6.

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—Si quieres puedo prepararte un té mientras tú te das una ducha y te relajas —habló suavemente estacionando el auto frente a mí casa —, luego me iré, cuando ya te sientas mejor.

Fruncí el ceño al verla bajar del auto, ¿Por qué se iría? En cualquier hubiera dicho que se quedaba conmigo hasta que el día siguiente. La vi rodear el auto en dirección a la puerta a mi lado para abrirla.

Al entrar a mi casa ella se dirigió directamente a la cocina, supongo que a preparar el té. Sin decir ninguna palabra me dirigí a mi habitación, estaba intentando ignorarlo, pero desde que nos habíamos subido al auto había una extraña tensión entre nosotras, una incómoda tensión.

Luego de darme una ducha opté por colocarme un pijama de color gris y unos calcetines para luego volver a la cocina.

—¿Te parece mañana? —la escuché al estar a unos pasos de la cocina — A las ocho puedo pasar por ti, te llevo a desayunar y luego al lugar donde grabarán las escenas.

Por eso pensaba irse, por ella.

—Perfecto, ten buena noche, nos vemos mañana. Descansa rojita.

Intentado ocultar mi creciente enojo me acerque a ella notando como le aplicaba una cucharada de azúcar al té que, por el olor que inundaba la cocina, pude notar que era de manzanilla.

—Si piensas asustarme no vas a lograrlo. —dijo aún dándome la espalda. Sonreí, siempre lograba escucharme.

—Algún día voy a lograrlo —murmuré acercándome lo suficientemente para rodear su cintura y pegar su cuerpo al mío —. Gracias por hacer esto por mí.

—Para eso estamos —dijo en voz baja —, después de todo somos amigas.

Hice una mueca que por suerte pasaba desapercibida para ella, ese termino había comenzado a molestarme, no quería ser solo su amiga.

—¿Solo somos amigas? —solté de la nada sintiendo su cuerpo tensarse entre mis brazos.

—Eso es lo que tú quieres que seamos. —susurró con voz neutra.

Tal vez no podía ver su rostro, pero algo me decía que en estos momentos estaba carente de emoción alguna, igual que las veces anteriores que llegábamos a tocar el tema de nuestra "relajación con beneficios".

—Ya me cansé de que sea algo causal.

—¿A qué estás jugando, Daniela? — preguntó sin darse la vuelta colocando firmemente sus manos en el mesón. Yo me negaba a soltarla, por lo menos hasta que ella quisiera que me alejara.

—No estoy jugando a nada —suspiré notando como su piel se erizaba gracias al choque de mi aliento con su cuello —, te estoy hablando en serio...me cansé de que solo sean rollos de una noche.

—Me dijiste que no buscaba nada serio.

—Quiero algo serio contigo...algo real. —admití.

Tal vez ella no quería lo mismo, tal vez la tensión de su cuerpo era solamente porque temía que eso podía pasar, tal vez ella no me ve y nunca me verá de la forma en la que yo la veo.

—¿Lo dices en serio?

—Creeme que nunca hablé tan en serio en mi vida —apoyé mi frente en su hombro suspirando con cierto temor, sentía que me rechazaría, pero tenía que intentarlo —. Te quiero, María José.

Silencio, un silencio ensordecedor que lograba asustarme cada vez más. Ella no me quería de la misma manera.

—No sé en qué momento me empezaste a gustar más de la cuenta —mis brazos se aferraban a su cintura temiendo que fuera la última vez que la abrazaba —. No quiero que te vayas.

El silencio volvió a reinar en el lugar. Mi corazón latía con demasiada fuerza y sentía que en cualquier momento iba a salir de mi pecho.

—Calle —musitó, tan suavemente que de no ser por la cercanía no hubiera podido escucharla. Lentamente se giró entre mis brazos sin deshacer el abrazo. Sus mirada se encontró con la mía estudiandome en la cercanía. La intensidad de su mirada lograba estremecerme —, yo también te quiero... realmente te quiero.

Inevitablemente una sonrisa se formó en mi rostro, ella me correspondía. Sus manos viajaron a mis mejillas, acariciandolas suavemente regalandome una de esas sonrisas que me robaban el aliento.

—Te quiero mucho castaña.

Al finalizar sus palabras sus labios cayeron sobre los míos iniciando un beso lento y cariñoso. Un beso que daba inicio a nuestra historia.










....

Enigma.

Bueno, hasta acá llegó la historia. Espero les haya gustado.

Recuerden que esta es solo una adaptación de una canción.

Nos leemos pronto.

Hasta que me conoció. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora