequeño pueblo de Lake County por lo que ayer jueves por la noche William se comunicó con Doreen para informarle que no habría labores hasta nuevo aviso ya qué el bar estaba citado en una calle inclinada y la nieve se posaba sobre un mismo lugar incluyendo el bar, haciendo que la entrada fuera imposible de abrir.

Ahora, por el lado de Will esta noticia no era muy alentadora ya que su "chica ideal" se la pasaría varios días con ese "estúpido" -como él le llamaba- de Brian, qué al parecer estaba viviendo con ella, algo que no le agrada demasiado. Por otro lado Doreen y Brian estaban muy contentos. A pensar de como se habían dado las cosas, respecto su primer encuentro todo era diferente ahora, los días habían sido perfectos a partir de las últimas semanas... ellos dos se iban conociendo más, tanto que el "chico pesadilla" ya no era más alguien misterioso con un dudoso pasado y qué además no sonreía para nada, claro, solo cuando Doreen mostraba esa sonrisa característica era cuando él lo hacía de vez en cuando. Ahora ese chico era bastante agradable, solo era sinónimo de risas y buena compañía, algo que a Doreen le hacía falta desde hace mucho tiempo.

—No lo sé —dijo Doreen sentada en el sillón con las dos piernas extendidas y sostenidas por las rodillas de Brian, quien estaba a su lado—. Nunca he jugado un video juego. Soy una chica más de postres y esas cosillas —rió tiernamente.

Brian sonrió—. Oh, vamos. Las chicas lindas también pueden jugar video juegos, además, podrás saber el por qué de mi auto nombre "Inquisidor" —alzó las cejas divirtiéndola.

Doreen soltó una carcajada—. Está bien, podré reírme con mucha más razón —se levantó del sofá y caminó hasta el perchero cerca de la puerta—. Andando.

Después de ponerse sus respectivas chaquetas Brian iba a salir por la puerta, pero Doreen lo tomó del brazo negando con la cabeza, ésta se dio media vuelta y caminó hasta la puerta que daba a la cochera. ¿A la cochera?, ¿tiene un auto? Se preguntó Brian después de atravesar esa puerta pero casi se atraganta al ver un muy lindo e implacable coche, qué además de caro, parecía nuevo.

—Wow —soltó Brian—. Lindo auto.

Doreen se encogió de hombros mirando nerviosamente las relucientes llaves—. Lo que me tocó del testamento —esta vez trató de sonreír pero claramente no pudo, no cuando recordaba a sus alegres padres y la tragedia que conllevaba.

Al chico no le quedó más que asentir y callar pero sus palabras no dejaban de hacerle eco. Doreen estaba sola, muy sola, y lo sabía perfectamente puesto que durante las últimas semanas había juntando varias piezas del rompecabezas de la vida de Doreen que constantemente no parecían encajar, pero la primera pieza estaba ahi cuando por un gran error por parte suya, Doreen había hablado de un su hermana gemela, y la expresión que tenía en el rostro no era de muy buenos recuerdos. Algo había pasado con esa hermana gemela, y no era nada bueno.

Ambos subieron al auto y callados fueron hasta la plaza.



De regreso, las cosas estaban menos tensas y eso se notaba a leguas en las caras de los dos. Solo habían sacado un par de palabras de regreso, algo que confundía mucho a Brian. La segunda pieza del rompecabezas la había encontrado aquella vez que vio a Doreen tan vulnerable en su habitación, ella estaba muy mal, psicológica y mentalmente. No sabía si quería saber la razón del por qué pero algún día tendría que hacerlo.

—Bien, tu conéctalo yo iré por una botana —Doreen se frotó amabas manos obviamente emocionada. Brian asintió y sacó todo de aquella caja.

Después de unos minutos, Brian terminaba de conectar los cables de la consola, mientras Doreen lo veía muy entretenida desde el sillón comiendo papitas y sonriendo como si el chico lo fuera todo para ella, pero sacudió su cabeza, queriendo despejar su mente de lo que Brian la hacía sentir, por qué poco a poco de verdad comenzaba a creerse eso, que Brian era todo para ella. Aunque si, en este momento digamos que el chico era su única familia... pero si Doreen dejaba la puerta abierta para esos sentimientos todo se iría al caño. No pienses en él así... no lo arruines idiota. Se dijo a sí misma.

—¡Listo! —Brian aplaudió emocionado. Tomó un control y el otro se lo llevó a Doreen—. Okey... mira —le dijo a la chica—. Con ésta pequeña palanquita te mueves, con éste botón saltas, con éste golpeas, con éste recoges un arma y con este amarillo cambias a tu arma secundaria, ¿si? —la miró.

Doreen no pudo evitar carcajearse de risa al ver al chico tan concentrado en lo suyo, lo hacía ver tan adorable.

—Lo siento —se tranquilizó—. Entiendo, entiendo.

El chico asintió con una gran sonrisa y los dos comenzaron a jugar.

Al cabo de unos minutos Brian no podía creerse lo bien que había entendido Doreen, parecía que llevaba años jugando esto y de alguna manera eso lo hizo sentirse más atraído de lo que ya estaba hacia ella—. Wow —soltó él—. Si que eres buena...

—. Oh no, chico bonito... eso no hará que me deje perder —sonrió.

—¡Oh por favor! —empezó a reír—. No hay nada en lo que me puedas ganar, preciosa...

La chica se unió a las risas—. Por supuesto que sí, o quieres hacer un reto de cocina por qué entonces ahí, volverás a perder...

Brian la miró con ternura—. Así que te gusta la cocina...

—No me cambies el tema, Pesadilla, pero si... ¿por qué? —sonrió hacia Brian durante un segundo, después volvió su vista a la pantalla.

—Ya te he oído decir dos referencias a la cocina hoy, y bueno... no es como si supiera mucho de ti.

Doreen pausó el juego para poder mirarlo—. Lo sé... es qué yo... —comenzó a ponerse nerviosa.

—No, no... yo solo decía. Hablábamos de la cocina.

Él la relajó notoriamente después que Brian le diera su espacio—. Si, yo... quisiera tener mi propio negocio.

—Y, bueno... si no es indiscreción...

—Oh... no... —interrumpió la chica—. Pregunta lo que quieras.

Asintió—. ¿Por qué eres mesera?... —soltó él un poco temeroso de que su pregunta la incomodara.

—Bueno, yo no sabía nada de manejar un negocio hasta que entré al Fritz, Will me ha enseñado varias cosas... me ha apoyado en ese aspecto, también quiere qué cumpla mi sueño.

—¿También? —la pregunta salió sola.

Doreen bajó la vista hasta sus manos—. Si, mis padres hubieran querido lo mismo.

Estúpido. Lo arruinaste—. Oh... bueno, yo sé algo de eso, tengo un tío qué es chef... —intentó animarla, obviamente hablar de sus padres era algo prohibido. Nota mental; No menciones nunca a sus padres... o a su hermana.

—¿De verdad?... —los ojos azules de la chica se abrieron como platos—. Sería fabuloso... pero...

—¿Qué? —preguntó él.

—Tu estas aquí... y claramente no naciste aquí.

Brian analizó sus palabras un momento—. Oh, no... Yo nací en California. Estados Unidos —aclaró—. Y si, él vive allá —hizo una mueca.

Ella asintió—. No te preocupes entonces, Will también sabe algunas cosas... está bien —.Doreen des-pausó el juego y comenzó a jugar de nuevo. Brian no se movía para nada sólo la observaba desde su lugar muy atentamente, y ya no pudo detenerse... él posó su mano tranquilamente en el antebrazo de Doreen haciéndola voltear, y cuando ya tenía una vista clara de su rostro se acercó y plantó un tranquilo beso.


*Gracias por leer♡


Tu Maldita Pesadilla [Synyster Gates]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora