†Capítulo 3†

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   ¡¿Que rayos le sucede a este chico?!

Golpeé con fuerza su mano logrando esquivar fácilmente su tiro, provocando que el arma cayera al suelo y rodará bajo una de las mesas que había en la zona VIP.
Luego de tener su arma lejos de mi cabeza, logré pegarle una patada en su entrepierna causando que se inclinara adolorido para así tomarlo del brazo y torcerlo contra su espalda.
Al instante en que las chicas notaron que lo tenía todo controlado, comenzaron a asesinar con sus revólveres —totalmente comúnes, osea, creados con material humano— a todos los guardias que se interpusieron en el camino.

— Tú puntería es muy mala, sin contar que tú postura es una mierda, por eso fallaste el tiro —expliqué mientras aún torcia su brazo derecho sobre su espalda con fuerza, apuntándolo con un arma en la cabeza.

En el momento en que perdió su arma, parecía un conejito indefenso que no sabía en que madriguera meterse.

— Aunque si hubieses sido un profesional, tal vez hubieses logrado herirme, quién sabe... Pero, lo dudo mucho ya que es muy difícil debido a que...

— ¿Quienes son ustedes y que mierda quieren? —preguntó él interrumpiéndome, mientras me observaba por encima del hombro con furia.

— Ellas no sé, yo... Soy tu peor pesadilla.

En mi boca comenzó a formarse una sonrisa malévola, estaba bromeando, solo me gustaba ver a los hombres retorcerse de ira frente a mí sin que puedan hacer nada.

— Jaja, que gracia me dan, tú y tus amigas, y sabes que es lo más gracioso de todo, que pude servirle a mi hermano de señuelo para que pudiera subir y descubrir que traman —expresó victorioso, había logrado distraernos.

— Ach... ¿Te crees muy listo eh? —apreté con más fuerza su brazo, causando que se quejara del dolor.

«Ahora solo queda que Calia impida que le vean el rostro a la novata, aunque eso ya no importa ya que nos los tenemos que llevar a ambos ahora que descubrimos lo que son en verdad, además, no puedo permitirme mandar a más chicas a buscarlas, porque si eso sucede estaríamos en riesgo a que delataran a Ágata cuando la vean sin la máscara.»

Narra Ágata...

Estaba sentada frente al escritorio de la oficina, mientras buscaba en el computador la carpeta que tenía las coordenadas que necesitabamos para terminar de una vez por todas la misión.
Luego de encontrarla envié la ubicación hacia la laptop que había en la camioneta en la que habíamos llegado, cuando de repente se escucharon unos disparos, intenté comunicarme con Dione pero no respondía, sabía que alguien estaba a punto de subir pero no podía permitir que me viera sin la máscara, por lo que de inmediato, comencé a buscar con la mirada un lugar en dónde esconderme, pero por más que buscaba no encontraba uno seguro.
De repente la puerta comenzó abrirse lentamente mientras rechinaba, estaba perdida, busqué y busqué pero era inútil.
Hasta que después de unos segundos la puerta es abierta por completo, por suerte, pude ocultarme en un pequeño closet que había cerca de una estantería de libros.
La persona que había entrado dió algunos pasos al rededor de la oficina, al parecer buscaba algo, o a alguien, en este caso a mí. Entonces el sonido de los pasos cesaron, esa persona, quien quiera que fuese, se había parado frente al closet en dónde estaba escondida.
Cerré mis ojos, intentando no hacer ningún ruido o por lo menos no pensar en como sería la forma más cruel en la que me asesinarían al enterarse que un pecador pudo verme el rostro mientras hacía una misión.
«Tal vez podrían solamente decapitarme, o tal vez, cayera sobre mi un rayo mágico y me partiera en dos... Aunque la última muerte suena tentadora.»
Después de unos instantes, fuí sacada de golpe de mis peores pensamientos al escuchar mi nombre ser pronunciado por alguien más.

♠Tentaciones Asesinas♠ [libro # 1] [Completo] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora