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Suspira sin apartar la vista de su ventana, se preguntaba cómo había caído en los planes de Kenny, jamás había tenido que quedarse después de clases, nunca fue castigado o algo por el estilo, frunce su ceño recordando como acabo en las clase extra de castigos.
Hace unas horas atrás su amigo rubio estaba rodando con una brillante idea al rededor de Kyle, este trataba de ignorarlo, el hecho de que supiera quién le gustaba no le daba el derecho de ser su cupido, además ¿Quién quiere a Kenneth McCormick de cupido? Solo un idiota, eso estaba claro y el Broflovski no lo era, claro que no.
—— Vamos Ky, estoy seguro que funcionará o al menos platicarán más —Sonríe recibiendo una mala mirada.
—— Es un plan tonto —Comenta sin dejar de avanzar hacia un lugar.
—— No lo es, dale Ky, ¿O es que acaso no crees poder hacerlo? —Reta obteniendo una mirada enojada, sabía cómo manipular al pelirrojo.
—— Kenny, no iré a detención solo por Craig —Murmura sin dejar de avanzar hacia la biblioteca.
—— Solo tienes que hacer esa pregunta —Informa sin dejar de seguir a su amigo.
Al final fue Kenneth quien preguntó, pero buscó la manera de involucrar a Kyle, ahora el pelirrojo estaba por golpear a su amigo rubio si se acercaba, sus padres iban a matarlo y todo por el ridículo plan.
La puerta fue abierta con brusquedad dándole paso a un chico de gorro azul con pompón amarillo, Broflovski voltea hacia donde el ruido encontrándose con Tucker el cual fija su mirada en él antes de alzar una ceja confundido de ver a uno de los mejores de la clase en ese salón.
—— Vaya, pero si Broflovski está aquí ¿Qué habrás hecho para acabar en esta clase? —Burlón le sonríe, Kyle desvió su mirada para ocultar su sonrojo. —— ¿Estás apenado?
Nervioso se comenzaba a sentir el pecoso por los pasos que se acercaban, estar solo en ese salón y que aparezca el motivo de sus malas noches no era algo que esperaba vivir.
—— Espacio personal, Tucker —Habla haciendo que el chico se detenga. —— No te incumbe cómo llegue aquí.
—— Se que fue por Kenny —Kyle le mira con sorpresa. —— Las paredes tienen oídos y bocas, deberías saberlo ya.
—— ¿Y qué si fue así? Da igual —Rodea los ojos. —— ¿Por eso estás aquí? Creí que usaba estas horas para coger con alguien.
—— Uy, parece que alguien sabe bien mi rutina —Se acerca al asiento dónde estaba el pelirrojo provocando que su estómago se revuelva. —— ¿Interesado en mí?
