2. Una omega llamada Lisa.

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-¡Demonios Lisa! ¿Quien te hizo todo esto?- Pregunta sabiendo que no recibirá respuesta viendo como solo la ropa interior cubre de la desnudez de la hermosa omega y admira su hermoso cuerpo, pero se preocupa más por asegurarse que este bien.
Te tratare de bañar Lisa, no veré nada, lo prometo, ¿Esta bien?- Pregunta y Lisa asiente.
-Así me gusta omega.- le dice sonriendo, prepara la bañera con agua caliente y todas las sales y jabones que le gustan usar.

-Cachorra no te muevas, llevare a tu mamá a darse un baño.- le dice mientras la ve profundamente dormida, levanta a la omega y la coloca lentamente en la bañera comienza a lavar su cuerpo, y luego pasa a su rostro, y ve como poco a poco abre los ojos, cuando los ve, recuerda las palabras de su padre y siente como si sus lobas se conocieran, rápido quita la vista de la pelinegra.

-¿Como te llamas alfa?- Pregunta una débil Lisa.

-Roseanne Park, Rosé, me gusta mas Rosé.

-Rosé- Dice sonriendo.
-Gracias, por ayudarnos.

-Tranquila, ¿Quien te hizo esto, si se puede saber?-Pregunta por lo bajo.

-Los abuelos de mi cachorra.- Responde Lisa débil, mientras deja caer  su cabeza en la bañera cuando se va a golpear Rosé de inmediato mete la mano recibiendo un fuerte aplastón de mano, mientras cierra un ojo de dolor, Lisa finge no ver para no reírse de la rubia.

-¿tu no tienes alfa o si?

-Nunca me marco, solo me dio la marca temporal, hasta para eso me engaño.- Dice con una débil sonrisa.

-¿Crees que las este buscando?

-No, claro que no, pero los abuelos quieren a su nieta, quieren reclamarla como suya cuando ni su padre lo ha hecho.

-Puedo preguntar que hacías en el edificio?

-Estaba, estaba huyendo, pero no se como llegué aquí, mis ultimas fuerzas, hice lo que mi loba me dijo.

-Tranquila, aquí no les pasara nada.- Dice Rosé segura, aunque no sabe porque le dijo eso, sintió como si le prometiera cuidarla.
-¿Sientes algún dolor fuerte, insoportable?

-No, estoy bien.

-No tengo ropa para ti, pero su no te molesta usar mis camisas y boxers.-Dice Rosé y Lisa niega.

-Bien, entonces es hora de que salgas, ire por la ropa, si quieres ponte la toalla, si puedes levantarte, si no, esperas sentada.-Rosé sale corriendo del baño y busca las cosas, cuando regresa ve a la cachorra a la mitad de la enorme cama y se ríe cuando ve a su Hankie cuidándola que no caiga.

-¿Te agrado a ti también la cachorra humana verdad?- Le dice Rosé al cachorro dormido.
-Ahora tu cachorra, te moveré, mas al centro, antes de que te caigas.- Le dice levantándola y acomodándola mientras su cachorro le gruñe y se baja de la cama indignado.
-Vaya andamos con un carácter, bien cachorros descansen, por lo menos ustedes si pueden.- Dice Rosé mientras regresa con la toalla y la ropa para la pelinegra, cuando entra la encuentra desnuda, y se queda paralizada al verla.
-¡Perdón Lisa, perdón.- Le dice lanzándole la toalla a una Lisa un poco débil, que no puede tomarla y Rosé solo escucha como cae la toalla, y se acerca a levantarla sin  ver a Lisa, que se cubre mientras ambas se sonrojan.

-Perdón, Rosé, te tardaste, y no me siento muy fuerte, no busque una toalla.-Se disculpa una avergonzada Lisa.

-No, no tranquila, Lisa, fue mi culpa, yo, yo solo me quede acomodando a la cachorra.- Explica levantando la toalla y cubriendo a Lisa, mientras maldice su cuerpo por reaccionar en ese momento.
-Toma.-Dice cubriéndola, cuando lo hace siente su aroma, muy ligero pero lo siente, ese olor a mango que tanto le empieza a gustar.

-Rosé perdón por llegar a tu casa así, llego con mi cachorra, te hago escucharme, incluso me tuviste que bañar.

-¡Hey tranquila, no te disculpes, no pasa nada!- Dice sosteniéndola, y se odia por ser tan amable con la omega y se da cuenta que entiende a su papá, ¿y si ella es su predestinada? Claro que no, ella puede ser reclamada por su alfa ya tienen una cachorra.
-¿Lista Lisa?

-Si, gracias Rosé.- Dice sosteniéndose de la alfa.

-Te llevare a cama, tranquila.- Dice cargándola sin problemas y la acomoda en la cama.

-Rosé no te  vayas, ¿te puedes quedar, con nosotras?- Pregunta con vergüenza, y Rosé sonríe amable.

-Si Lisa, me puedo quedar.- Dice en un tono dulce.
-Lo siento cachorra por moverte otra vez.-Le dice subiéndola para acostarse, se acomoda viendo a la pequeña, mientras acomoda su ligeros cabellos ondulados, y sin darse cuenta,  se queda dormida.

Una familia para navidad Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora