Toca el timbre dando por terminada la primera clase del día. Tuve que correr para llegar a tiempo ya que al parecer Michell E. Brown se tarda casi una hora en el baño cada que entra. Justo cuando debía cambiarme. Podría jurar que lo hace a propósito, y eso hace que pierda la paciencia.
Si nos hubiésemos conocido esta mañana por primera vez, me gustaría creer que en ese caso tendría la decencia de ser mínimamente educado.
Me dirijo de nuevo a la habitación ya que olvidé mi billetera para el buffet con tanto apuro esta mañana, pero me detengo un segundo a revisar la cartelera de anuncios escolares. Es demasiado pronto pero aún así busco el papel para las inscripciones de las becas. Debo estar atenta para no perder la oportunidad; según entiendo, mi escuela puede ofrecer una beca por universidad. Es por esto que cuando comienzan las inscripciones se suelen crear bastantes competencias entre alumnos para llegar a ser elegido, pero cada uno persigue su oportunidad. Y yo no quiero perder la mía. No me lo perdonaría.
— Gabrielle — suena la voz de Owen a mis espaldas y giro para ver que está junto a unos compañeros suyos, entre ellos Chris.
Me acerco sujetando mi bolso con timidez ya que siento que interrumpo en alguna charla y la mayoría en el círculo me son desconocidos.
— Hola
— Ven, ellos son unos amigos de clase, no hay problema. Estábamos hablando de la posibilidad en la que una chica pueda interesarse de alguien si ese alguien sigue algún tipo de "fórmula" a modo conquista. Yo les dije que es una chorrada y que quien mejor para confirmarlo que una chica.
— Yo apoyo a Owen — aclara Chris de antemano.
Todos voltean esperando una respuesta de mi parte y no sé qué decir. Owen sabe que soy la menos indicada para preguntas sobre cómo ligar, pero noto que está haciendo todo lo posible para que pueda conocer más gente del instituto.
— Pues... creo que... — me aclaro la garganta sintiendo la mirada de Chris sobre mi. — Creo que depende de cada chica, pero no que haya una fórmula. Simplemente... conocerla y saber lo que le gusta, pero ser natural. Ser educado en un principio es importante.
— ¿Lo ven? Es exactamente lo que les dije— Owen los acusa con mirada arrogante.
— Tu habías dicho que la ley del hielo era la mejor.— lo expone uno de sus amigos que está a mi lado.
— Oye oye oye...
De repente comienzan a discutir todos a la vez, mientras Chris y yo no podemos evitar reír por lo bajo.
Viendo que no llegan a nada, decide iniciar conversación conmigo.— ¿Como te encuentras después de la fiesta de ayer?
— Oh, bueno...
— Lamento no haber sido más rápido, de un momento a otro los vi en el agua sin entender nada.
— No te hagas problema. Te aseguro que yo tampoco lo vi, fue una broma de mal gusto en un momento oportuno.
— Vi que luego te dirigiste a la cocina, pero no me enteré cuando te fuiste de la fiesta. Me quedé... Algo poco preocupado.
— No pasa nada, pasó muy rápido. De hecho podríamos olvidarlo. ¿De qué estábamos hablando?— digo nerviosa desviando esa horrible anécdota. Además que no quiero alargar el tema ya que tendría que mencionar a la persona que lo causó, y no sabría cómo explicar que ahora está durmiendo en mi habitación. Pero no puedo evitar sentir la cara caliente sabiendo lo preocupado que estuvo ayer.
— No tengo idea, ni siquiera sé de dónde te conozco. — me sigue la corriente manteniendo su tono serio hasta que sonríe cuando comienzo a reír.
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Habitación 220 B
Teen FictionSolo a Gabrielle le sucede que confundan su nombre pensando que es un chico, aunque, al parecer no es la única. Tiene todo planeado: conseguir la beca para entrar a Oxford y cumplir su sueño. Pero, las cosas no siempre suceden como uno las planea...