Capítulo 6

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La música fuerte apenas me hacía escuchar mis propios pensamientos mientras avanzábamos hacía adentro del boliche. Constanza y Valula fueron directamente a la barra a ordenar un trago cada una. No tardaron más de siete minutos en darles su orden.

—¿No vas a pedir nada, Germán? —me pregunto Constanza.

No planeaba tomar nada porque esta noche tenía que estar sobrio si quería acercarme a Valula, y además, tenia que levantarme temprano mañana.

—Una botella de agua, por favor.

—¿Un botella de agua? —repitió alguien detrás mío, burlándose. Esa irritante voz.

—¡Santiago! —exclamo Valula, corriendo a abrazarlo. Tuve que desviar la mirada para no ver esa escena.

—Hola hermosa —le contesto Santiago, dándole un beso en el hombro a Valula.

—¿No son lindos? —me pregunto Constanza al oído.

—Me hacen querer vomitar —contesté, entre dientes.

—Seguro que la joda se estaba poniendo aburrida sin mí —dijo Santiago.

—Literal acabamos de llegar —dije, mirándolo mal.

—¿Y dónde esta tu amigo, Gerchu? El hermano de Valula.

—Me llamo Germán. No Gerchu. Y el hermano de Valula se llama Iván, ¿cómo no vas a saber su nombre siendo que "salís" con Valula?

—¿Sos así de amargado a todas las jodas a las que vas, primo?

—No soy tu primo.

—Y si, boludo. Es un apodo.

Santiago agarro a Valula de la cintura, haciendo que me pusiera colorado de la rabia.

—Me parece que necesitas urgente esa botella de agua porque te estas poniendo colorado, primo.

Intenté calmarme hasta de hacer una boludez. No quería arruinar la noche, aunque tampoco me creía capaz de soportar los comentarios boludos de Santiago lo que quedaba de la joda.

—Germán te acompaño a buscar una botella de agua —me dijo Constanza, agarrándome de la mano para alejarme de Santiago y Valula.

—Ese chabón es re insoportable.

—Creo que solamente no entendes su humor.

—No tiene nada que ver con su humor. Es básicamente un idiota.

—¿Por qué lo odias tanto? ¿Paso algo entre ustedes?

—No lo odio.

Lo detesto.

Mientras nos acercábamos a la barra no pude evitar acordarme de mi conversación con Rodrigo. Escuchaba atento los consejos que me daba Rodrigo para conquistar minas. De nosotros él era quién había salido con más entonces anotaba en mi mente todo lo que decía. En cambio de Iván, Rodrigo no me juzgaba porque me gustaba Valula. Me apoyaba y me daba ideas de como podría llamar su atención.

—Una declaración de amor.

Negué con la cabeza.

—Ya lo hice.

—¿Y cómo lo hiciste?

—La primera vez fue en una carta, pero creo que no le llegó porque no me contesto. La segunda fue un mensaje en MSJ, pero creo que no lo vio. En su cumpleaños le regale una pulsera con nuestros nombres y creo que no entendió la indirecta.

—¿Nunca se lo dijiste directamente?

—¿Cómo "directamente"?

—Decírselo en la cara.

—No, no lo hice porque me da vergüenza. Me pondría nervioso. Se me trabaría la lengua, y ella no entendería lo que le quiero decir.

—Tenés que hacer eso.

—¿Que?

—Si no te adelantas alguien más lo va a hacer.

—¿Decís que me declaré?

—¿Te vas a rendir ahora?

—No, hace mucho tiempo que quiero estar con ella y no quiero perder la oportunidad ahora.

—¿Lo vas a hacer?

—Sí, se lo voy a decir.

—Imagina que soy Valula.

—¿Es necesario?

—Sí, dale.

—Hola Valula, ¿Cómo estás?

—¿Que querés, Germán? —pregunto en un tono agudo que hacía que no pudiera tomármelo en serio. —Estoy de novia con Santiago.

—¡No digas eso, Rodrigo!

Se comenzó a reír a carcajadas tanto que se cayo de la silla. Era un poco torpe porque siempre le pasaba.

—Ay, me duele.

—Eso te pasa por burlarte de mí.

—Solo pensa bien en que le vas a decir y contene los nervios. Ella tiene que tener en claro que la querés, y que sos un hombre seguro con el que vale la pena estar.

—Siempre se lo hago saber con detalles.

—No tenés que hacer detalles que no va a captar nunca. Se lo tenés que decir porque no todos entienden indirectas. Tarde seis años darme cuenta en que la chica que me gustaba en el secundario me pidió un beso, y eso fue porque ella no fue directa conmigo.

—Entiendo.

—Se lo tenés que decir esta noche.

—No estoy listo.

—Es ahora o nunca. El que no arriesga no gana, Germán.

El que no arriesga no gana.

Vakugan ; German usinger, unicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora