Del Infierno Al Cielo Y Viceversa

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Marcela la miraba a los ojos igual que Betty lo hacía con ella. Un pequeño silencio se hizo presente. La ex asistente escudriñaba a la pelinegra con los ojos llenos de ilusión. Al final los deseos de su corazón no se pudieron contener -Yo a usted la amo, Beatriz - dijo sin más - ayer lo pude comprobar, soy una estúpida por tener que verla con otra persona para poder darme cuenta de esto tan grande que siento por usted. Pero...- tragó saliva y parpadeó pesadamente- pero también entiendo lo tarde que es, y lo voy a tratar de aceptar desde aho...- Betty acalló con sus labios aquellas palabras, la accionista sintió cómo éstos chocaban contra los suyos provocándole miles de sensaciones, Beatriz ni siquiera se imaginaba cuánto ella ansiaba ese beso más que otra cosa en el mundo en ese momento.
Sus lenguas trataron de saciar poco a poco y cada vez más apasionadamente el deseo que ambas habían contenido hasta ahora. Las ganas que se tenían salieron a flote.
La piel de Marce se erizó al sentir las manos suaves de la economista escabullirse por debajo de su ramera amplia, manoseando descaradamente su estómago y subiendo directo a sus senos. ¡Dios, cuánto extrañaba esa sensación!  Betty había abandonado su boca y se había adueñado de su cuello el cual poco a poco torturaba con pequeños mordiscos. La accionista estaba rendida ante aquellas caricias que la devoraban sin parar. La ropa se había convertido en un estorbo, ambas decidieron despojarse de ellas lo más rápido posible, las dos mujeres se dieron una mirada y una sonrisa cómplice. Al ver aquel cuerpo por segunda vez en el día Betty sintió una ola de calor que comenzaba en su cara y se concentraba en su centro de placer, se relamió el labio inferior y le dió una mirada lasciva,  tenía tantas ganas de hacer suya nuevamente a la pelinegra, así que eso hizo; comenzó por su clavícula mientras sus manos amasaban los pechos de la accionista, fue bajando hasta que reemplazó las manos por su boca, comenzó a lamer suavemente los pezones de la accionista, quien respondieron rápidamente a aquel tacto suave y caliente de aquella lengua juguetona, luego comenzó a besarlos succionarlos y morderlos, estaban duros y erectos, sabía que a Marce le estaba gustando aquel juego por sus pequeños gemidos ahogados en su mano. Beatriz seguía su ritmo alternando entre pecho y pecho, jugueteando, monoseando. La gerente no podía más su zona V estaba necesitando presurosamente ser atendida, así que buscó los dedos de Beatriz y se llevó tres a la boca empapándolos de saliva y los condujo a su intimidad. Betty sonrió malisiosamente y no movió ni un dedo. Mejor optó por tomarla de la mano y  la sentó en una silla que tenía más altura, sabía que en el mueble iba a ser complicado hacerle lo que quería llevar a cabo,  al principio Marce puso cara de decepción revuelta con sorpresa pero enseguida comprendió y sólo dejaba que Betty se divirtiera con su cuerpo.
-Cierra los ojos y abre las piernas - le indicó y esta obedeció sin chistar, las ordenes de la presidenta eran muy claras. La Alfombra de felpa cubría aquel piso frío de madera, era un spot perfecto.
La economista se arrodilló quedando perfectamente posicionada. - Sonrió de medio lado al ver aquel manjar.
-Que hace, Beatriz?
-Me tomo mi tiempo, necesito observar bien el panorama. - expuso con autoridad
-  Usted es una morbosa Beatriz Pinzón Solano- trató de cerrar las piernas, pero Betty se lo impidió.
-Acaso no me escuchó? O... Quizá quiere que la amarre. Marcela sonrió, como si aprobara las palabras
-hmmm, interesante. - dijo mientras se iba acercando- otro día será, hoy ya no me puedo resistir más.
La respiración de Betty comenzaba a provocarle cosquillas, deseo, agitación, necesitaba ser tocada.
Hasta que por fin Beatriz se apiadó y pasó su lengua muy despacio por el clitoris de la accionista, Marce dió un respingo y no pudo contener el gemi2, - ahh!, me está torturando. - no iba a permitir que la ex asistente jugara así con ella, así que con una mano tomó la cabeza de la economista y la llevó a su centro, la apretó contra sí y se comezó  a mover, de inmediato Betty supo que tenía que comenzar con su labor de forma seria.
El sexo oral la estaba haciendo gritar de placer, así que la presidenta decidió llevarlo a un segundo nivel, tomo su mano y las llevó hacia la boca de la gerente quien no dudó en llevarse aquellos 3 mismos  dedos al interior de su boca otra vez repitiendo la misma acción, ahora fue Betty quien comenzó a introducirlos en la vagina de Marce quien pedía a gritos por más. El  vaivén comenzó a tomar más fuerza y el ritmo cada vez aumentaba mucho más, las embestidas hicieron  que aquella mujer llegara al clímax total y estallara en la boca y las manos de Beatriz que se dedicó a limpiar aquel desastre con su lengua mientras Marcela temblaba con cada lamida...

