La fiesta de Owen

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  Finalmente llegó el cumpleaños de Owen. Acababa de volver al instituto luego de comprar su regalo y estaba satisfecha con la elección. Después de discutir con el chico de la tienda que el muñeco que me estaba ofreciendo no era Legolas del Señor de los Anillos sino Daenerys de Game of Thrones, tenía que estarlo. No sabía de qué otra forma explicarle calmada que el peinado era lo único parecido entre ambos, hasta que por fortuna recordó que la caja tenía los nombres.

"No señorita, este es Legolas" Ja, si claro.

  Una vez en la habitación dejo las cosas y abro el ropero pasando mi mirada por las posibles opciones, muy pocas por cierto.

- Hmm... - Pruebo un buzo de lana azul con unos jeans negros ajustados, pero aún estábamos en clima cálido como para usar lana, así que quedó descartado. Una sudadera ligera con short: descartado ya que tenía el cuello devorado por las polillas. Que oportunas.
Suspiro y me acerco a poner música en mi celular. Cuando me aseguro que suena ABBA, vuelvo al armario suspirando.

  Bien, relájate. Es el cumpleaños de tu mejor amigo, sólo tienes que estar con él y pasarla bien, comer cantar el feliz cumpleaños, ya está. Va a pasar más rápido si no lo piensas demasiado.

Un suspiro mayormente ruidoso que el primero sale de mi boca.

  ¿Acaso ordenar está sonando mejor que ir a un cumpleaños? Vaya, muchas madres estarían pensando en adoptarme justo ahora.

[...]

Camino hacia la cocina con la gente empujandome por los costados y la música retumbándome en el pecho. Intento fijarme bien por donde camino ya que la casa está a oscuras a excepción de las luces de colores que parpadean o se mueven de un lado a otro dándole un ambiente a discoteca.

  Los alumnos tienen permiso a hacer actividades fuera del establecimiento mientras sea luego del horario escolar. Pero yo en todos estos años solo he ido a una fiesta. Me gusta más disfrutar en mi habitación mirando alguna película mientras tomo algo caliente, o adelantar con resúmenes mientras escucho música... Además, no se me da bien fingir que disfruto de estos eventos.

Localizo al castaño conversando con al parecer unos amigos y me acerco despacio sin querer interrumpir la charla.

-¡Fievel!- Me recibe con un abrazo, sonriendo de oreja a oreja. - Al fin llegaste, te estaba esperando. Temí que no vinieras pero en ese caso iba a ir a buscarte. Gracias por ahorrarme la tarea.

- No me lo agradescas. Ten - Le tiendo la bolsa esperando que lo abra.

- ¿Que es? -Mira curioso hasta que saca la caja con el muñeco y su nombre en ella. Al mismo tiempo la boca de Owen se abrió y puedo decir que oí un pequeño chillido de emoción. - ¡OH POR DIOS! ¡ES DAENERYS!

- ¡¿Que?! - No puede ser, pero si yo...

- Es broma. - Le doy una mirada molesta mientras se ríe de mí reacción.- Gracias ratoncita, no era necesario. ¡Es genial! Hasta viene con su arquito - Comentó inspeccionando cada pequeño detalle del personaje. Yo ni siquiera lo había notado. - Lo dejaré en mi habitación para no perderlo.

-Está bien.

  Observo la cantidad de personas cuando quedo sola, alizando mi blusa blanca con la mano. Al final me decidí por una manga corta y unos jeans celestes comunes. No estaba tan mal. Aunque hubiese sido mejor traer un suéter, el clima se sentía más fresco de lo habitual. El verano estaba terminando a paso apresurado.

  Más allá de la sala, se notaba gente en el patio trasero y un par de grupos en la orilla de la piscina con los pies dentro de ésta. Cerca podía ver la mesa con bebidas, y la verdad necesitaba algo para disminuir los nervios.

Habitación 220 BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora