Me levante rápido de la cama para correr hacía la cocina y preparar el desayuno como todas las mañanas cuando me encontré con Iván. Hace tres años que éramos rommates y hace más que somos mejores amigos. Gracias a él había conocido al amor de mi vida, a mi futura novia y si tenía suerte esposa, y si tenía aun más suerte la madre de mi hijos. Su hermana, Valula.
—Yo quería preparar el desayuno.
—Todos los días lo haces vos, Ger.
—¿Qué estás haciendo?
—Panqueques con dulce de leche.
—Pero a Valula le gustan los waffles con frutillas y crema.
—Sí, ya sé. Me desperté temprano para comer algo diferente porque siempre preparas lo mismo y eso me tiene cansado.
—Pero Iván...
—No empieces, ¿si?
Me dio un plato con panqueques, y lo único que pude hacer fue desistir.
—Deberías disimular un poco tus sentimientos. Todos saben que estás enamorado de Lula, hasta ella lo sabe, ¿no te rechazo seis veces?
—Fueron diez veces, pero eso fue en el pasado.
—¿Se considera pasado dos semanas? —pregunto de manera burlona.
—Cállate.
Iván se rio.
—Te lo dejo bien en claro, ¿Por qué no lo entendes?
—¿Entender qué?
—No le gustas.
—No sos ella para saber eso.
—Soy su hermano y tu mejor amigo. Soy el que ve los dos lados y el tuyo es lamentable.
—¿De que están hablando? —pregunto Valula, acercándose a nosotros. inmediatamente me puse nervioso. —¿No hay waffles con crema?
—Gracias a Dios no —contesto Iván.
—Buenas días a vos también —dijo ella, sarcástica.
—Buenas días, Lula —le sonreí. —Si querés te preparo wafless con frutillas y crema como te gustan.
—No hay más crema —gritó Iván.
—Puedo ir a comprarla ahora si querés.
—No, Germán. Esta bien así.
—¿No querés que te ayude con algo?
—No.
—¿En serio?
—Sí.
—¿Te pusiste perfume? —le pregunto Iván a ella.
—Como si nunca me pusiera perfume.
—No te hagas la boluda. Ese perfume lo usas cuando salís.
Me acerqué un poco para oler el aroma que desprendía Valula. Reconocería ese olor en cualquier parte. Ese perfume lo usaba cuando salía con chicos.
—¿Quién es el desafortunado, hermana?
—No voy a salir con nadie, boludo. Déjame en paz.
—Decime quién es.
—No lo conoces.
—¿Es el boludito de Santiago?
Mi sonrisa cambió al escuchar ese nombre. Valula tenía una especie de relación con Santiago que no me gustaba. Él tenía la oportunidad de estar con ella, pero estaba con otras minas y cuando se acordaba estaba con Valula. No entendía porque ella podía estar con él. A Iván tampoco le caía bien porque él siempre lo estaba jodiendo con que iban a ser cuñados o a veces que iba a ser su nuevo papá. Sí, un pesado boludo.
—Es el pesado de tu novio —afirmó Iván, serio.
—Santiago no es mi novio.
—Sí porque no sabe lo que es ser fiel.
—Cállate y alimenta a tu gata.
—Está alimentada.
—¿Y cuando le vas a poner un nombre a Micha?
—No me cambies de tema.
Los dos comenzaron a tener su típica pelea de hermanos mientras yo estaba ahí parado, pensando en lo que me dijo Iván.
No le gustas.
Como si no lo supiera. Estaba consciente de que Valula no gustaba de mí, pero también de que podría alguna vez hacerlo. Me estaba esforzando desde que tenemos quince para que ella se fijara en mí, pero todo se arruino cuando llego Santiago y en un solo segundo la beso. Le dio su primer beso. Él fue su primer todo y según Iván por eso ella no se separaba de él.
—¡Al menos salgo con alguien y no como vos que estás todo el día en la computadora!
—¡Como si salir con Santiago fuera un logro y además te pasas encerrada viendo Bakugan!
—¡No se porque le tenés tanta bronca!
—¡Sabes bien que se chamuyo a mi ex!
—¡Esa mina fue la que no respeto su relación!
—¡Deja de grita!
—¡Vos deja de gritar!
—¿Pueden dejar de gritar los dos? —les pregunté en tono suave.
—¡Cállate! —me gritaron para seguir discutiendo entre ellos.
Decidí irme del departamento por un momento hasta que se calmaran. Me llamó la atención ver un camión de mudanza cerca de edificio. No solía haber gente nueva, éramos los mismos de siempre. Me sorprendió ver a una chica de como mi edad salir del camión con una caja que parecía pesarle, rápidamente fui a ayudarla.
—Gracias.
—¿Sos nueva? —me puse colorado. —Perdón, que maleducado. Hola, me llamo Germán.
—Hola Germán, soy Constanza, y sí, soy nueva en el barrio.
—Vivo en este edificio.
—Entonces somos vecinos —me guiñó un ojo.
—¿No querés que te ayude? Mis rommates están peleando y no creo que se calmen en una menos hora.
—¿Se están peleando?
—Son hermanos.
—Lo entiendo. Sí, podes ayudarme.
—¿Estás sola? —le pregunte, extrañado de no verla con nadie.
—No, también tengo un rommates y es mi primo, Tomás. Todavía no llega y por eso estoy llevando las cosas sola.
—¿Te dejo sola?
—Es que esta en el gimnasio.
Entramos al edificio para caminar hasta su departamento que estaba un piso por debajo del mío. Hablamos mucho en solo cuestión de minutos y ella me cayo bastante bien. Constanza era linda, pero ninguna mina superaba a Valula.
—¿Tenés pareja? —me pregunto Constanza.
—No, pero estoy muy enamorado.
Ella sonrió.
—¿Ah, si? ¿De quién?
—Es un secreto.
Soltó una ligera risa mientras me miraba.
—Esa persona de la que estás enamorado tiene suerte de poder tenerte.
No sabía que hacer más que sonreír. Me encantaría a mí tener la suerte de estar con Valula. Bajamos por las escaleras y nos encontramos con Santiago en la puerta, agarrando a Valula por la cintura mientras le susurraba algo al oído y ella reía, ¿De que se reía tanto?
—¿Estás bien, Ger? —pregunto Constanza, tomándome de la mano.
—Sí, ¿Por qué lo preguntas?
—¿Los conoces?
—Ella es uno de mis rommates.
Santiago le dio un pequeño beso en los labios a Valula y al darme cuenta que a ella le gusto me entristeció. Baje la mirada hacía mi mano que estaba agarrada a la de Constanza, y no pude evitar pensar en que podría ser la mano de Valula.
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Vakugan ; German usinger, unicornio
FanficValula es fan de la serie Bakugan y German de ella.