Después de aquellos espasmos lo único que pensaba Marce era en vengarse de Betty. La tomó por el cuello y la levantó, la presidenta le dedicó una sonrisa pícara, la pelinegra no se contuvo y comenzó a besarla de forma perversa, quería seriamente probar sus propios fluidos. Succionaba la lengua de Betty mientras que está le proporcionaba cálidos roces dentro su boca, la salivas se mezclaban y Marce no dudaba ni un segundo en tragarse todo aquello, se levantaron quedando frente a frente.
-Vamos - le extendió la mano y Betty la tomó, la condujo hasta la ducha. Abrió la llave y reguló el calentador. Tibia. Ninguna decía ni una palabra. Sin embargo, Betty admiraba aquel cuerpo del que se había privado. Cuando estuvo todo preparado, Marcela hizo qué ambas se metieran en la ducha y  comenzó a besarle la nuca, quien inclinaba la cabeza hacia atrás. Luego pasó a la espalda, pasaba la lengua besaba y mordía. Luego las nalgas, aquellas nalgas redondas y perfectas la traían loca, así que repitió la acción, a Beatriz se le comenzó a acelerar el corazón, sabía a dónde quería llegar Marcela. Y así lo hizo, separó las nalgas y comenzó a lamer, el agua tibia con aquella lengua traviesa estaban llevando a Betty a un éxtasis infinito. Luego introdujo un dedo en la vagina húmeda de la ejecutiva quien casi no podía mantenerse de pie, seguido de unos cuántos segundos de embestidas y lamidas, se vino, un orgasmo intenso y pesado que las llevó a la cama donde ambas cayeron rendidas.

****

Betty se levantó agitada y muy desorientada, el timbre del celular la había despertado.

Adriana! La cita! Seguramente era ella- miró a un lado y vio a Marcela durmiendo plácidamente. "Dios mío, qué había hecho" se pasó la mano por la cara y buscó de inmediato sus gafas, contestó.

-Aló! - Dijo un poco agitada.
-Hola, Betty, voy un poco retrasada - hablaba rápido - pero ya estoy saliendo para allá.
-Noo, doña Adriana, no salga, perdón es que... No voy a poder ir hoy...mm se me presentó un inconveniente de último momento, lo siento mucho,
-Oh, - dice desinflada Adri,- OK, bueno, no se preocupe, Betty otro día será
-Mañana puede, para desayunar?
- Ah Sí, mañana nos vemos entonces - dice con un poco más de ánimos.
Betty no podía soportar más escuchar la voz de Adriana sabiendo que estaba con Marcela, sentía tanta culpa.
-Mañana a las 10 en el mismo restaurante.
-OK, Hasta mañana.

Colgó rápidamente y se levantó de la cama, tomó ropa prestada y se vistió de nuevo, Marcela aún dormía. La ejecutiva se detuvo un momento para observarla, se arregló los lentes y la contempló, parecía un ángel indefenso, Betty sabía lo que tenía que hacer, lo supo desde que se entregó a Marcela. Ya era tarde así que se dispuso a ir sin despertarla.

-Se va? - pregunta March con voz dormida y frotándose el ojo derecho al darse cuenta que Betty abandonaba  la habitación.

-Oh! No la quise despertar - dice la ejecutiva volteandose.- sí, ya me voy - contestó al ver que la pelinegra esperaba una respuesta - Por qué no se queda a dormir? - Propuso ilusionada.
-No puedo doña Marcela, mañana tengo una cita con... - Adriana Arboleda - dijo Marce completando la frase. - Así es - confirmó.
A Marcela se le hizo un ovillo en la garganta de inmediato, apretó los dientes y pudo expresar un simple . - OK -  resignada.
-La veo mañana, por favor, no se embriague más. La necesito. - le regaló una sonrisa a medias y se marchó dejando a Marcela con un sabor amargo. Había pasado del infierno al cielo y parecía que su estadía en el cielo no había durado nada.
Estaba terriblemente decepcionada, pero también estaba muy feliz al recordar todo lo que había pasado con Beatriz. No sabía qué había sucedido, pero definitivamente algo le decía en su interior que al menos algo, aunque fuese mínimo había cambiado su relación con Betty. Pero obviamente que estaba desilusionada,  quería que Betty la escogiera a ella, que se quedara con ella, no que se fuera por Adriana Arboleda

¿Betty y Marcela? (Marcetty) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora