1. Buscando una omega.

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Rosé buscaba a una omega cada que salía de fiesta, pero le preocupaba tener cachorros, los omegas casi le rogaban ser marcados por ella, pero eso no era algo que quería, y por mas que hacia lo que le decía su padre, encontrar esa famosa conexión, con su "predestinada" y los veía a los ojos, solo los intimidaba, y no sentía ninguna conexión y por el contrario, sentía su celo suicidarse, estaba llegando el momento de entrar en crisis, ¿como encontraría un omega y lograría embarazar en tres meses, se encuentra en un club, y percibe un aroma algo agradable, sigue el aroma y se encuentra a una omega bailando, se acerca con su seguridad característica.

-Hola linda.- Dice con voz seductora.

-Hola, pero no soy linda, soy Nayeon dice coqueta también.

-¿Te invito un trago?- Pregunta Rosé.

-Lo siento alfa, pero me tengo que ir, ten llámame, pronto.- Dice sonriendo la omega saliendo del lugar, Rosé no sintió conexión, pero si atracción, por el momento debería bastar, después de una noche de diversión llega su chofer y la lleva a su pent house, sube hasta el piso 19, y busca una botella de agua, suele comprar las botellas de dos litros para las resacas, solía hidratarse bien.
Toma agua y se queda en calzoncillos, y una camisa y se va a acostar, por la madrugada se levanta, su loba la despierta.

-¿Que demonios? ¿por que me despiertas pulgosa?-Discute consigo misma, mientras comienza a olfatear.
-¿Te da el olor a mango?¿También lo percibes?-Dice caminando a la puerta, cuando la abre ve a una hermosa pelinegra, parece que la golpearon en el elevador, cargaba una cachorra dormida y la omega estaba desvanecida, tratando de no hacer ruido, regresa a su casa, cuando va a cerrar la puerta, su loba le gruñe.
-¡Vamos pulgas, no debemos meternos en las peleas de parejas, es problema de su alfa!-Dice queriendo cerrar la puerta.-Pero su loba, nuevamente interviene, ahora como si estuviera enjaulada, como si le prohibiera dejar a la omega ahi.
-Bien, pero si su alfa regresa no se como le harás, quizas nos volvamos cambia formas, porque yo no pienso pelear por una omega que no es mía.-Dice discutiendo con su loba, mientras siente como su loba actúa como
Cachorra jugando con ella feliz de que le hiciera caso, Rosé la levanta y la cabeza de la omega cae en su hombro, y le llega ese delicioso olor a mango, se sorprende lo alta que es pero a la vez liviana, debería pesar menos de cincuenta kilos y aun así abrazaba a su cachorra con fuerza, cuando baja su miraba, se da cuenta que no hay marca.

-¡Demonios, una omega sin marca y con cachorro, seguro es indigente!- Piensa hablando con su loba.

-Tranquila omega, no les hare nada.-Le dice en voz alta, a la omega que no tiene fuerzas ni de abrir los ojos.

-Hola Hankie, hasta que apareces.- Le habla dulce a su pequeño pero ya anciano perrito.
-Hoy tendrás que compartir uno de tus biberones con un cachorro humano, no te preocupes, de los que nunca lo usaste, ¿Sabes si toman leche en vaso o aun ocupan biberones los cachorros de ese tamaño?- Le pregunta al perro que solo mueve su cabecita de un lado a otro escuchando su voz y Rosé sonríe. Calienta la leche mientras también calienta una lata de caldo de pollo, y la sirve en un plato, espera se enfríe la leche un poco, y toma a la cachorra, y la comienza a alimentar, ve que la cachorra toma la mamila sola.

-Bien cachorra eres lista.-Le dice sonriendo, y la bebe toma su rostro con una de sus pequeñas manos y Rosé se siente extraña, nunca se había sentido cercana a nadie mucho menos con un bebe, tenia primos con cachorros, primos cachorros y nunca los tomo en brazos, ni cuando era niña, ni adolescente, mucho menos de adulta.

-¿Es a ti a la que te agrada la cachorra verdad pulgosa?- le reclama a su loba interior.

-Cachorra toma fuerte esto, porque tu mamá también tiene que comer, ¿entiendes?- Le dice a la cachorra, mientras va por el plato de sopa.

-Omega, ¿puedes comer?

-Lisa, me llamo Lisa.- Dice en un hilo de voz.

-Lo siento, Lisa, ¿Puedes comer?- pregunta tranquila.
-¿Has comido?- Pregunta y Lisa solo niega.
-¿Quieres que te lleve a urgencias?- Lisa vuelve a negar con la cabeza.

-Bien come, ya casi amanece.- Dice haciendo malabares cuidando no tirar a la cachorra ni tirarle la sopa encima.

-Al ver que Lisa no tiene fuerzas, ni para comer decide levantar a Lisa para sentarla un poco y recargarla en el sofa, le estaba costando porque nunca había cargado a un cachorro.
-Vamos Lisa ocupo hagas un pequeño esfuerzo, nunca he cargado una cachorra humana.-Dice viéndola bien vestida con su chamarrita rosa, y su pantalón floreado y sus pequeños tenis rositas, le parece la bebe mas adorable del mundo, su cabello castaño claro y sonríe, cuando la cachorra la ve sonreír ella ríe, Rosé solo arque la ceja y regresa su vista a Lisa. Ve que la pequeña ya se esta durmiendo, y toma la decisión que no quería tomar, levanta a la omega y la carga al igual que a su cachorra y la lleva a su cama, acuesta primero a la mayor, y luego a la pequeña, haciéndole una protección de almohadas. Le quita la chamarra mientras se vuelve para calentar la sopa, regresa a su habitación, con la sopa caliente ahora un poco de mas, revisa a la pequeña, no se ve con golpes, le quita los tenis y la cubre mientras la ve dormirse con una sonrisa y siente el aroma a mango, mientras se pregunta porque puede sentir el aroma de un cachorro, uno que no conoce.

-Lisa, ¿puedo revisar tu cuerpo? Necesito ver si tienes algún golpe fuerte.- Pregunta tratando de no asustarla.
-Lisa, ¿me escuchas? ¿Puedes abrir los ojos?- Rosé sin darse cuenta se comienza a preocupar.
-Bien, lo hare, te voy a revisar, pero no quiero que te asustes. Rosé quita la sudadera y la ve sucia, ve algunos moretones, y luego sigue su pantalón, mientras Lisa sigue con los ojos cerrados.

Una familia para navidad Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora