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—No busco ninguna relación amorosa. —le dije mirándola a los ojos. Una sonrisa divertida se dibujo en su rostro girando su cuerpo para acostarse boca arriba mirando el techo de mi habitación.

La sábana apenas tapaba hasta su cintura. Sus manos estaban cruzadas detrás de su cabeza y sus pechos estaban al aire. Yo trataba de no mirar más de la cuenta, no era el momento

¿Cómo habíamos terminado en esa situación? Se suponía que no iba a volver a pasar pero está era ya la tercera vez.

—Ya me lo has dicho —me recordó. Yo me mantenía de lado mirándola fijamente. No lo voy a negar, ella era muy linda —, sé que siempre ando medio estúpida, pero me quedo bastante claro castaña.

Una risita escapó de sus labios, una risita que la verdad logro hacerme sonreír a mi también.

Flash Back

Mi corazón latía rápido. Mis manos comenzaban a sudar mientras mis ojos miraban con insistencia la puerta frente a mí.

¿Y si no estaba en casa? ¿Y si me había confundido?

Lucía me había dado la dirección de la casa de María José y justo ahora me encontraba impaciente frente a su puerta esperando a que abriera. Necesitaba hablar con ella sobre lo que había pasado.

—Calle. —susurró al verme apenas abrió la puerta. Se veía realmente sorprendida por mi presencia.

—¿Podemos hablar? —pregunté bajando la mirada.

¿Desde cuándo alguien me ponía nerviosa?

—Claro, pasa —dijo haciéndose a un lado para dejarme entrar —. Toma asiento, estás en tu casa.

Una vez adentro me acerque lentamente al sofá más cercano tomando asiento sin dejar de sentir su mirada sobre mí.

—¿Quieres algo de tomar? —preguntó llamando mi atención. La miré.

—Con un vaso de agua estoy bien

—Ya regreso.

Solo bastaron un par de segundos para que volviera a aparecer en mi campo de visión con un vaso de agua en la mano. Al entregarmelo me regaló una sonrisa tomando asiento en el sofá frente a mí.

—¿De qué quieres hablar?

—De lo que pasó la noche que te quedaste en mi casa.

Un bufido divertido se hizo presente de parte de ella. Una medía sonrisa se dibujó en su rostro negando con la cabeza.

—Vas a decirme que no estás buscando nada serio ¿Verdad? —su mirada se cruzó con la mía, analizandome. Asentí notando que quería decirme algo más —Lucía, me lo dijo cuando regresé acá a mi casa...me dijo que no me ilusionara contigo.

Fruncí el ceño. Recién nos conocíamos y solamente tuvimos un desliz de una noche, seguramente no siente nada por mí ¿Verdad?

—¿Ilusionarte? —pregunté. Su mirada se apartó de la mía con una expresión neutral en su rostro —¿Te ilusionaste?

Sus ojos volvieron a los míos, escaneandome por un momento antes de comenzar a reír levemente.

—No soy una adolescente... sé cuando solo es algo de una noche.

Fin del Flash Back.

Un movimiento de su parte me sacó de mis pensamientos. Fijé mi mirada en ella. Ahora se entraba acostada de lado mirándome intensamente. Lentamente su mano se acercó a mi rostro apartando un mechón de mi cabello colocándolo detrás de mi oreja con delicadeza.

—A eso me refiero. —susurré. Frunció el seño mirándome confundida.

—¿De qué hablas? —preguntó. Suspire sin poder evitarlo. Sus nudillos acariciaban suavemente mi mejilla relajándome.

—¿Por qué me tratas así? Cómo con cariño...como si de verdad hubiera algún sentimiento más allá del simple deseo. —apartó la mirada y apretó sus labios entre sí, parecía contener una respuesta.

—Me agradas —contestó — y si esto va a ser, aparentemente, un ciclo constante es mejor llevarnos bien...pero aquí no existe nada más que eso...puro deseo.

Su mirada volvió a la mía. En sus ojos se veía algo diferente, pero no lograba decifrar que era. Su iris se oscureció de un momento a otro regalandome una sonrisa coqueta.

—Y si quieres puedo demostrarte que entre nosotras solamente existe atracción física. —murmuró acercándose a mí para besarme con fuerza. No me resistí y le seguí el beso

Era solo un pasa rato.

¿O no?





...

Enigma.

Hasta que me conoció. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora